Que es ser Humanista Cristiano?

[QUOTE=Rojosangre]pero tu crees que en la concertacion estan presentes esos principios. pues si bien el que Piñera trate de identificarse con esos principios cuando es grosero lo falso de eso. pero otra cosa es que existan sectores de la concertacion que los incorporen efectivamente en sus principios pero que de facto no actuan así, pues defienden los interess de grupos economicos que atentan contra ellos.

el sitema neoliberal no puede en ningun caso defender la libertad definitiva del ser humano, pues en su contexto las determinaciones y conductas de estos no obedecen a una racionalidad que no se agota en el mercado. todo lo contrario

apunta a una esclavizacion de facto respecto del mercado de modo tal que todas sus decisiones estan determinadas en un ultimo casopor este Incluso en el plano de lo inconsciente

pues no se coincibe en planos de calidad de vida, no busca eso, la calidad de vida no es una variable a tomar en cuenta en el contexto del neoliberalismo, por algo apunta a la poca regulacion estatal respecto de las situaciones que buscan defender calidad de vida como la legislacion laboral.[/QUOTE]

[COLOR=“Purple”][SIZE=“2”]No metas a toda la Concertación en el mismo saco, sólo la Democracia Cristiana es la que se adhiere al humanismo cristiano.
Respecto a lo que dices sobre el neoliberalismo, pienso que nos guste o no, es es el modelo que entrega más libertades, si la gente tiende a esclavizarse como tú dices, es porque la persona lo eligió. Si lo analizamos bien, es mucho más esclavizante la economía estatista que la de libre mercado. Además que esta es una tendencia mundial, imagínate que China siendo comunista, tiene una economía de libre mercado.
Más allá de criticar el sistema económico, pienso que lo que hay que hacer es utilizarlo a nuestro favor, a crear políticas sociales.
Sé que te refieres a que vivimos bajo una “dictadura económica”, pero hasta que no se invente un mejor sistema económico, creo que tendremos que convivir con él, pero como te dije recién, tratando de implementar políticas sociales. [/SIZE][/COLOR]

desde cierta optica ses cierto que el estatismo peude ser mas asfixiante en cuanto a las libertades o la ilusion de etas.

sin embargo me parece que para la sociedad se a libre deve pasar por otros estados. al menos desde mi concepcion solo el anarkismo garantiza la libertad que espero. por eso concibo socialismos comunismos etc como medios para ello para llegar a eso. pero eso es otro tema

lo inquietante independiente si hablamos del terreno de lo real es que cierto sector de la sociedad caiga en el juego de dicutir respecto del humanismo cristiano cuando este es imparcticable en el contexto de este sistema. es como vender la pescada como dicen.

humanismo cristiano. asi como en broma se lo dijo in god a envy. humano y cristiano., quienes no se identifican con ideologias de derecha o izquierda (que es la genet que se identifica con ideologías y ciertos sentimientos ligados a estas ideologías) se sienten identificados por esta denominaciopn porque resulta muy facil hacerlo

osea cacha po soy humano y cristiano el humanismo cristiano me representa, ergo Piñera me representa, la dc me representa. el problema es que la gente comun y corriente tiene pico idea que es el humanismo cristiano, ergo Piñera y la Dc juegan con la ignorancia de la gente, le dan valor a un termino en el cual no creen (Piñera) o el cual no Practican (DC) y dejan que la gente comun se sienta atraida por la forma, POR UN TERMINO, el cual ignoran mas alla de lo bonito que suene y de los sentimientos que les despierte

el humanismo cristiano, tiene mas contenido que solo el creer en cristo y en la humanidad…

es decir:

economicamente: religion esta claro…
economia: de acuerdo a la rerum novarum , seria algo parecido a la economia social de mercado…
filosoficamente: doctrina social de la iglesia…

entonces el venir y señalar: soy humanista cristiano, es como decir, soy catolico porque voy a la iglesia los domingos…

pero bueno…

pero es esop de lo que se estan aprovechando piñera y la dc ellos no apsiran a otra cosa que llamar al atencion, no a un cambio o a una concordancia con la mentalidad de la gente

entonces declararse humanista cristiano y que la genet piense cualquier wea les da lo mismo puesto que se aprovechan de eso

jajajajja, pero si ellos se creen humanistas cristianos…

asi como los que van a misa a los domingos, (pero que no siguen las otras ideas del catolicismo) se juran catolicos…

