Los 8 campos científicos en los que Chile innovará internacionalmente
Mañana Conicyt presenta los proyectos que liderarán la ciencia de excelencia. Recibieron entre todos $9.000 millones para el financiamiento base de sus iniciativas. También debieron garantizar que al menos 20% de ellas se financiará con aportes privados.
RICHARD GARCÍA
> Tecnología chilena para estudiar el espacio profundo
Las 66 antenas previstas para la partida del radiotelescopio ALMA, hacia 2012, tendrán un “alma” chilena: sus sintonizadores. Esos delicados equipos, que permitirán a los astrónomos recibir e interpretar las señales de radio del espacio profundo, se diseñarán, fabricarán y repararán en un laboratorio en el Cerro Calán (Las Condes). Lo revela la astrónoma María Teresa Ruiz, directora del Centro de Excelencia y Astrofísica y Tecnologías Afines de la U. de Chile, uno de los ganadores del concurso de financiamiento basal.
Ese centro, al que están asociadas las universidades Católica y de Concepción, se ha convertido en uno de los ejes del crecimiento de la investigación astronómica nacional. Si bien el énfasis se ha puesto hasta ahora en la formación de profesionales bien preparados, María Teresa Ruiz admite que hay que dar un paso adicional hacia la tecnología aplicada.
Los nuevos telescopios y radiotelescopios que se instalarán en el norte chileno generarán gigantescas bases de datos, en algunos casos de hasta 30 terabytes por noche. Habrá mucha información disponible, pero será necesario administrarla, especialmente la que interesará a los astrónomos locales. Con ese objetivo, el centro de excelencia habilitará en el campus San Joaquín de la UC un gran cerebro informático que maneje tal acopio de datos.
Los investigadores asociados al centro también hacen investigación propia y uno de sus fuertes es el rastreo de supernovas. Para potenciar esa capacidad, adquirirán un telescopio robotizado que buscará estas escurridizas explosiones estelares. Desarrollarán un software para manejarlo que permita analizar los datos recibidos en forma automática.
Para complementar el aporte fiscal del fondo de financiamiento basal, cuentan en parte con los fondos anuales de ALMA, Gemini y ESO Chile. Cada uno aporta medio millón de dólares anuales ($227 millones). Hasta ahora, más del 70% de los ganadores de esos fondos internacionales son investigadores del Centro de la U.
> CECS arroja sus redes a los peces transgénicos
El desarrollo de una tecnología para producir peces transgénicos es el objetivo principal de la investigación que desarrollará el Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS) con los fondos obtenidos en el concurso de financiamiento basal.
Según señala la propuesta ganadora, "el CECS buscará desarrollar peces con valor agregado. Se concentrarán en aquellas características físicas de ellos que los hacen más atractivos comercialmente.
Para ello, se servirán de los secretos de la naturaleza. Acelerarán los procesos de mutación natural en una gran carrera para dar con peces más vistosos, resistentes, rellenitos o sabrosos. Usarán algunas tecnologías que ya han sido validadas y utilizadas por sus pares.
La meta a largo plazo apunta a transformarse en un Centro Nacional de Transgénicos e incluso un referente a nivel latinoamericano, ya que, según aseguran, no existen otros centros semejantes en la región.
Destacan que “con la incorporación de nuevas tecnologías en la transgénesis reversible de peces y su mejoramiento genético acelerado, el CECS contribuirá al aumento de la productividad de la industria acuicultora”.
No sólo de peces trata el proyecto del centro liderado por Claudio Bunster.
También planean desarrollar sensores aéreos para tareas de búsqueda, monitoreo ambiental y aplicaciones industriales. Tales dispositivos ayudarán a la búsqueda de personas en accidentes y catástrofes, y permitirán el monitoreo de desastres.
Monto total del proyecto: $22.962 millones
Fondos del basal para primer año: $7.477 millones más y $397.986.000 para equipamiento
> En pos de la súper madera
Con una cartera de cien clientes, incluyendo las poderosas CMPC, Forestal Arauco y Masisa, el área principal de trabajo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción es el desarrollo de nuevos productos y procesos a partir de la biomasa forestal, como una madera petrificada resistente a la humedad, especial para la construcción.
Su director, Alex Berg, sueña con el desarrollo de biorrefinerías a las que se ingrese la biomasa forestal y fluya biocombustible como producto final.
Su madera transformada ya resiste la humedad y el ataque de patógenos. A partir de extractos de corteza lograron un biomaterial inmune a los rayos UV que permite la fabricación de perfiles para la construcción. Todo esto apunta a reemplazar material plástico elaborado con combustible fósil por otro de origen natural, biodegradable y también a un precio menor.
Esta madera modificada también sustenta otro de sus proyectos: envases especiales para la exportación de fruta, salmón y carne que preserven la calidad y eviten el ingreso excesivo de oxígeno.
> Matemáticas chilenas para Francia
Entre los clientes del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile están Codelco y sus filiales, Viña San Pedro, empresas telefónicas y hospitales. A nivel internacional están HP, la SNCF (los ferrocarriles franceses), Alstom (fabricantes de carros de metro y del TGV, el tren de alta velocidad) y Bombardier.