[QUOTE=h_escobar]el humanismo cristiano, tiene mas contenido que solo el creer en cristo y en la humanidad…

es decir:

economicamente: religion esta claro…
economia: de acuerdo a la rerum novarum , seria algo parecido a la economia social de mercado…
filosoficamente: doctrina social de la iglesia…

entonces el venir y señalar: soy humanista cristiano, es como decir, soy catolico porque voy a la iglesia los domingos…

pero bueno…[/QUOTE]

Justamente esta descripción que haces Hugo, es la del partido, cuyos principios están inspirados en lo cristiano, en especial lo católico. Además el sistema económico al que RN aspira es el social de mercado. Así que esto no es oportunismo.

[QUOTE=Juan Lennon]Justamente esta descripción que haces Hugo, es la del partido, cuyos principios están inspirados en lo cristiano, en especial lo católico. Además el sistema económico al que RN aspira es el social de mercado. Así que esto no es oportunismo.[/QUOTE]

solo señale que una cosa son las declaraciones de principios,

pero piñera sigue la doctrina social de la iglesia en materia economica, en su relacion con los trabajadores.?

no olvidar el rol que le asigna la rerum novarum a la organizacion sindical…

[quote][B][SIZE=“4”]Fundamentos para la acción política del Humanismo[/SIZE][/B]

Mucho antes de que existieran los países, existían las personas congregadas como grupos humanos que al radicarse se convirtieron en vecinos. Luego y a medida que se fueron montando superestructuras administrativas, se les fue arrebatando su autonomía y su poder. De esos habitantes, de esos vecinos deriva la legitimidad de un orden dado, y desde allí debe levantarse la representatividad de una democracia real. Es al municipio donde debe regresar el poder de decisión de los ciudadanos; han de ser las poblaciones desde el ámbito municipal quienes decidan el tipo de organización hacia las que deban de avanzar las sociedades. El municipio debe ser la base de la organización política de un país.

Cualquier militante, afiliado, votante o simpatizante de las propuestas políticas del humanismo, ha de tener en cuenta principalmente, que nuestra acción política debe plantearse desde el medio inmediato; aquí nos encontramos al vecino, al compañero de trabajo, al amigo, al familiar,…, y desde aquí debe construirse la representatividad real. Los problemas existenciales de la base social, del ciudadano de a pie, no se expresan únicamente como dificultades económicas y políticas, por lo tanto un partido que lleve adelante el ideario Humanista y que instrumentalmente ocupe espacios parlamentarios tiene significación institucional, pero no puede dar respuestas a las necesidades de la gente. El nuevo poder se construirá desde la base social como un movimiento social amplio, descentralizado y federativo. Todo militante o simpatizante no debe hacerse la pregunta de “¿quién será el candidato?”, sino más bien como formaremos nuestros centros y foros vecinales, como desarrollaremos nuevos lazos sociales, como daremos participación en las actividades a todas las organizaciones mínimas de base en las que se expresa el trabajo, el deporte, el arte, la cultura, la religiosidad popular, etc. Es pues ahí, en la calle, en los barrios, con los vecinos,…, donde comienza nuestra acción, la transformación social que el humanismo propone; porque ahí es donde se escucha el subterráneo reclamo del pueblo. Sabemos que es ahí únicamente donde comenzará la recomposición del tejido social a la hora de la crisis de las superestructuras centralizadas.

El crecimiento del nuevo humanismo no puede concebirse dentro de los moldes de un gradualismo que va ganando progresivamente espacio y estratos sociales. Debe de plantearse en término de “efecto demostración” típico de una nueva sociedad. Se trata de mostrar en la práctica que un punto, en un barrio, en una población está funcionando un nuevo sistema.

La transformación social a que apunta el Humanismo pasa por la toma del poder político para realizar las transformaciones del caso, pero la toma de ese poder no es un objetivo en sí. Hoy se hace necesario revisar la función de un partido político y preguntarse si los partidos son capaces de llevar a cabo una transformación en dirección a un sistema de relaciones sociales cuyo valor central sea el Ser Humano. Actualmente el sistema ha absorbido a los partidos convirtiéndolos en “mecanismos” de una acción que controlan los grandes capitales y la banca. Estos, no invierten fuertes sumas de dinero sin esperar resultados; ellos son los que financian candidatos y dictan previo acuerdo con estos candidatos, las políticas que se deberían seguir. El gran capital, es el verdadero gobernante, por eso los políticos sí cumplen, con lo prometido a sus verdaderos patrones que no es precisamente el pueblo, sino quienes los financiaron. Así se consuma la traición: quienes han sido elegidos para representar los intereses del pueblo terminan representando a intereses ajenos al mandato otorgado. De este modo el pueblo se encuentra seriamente extorsionado por el sistema dominante.

El cambio hacia una sociedad humanista se gestará a partir de la demanda y la presión social, desde la base organizada. De este modo los cargos electos pueden ser de gran utilidad para canalizar las demandas hacia el poder establecido, aunque el éxito del humanismo estará en la generación de una nueva dinámica social en la base.

[/quote]

Fuente: partido humanista.

Esas son las bases del humanismo… creo que lo que pasa que la concertación y la derecha le han puesto el apellido “cristiano” para adaptarlo al Chile católico y conservador (supongo también que la derecha lo ha hecho para asociarse a la Democracia Cristiana de modo subliminal… pero esas ya son suposiciones).
A mi no me da lata que la derecha solamente se esté apropiando del término “humanismo”, sino también que la concertación ahora se crea dueña de ésto. El verdadero humanismo existe desde hace mucho tiempo, pero de más bajo perfil… y es ése que sale ahi arriba.

[SIZE=“2”][COLOR=“Purple”]No Thai, el humanismo cristiano no es un invento de la Concertación ni de la derecha.
Aquí les dejo una información que encontré sobre el humanismo cristiano, tal vez es un poco largo, pero a quienes les interese informarse, supongo que se darán el trabajo de leerlo.[/COLOR][/SIZE]

[QUOTE][COLOR=“Purple”]HUMANISMO CRISTIANO
La interpretación del Cristianismo en clave humanista se desarrolla en la primer mitad de este siglo como parte de un vasto proceso —que comienza en el siglo pasado y se continúa hasta nuestros días— de revisión de las doctrinas cristianas a fin de adaptarlas al mundo moderno; un mundo con respecto al cual la Iglesia católica había adoptado, durante siglos, a partir de la Contrarreforma, una posición de neto rechazo o de abierta condena.

A partir del Renacimiento, la autoridad espiritual de la Iglesia, que por mil años había sido la depositaria de la visión cristiana en Occidente, fue declinando cada vez más en un crescendo de eventos epocales: la cultura del humanismo invierte la imagen que el cristianismo medieval había construido del hombre, la naturaleza y la historia; luego la Reforma protestante divide a los cristianos de Europa; en el Seiscientos y sobre todo en el Setecientos, las filosofías racionalistas, que se habían difundido entre las clases cultas, ponen en discusión la esencia misma del cristianismo. En el Ochocientos, las ideologías liberales o socialistas de trasfondo científico, que se desarrollaron paralelamente a la expansión de la revolución industrial, conquistan el rol de guía en la organización de la sociedad y en la definición de sus fines e ideales que hasta ese entonces había desempeñado la religión, dejándole a ésta un rol marginal. Finalmente, en este siglo, la rápida difusión del ateísmo, que se transformó rápidamente en un fenómeno de masas, pone en peligro la sobrevivencia misma de la Iglesia como institución.

Para no dejarse arrollar, la Iglesia se vio obligada a abandonar progresivamente la visión del mundo que había heredado del Medioevo y la defensa del orden social ligado a ella. Este proceso de apertura y modernización sufrió durísimas resistencias, cambios de rumbo y replanteos.

En el tortuoso acercamiento de la Iglesia al mundo moderno, la encíclica Rerum Novarum de León XIII de 1891 constituye un hito fundamental. Con esta encíclica la Iglesia se dio una doctrina social que pudiera contraponerse al liberalismo y al socialismo. En polémica con éste último, reafirmaba el derecho a la propiedad privada, pero atenuándolo con un llamado a la solidaridad entre clases en pos del bien común y a la responsabilidad recíproca entre individuo y comunidad. Contra el liberalismo y su laissez faire en materia de economía, la Iglesia invitaba al Estado y a las clases más fuertes a ayudar a los grupos sociales más débiles.

Después de la tragedia de la primera guerra mundial, en el clima de desilusión general frente a las ideas de progreso sostenidas por el socialismo y el liberalismo, la Iglesia pasó decididamente al contraataque. Y lo hizo tanto en el plano político, autorizando la formación de partidos de masas de inspiración cristiana, como en el doctrinario, proponiéndose como portadora de una visión, una fe y una moral capaces de dar respuesta a las necesidades más profundas del hombre de esta época.

Es en este intento de reproponer al mundo moderno los valores cristianos, debidamente actualizados, que se encuadra el Humanismo cristiano, cuyo iniciador puede ser considerado el francés Jacques Maritain.

Maritain había sido primero alumno de Bergson, y después había adherido al socialismo revolucionario. Insatisfecho de ambas filosofías, en 1906 se convirtió al Catolicismo. Fue uno de los exponentes más notables del así llamado “neotomismo”, es decir, de aquella corriente de pensamiento católico moderno que se remite directamente a Santo Tomás de Aquino y, a través de él, a Aristóteles, cuya filosofía Santo Tomás había tratado de conciliar con los dogmas cristianos. A este punto cabe recordar que ya en el siglo pasado, otra encíclica de León XIII, Aeterni Patris de 1879 había afirmado que la filosofía de Santo Tomás era la que mejor se adaptaba a la visión cristiana.

Maritain, con una posición que se contrapone radicalmente a la tendencia más general del pensamiento moderno, da un salto hacia atrás, sobrevolando el Renacimiento y reconectándose con el pensamiento medieval. Y hace esto porque es precisamente en el Humanismo renacentista donde descubre los gérmenes que han llevado a la crisis y al resquebrajamiento de la sociedad moderna, de los cuales el nazismo y el estalinismo son la máxima expresión. Con esto él no pretende explícitamente revalorizar el Medioevo y la visión cristiana ligada a aquel período; su objetivo es restablecer –luego de la difícil experiencia del Medioevo– el curso de la evolución histórica del Cristianismo que, según su visión, ha sido interrumpido y obstaculizado por el pensamiento moderno, laico y secular.

En su libro Humanismo integral, examina la evolución del pensamiento moderno desde la crisis de la Cristiandad medieval al individualismo burgués del siglo XIX y al totalitarismo del siglo XX. En esta evolución Maritain ve la tragedia del Humanismo antropocéntrico, como él lo llama, que se desarrolla a partir del Renacimiento. Este Humanismo, que ha llevado a una progresiva descristianización de Occidente es, según Maritain, una metafísica de la “libertad sin la gracia”. Con el Renacimiento, el hombre comienza a ver su propio destino y su propia libertad desligados de los vínculos de la “gracia”, es decir, del plano divino. Para el hombre, la libertad es un privilegio que él pretende realizar por sí solo. Dice Maritain: «A él sólo le compete ya crear su propio destino, a él sólo le corresponde intervenir como un dios, mediante un saber dominador que absorbe en sí mismo y que supera toda necesidad, en la conducta de su propia vida y en el funcionamiento de la gran máquina del universo, abandonada a merced del determinismo geométrico».[1]

Así, el hombre moderno que surge en el Renacimiento, lleva consigo este pecado de soberbia. Quiere prescindir de Dios y se construye un saber científico de la naturaleza que, a partir de Descartes, es considerada como una gran máquina para ser estudiada more geometrico, o sea según las leyes de la geometría. Pero una concepción tal de la naturaleza sólo puede llevar a una escisión entre hombre y mundo, y a un determinismo mecanicista que arrolla al hombre mismo. En efecto, a medida que la razón substituye a Dios y el saber científico se extiende, la crisis interna del hombre se hace más profunda.

He aquí las etapas de esta decadencia progresiva del hombre moderno que, como Prometeo, se rebela ante Dios y, como Fausto, está dispuesto a todo con tal de arrebatar los secretos de la naturaleza: «Con respecto al hombre, se puede notar que durante el primer período de la época moderna, ante todo con Descartes y luego con Rousseau y Kant, el racionalismo había construido de la personalidad del hombre una imagen soberbia y espléndida, indestructible, celosa de su inmanencia y autonomía y, finalmente, buena por esencia. En nombre mismo de los derechos y de la autonomía de esta personalidad, la polémica racionalista había condenado toda intervención externa en este universo perfecto y sagrado. Ya fuera que tal intervención proviniese de la revelación y de la gracia, o de una tradición de humana sabiduría, o de la autoridad de una ley de la cual el hombre no fuese autor, o de un Bien soberano que solicitase su voluntad, o, finalmente, de una realidad objetiva que midiese y regulase su inteligencia».[2]

Pero esta soberbia de la razón –que primero eliminó todos los valores tradicionales y trascendentes y luego, con el idealismo, absorbió en sí la realidad objetiva– ha generado ella misma su propia destrucción. Primero Darwin y después Freud asestaron los golpes mortales a la visión optimista y progresista del humanismo antroprocéntrico. Con Darwin el hombre descubre que no existe discontinuidad biológica entre él y el mono. Pero no sólo esto: entre él y el mono ni siquiera existe una verdadera discontinuidad metafísica, es decir, no hay una radical diferencia de esencia, un verdadero salto cualitativo. Con Freud, el hombre descubre que sus motivaciones más profundas están dictadas en realidad por la líbido sexual y el instinto de muerte. “Acheronta movebo”, moveré el infierno, había dicho Freud, y con él la soberbia de la razón se hunde en la ciénaga de los instintos. Al final de este proceso dialéctico destructivo, ya se han abierto las puertas a los totalitarismos modernos, el fascismo y el estalinismo. Concluye Maritain: «Después de todas las disociaciones y los dualismos de la época humanista antropocéntrica … asistimos a una dispersión y una descomposición definitivas. Lo que no impide al ser humano reivindicar más que nunca la propia soberanía, pero ya no más para la persona individual. Ésta ya no se sabe dónde está y se ve sólo disociada y descompuesta. Está ya madura para abdicar … a favor del hombre colectivo, de aquella gran figura histórica de la humanidad de la cual Hegel ha hecho una teología y que, para él, consistía en el Estado con su perfecta estructura jurídica, y que con Marx consistirá en la sociedad comunista con su dinamismo inmanente».[3]

Al humanismo antropocéntrico así descrito, Maritain contrapone un Humanismo cristiano, que define como integral o teocéntrico. He aquí cómo se expresa: «Llegamos de este modo a distinguir dos tipos de humanismo: un humanismo teocéntrico, o verdaderamente cristiano, y un humanismo antropocéntrico del cual son responsables el espíritu del Renacimiento y el de la Reforma… El primer tipo de humanismo reconoce que Dios es el centro del hombre, implica el concepto cristiano del hombre pecador y redimido, y el concepto cristiano de gracia y libertad… El segundo cree que el hombre es el centro del hombre y, por ende, de todas las cosas, e implica un concepto naturalista del hombre y de la libertad. Si este concepto es falso, se entiende por qué el Humanismo antropocéntrico merece el nombre de humanismo inhumano y que su dialéctica deba ser considerada la tragedia del humanismo».[4]

La base sobre la que se apoya el Humanismo teocéntrico es una concepción del hombre «…como dotado de razón, cuya suprema dignidad consiste en la inteligencia; … como libre individuo en relación personal con Dios, cuya suprema virtud consiste en obedecer voluntariamente la ley de Dios; … como criatura pecadora y herida, llamada a la vida divina y a la liberación aportada por la gracia, cuya suprema perfección consiste en el amor».[5]

Aquí vemos que la concepción que Maritain tiene del hombre es la concepción clásica de Aristóteles (“el hombre es un animal racional”) interpretada en clave cristiana por Santo Tomás. El hombre no es pura naturaleza ni pura razón: su esencia se define en la relación con Dios y con su gracia. El hombre así entendido es una persona.[6]

Maritain distingue en la persona humana dos tipos de aspiraciones, las connaturales y las transnaturales. Mediante las primeras, el hombre tiende a realizar ciertas cualidades específicas que hacen de él un individuo particular. El hombre tiene derecho a ver colmadas sus aspiraciones connaturales, pero la realización de las mismas no lo deja completamente satisfecho porque existen en él también las aspiraciones transnaturales que lo impulsan a superar los límites de su condición humana. Estas aspiraciones derivan de un elemento trascendente en el hombre y no tienen derecho alguno a ser satisfechas. Si lo son, en algún modo, tal cosa sucederá por la gracia divina.[7]

Al humanismo teocéntrico así entendido, Maritain le confía la tarea de reconstruir una “nueva cristiandad” que sepa reconducir la sociedad profana a los valores y al espíritu del Evangelio. Pero esta renovada civilización cristiana deberá evitar repetir los errores del Medioevo, y en particular la pretensión de someter el poder político al religioso. Deberá, en cambio, preocuparse por integrar los dos tipos de aspiraciones humanas y amalgamar las actividades profanas con el aspecto espiritual de la existencia.

La interpretación cristiana que Maritain dio del humanismo fue acogida en forma entusiasta en algunos sectores de la Iglesia y entre varios grupos laicos. Inspiró numerosos movimientos católicos comprometidos con la acción social y la vida política, por lo que resultó ser un arma ideológica eficaz sobre todo contra el marxismo.

Pero esta interpretación recibió también críticas demoledoras de ámbitos filosóficos no confesionales. En primer lugar, se observó que la tendencia racionalista que aparece en la filosofía post-renacentista y que Maritain denuncia en Descartes, Kant y Hegel, se remonta precisamente al pensamiento de Santo Tomás. Esta tendencia, que llevará a la crisis y a la derrota de la razón, no es un producto del humanismo renacentista, sino más bien del tomismo y de la escolástica tardía: la filosofía cartesiana que se encuentra a la base del pensamiento moderno, en su racionalismo se reconecta mucho más con Santo Tomás que con el neoplatonismo y el hermetismo místico del Renacimiento. Correspondería buscar las raíces de la “soberbia de la razón” de la filosofía moderna en la pretensión del tomismo de construir una teología intelectualista y abstracta. Según estas críticas, Maritain cumplió con una obra colosal de mistificación y de camuflaje, casi un juego de prestidigitación filosófica, atribuyendo al Renacimiento una responsabilidad histórica que, por el contrario, compete al pensamiento medieval.

En segundo lugar, la crisis de los valores y el vacío existencial al cual ha llegado el pensamiento europeo con Darwin, Nietzsche y Freud no es una consecuencia del humanismo renacentista, sino por el contrario deriva de la persistencia de concepciones cristianas medievales dentro de la sociedad moderna. La tendencia al dualismo y al dogmatismo, el sentimiento de culpa, el rechazo del cuerpo y el sexo, la desvalorización de la mujer, el miedo a la muerte y al infierno son todos residuos del cristianismo medieval, que aun después del Renacimiento han influido fuertemente en el pensamiento occidental. Aquéllos determinaron, con la Reforma y la Contrarreforma, el ámbito sociocultural en el cual el pensamiento moderno se ha desarrollado. La esquizofrenia del mundo actual en la que Maritain insiste deriva, según estos críticos, de la coexistencia de valores humanos y antihumanos. La “dialéctica destructiva” de Occidente se explica entonces como un intento doloroso y frustrado por liberarse de valores en pugna. [/COLOR][/QUOTE]

El “Humanismo Cristiano” entonces proviene del Humanismo como tal (que realmente sólo ha sido defendido por un grupo minoritario en Chile…), mezclado con bases católico-cristianas.
Gracias por el aporte :wink:

[QUOTE=“IN GOD WE TRUST”]

OYE Y PASANDO A OTRO TEMA, VISTE KING KONG??? QUE TE PARECIO, QUE NOTA SE MERECE ???[/COLOR][/QUOTE]
un 7 , está ideal pa verla tomandome una cerveza con tu hermana en pelotas

[QUOTE=Envy]un 7 , está ideal pa verla tomandome una cerveza con tu hermana en pelotas[/QUOTE]
[COLOR=“DarkGreen”]CHUCHA…TE PUSISTE CUMA, BASICO Y FOME GUEON…
QUEDATE TRANQUILO, NO LE DIRE A NADIE QUE COPIAS OPINIONES DE OTROS FOROS PARA PEGARLAS ACA, DE AQUI NO SALE.[/COLOR]

igual sus peleas estan buenas, pero por respeto a los demas, podrian ser un topic especial o bien, por mp…