La presencia francesa no es casual. El centro, cuyo fuerte es mejorar procesos de la ciencia, la industria y el gobierno a través de cotizados modelos matemáticos, es una unidad asociada del CNRS, el centro de investigación científica del gobierno galo. “Hay proyectos de la Comunidad Europea a los que podemos acceder, dado que somos un laboratorio francés. Nos consideran una unidad mixta internacional”, explica su director, Jaime San Martín. Entre ellos está un estudio de la calefacción y refrigeración de vagones y estaciones de los ferrocarriles galos y otro de las comunicaciones entre los trenes TGV.
Del 30 al 40 por ciento de los clientes del CMM está en la empresa minera. Piden, por ejemplo, modelos de explosiones de roca para evitar accidentes o sobre la óptima distribución de las piedras que entran en las chancadoras.
Sus modelos también están ayudando a comprender la biolixiviación (uso de bacterias para producir cobre), a mejorar los cultivos de salmones y la calidad de las uvas. Y pronto permitirán entender las grandes bases de datos provenientes de los grandes telescopios del norte.
> Para prolongar la vida
La combinación de las investigaciones del Centro de Regulación Celular y Patología Joaquín Luco (UC) con el estudio de las propiedades químicas de drogas naturales, ha dado origen a potenciales productos que pueden transformarse en grandes éxitos comerciales.
Al menos ya convencieron al jurado encargado de otorgar los fondos de financiamiento basal. Lo hicieron bajo un nuevo nombre, más acorde con los productos propuestos: Centro de Envejecimiento y Regeneración.
Su director, Nibaldo Inestrosa, cuenta que una de sus apuestas es una droga natural que atacará la fibrosis. La identificaron gracias a que uno de los miembros del equipo se topó con un factor que estimula el crecimiento del tejido conectivo (que sostiene y une las distintas partes del organismo), lo que se traduce en fibrosis. Y las drogas estudiadas inhiben este factor.
Otro factor identificado por el equipo estimula el crecimiento de ciertas células. Su control impide la formación de tumores como el que acabó con la vida de Gladys Marín. Ya trabajan en la droga necesaria para atacarlos.
También dieron con un alga que libera un compuesto similar al de unas drogas antidiabéticas.
> Frente al cambio global
La directora de la Corporación Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Mary Kalin, cuenta que con los fondos recibidos pretenden consolidarse como un instituto de investigación de clase mundial para llevar a cabo investigación que permita anticipar, prevenir y mitigar los problemas derivados del cambio climático.
Para ello contará con el aporte complementario de fundaciones internacionales como BBVA y Mercator. También lo que percibe por los cursos de alto nivel para investigadores extranjeros, los que realiza in situ en sus estaciones de campo. La principal de ellas, Senda Darwin, en la X Región, constituye ya una estación biológica para hacer ciencia de largo plazo; ahora planean incorporar dos más, Fray Jorge (IV Región) y Omora, en isla Navarino (XII Región).
El centro, en el que además participa la U. Católica, planea determinar con modelos los impactos del cambio global en el sector vinícola: si realmente los cultivos deberán trasladarse hacia el sur, si las cepas podrán crecer en el mismo lugar o cuáles podrían reemplazarlas. “Lo vamos a probar en Chile Central con los mismos empresarios”, cuenta Kalin.
Como una mayor temperatura también favorecería al hanta virus, elaborarán un mapa de riesgo.
> Un radar para el océano
El Centro de Investigación Oceanográfica en el Pacífico Sur Oriental (Copas), de la Universidad de Concepción, instalará en la zona sur austral (regiones de Aisén y Magallanes) un sistema de observación oceanográfico.
Tal como la torre de control de un aeropuerto está pendiente de la atmósfera, quieren saber de las aguas en tiempo real, informar sobre sus flujos y, ojalá, predecirlos.
Instalarán radares de alta frecuencia. Y en vehículos tomarán datos de lugares aislados.
Muchos podrían aprovechar esto. “Si mejoramos la navegación, perdemos menos tiempo”, explica Silvio Pantoja, director de Operaciones del proyecto.
La información también servirá para desarrollar en forma sustentable la hidroelectricidad de Aisén. Quieren medir cuánta agua dulce se vierte al océano. Si se instalan las represas, habrá momentos en que el flujo bajará; otros, en que se desatará. “Haremos un monitoreo y ofreceremos las alternativas necesarias”, afirma.
Para apoyar a la pesca, identificarán áreas de semilleros, evaluarán las ovas y diagnosticarán la calidad de las larvas. Advierte: la actividad salmonera se desplaza desde la Región de los Lagos hacia el sur.
> La biotecnología protege a los salmones y a la agricultura
En torno al edificio de la Fundación Ciencia para la Vida en la calle Zañartu, de Ñuñoa, está creciendo un parque de ciencia y negocios. “Tenemos de 5 a 6 empresas que están iniciando sus actividades con nosotros. Entre éstas, dos extranjeras: una que está generando productos en arroz transgénico para la nutrición y otra que trabaja en productos contra el Alzheimer y el cáncer”. Lo cuenta con entusiasmo el biólogo Pablo Valenzuela, su fundador.
Lo hizo con el fin de estrechar la relación entre ciencia y empresa a través del desarrollo de biotecnología. Ahora que se ganaron uno de los ocho fondos de financiamiento basal para centros de excelencia, la idea es “seguir haciendo lo que estamos haciendo”. Claro que con más tranquilidad. El mismo Valenzuela reconoce que la fundación estaba en peligro de cierre. “Enfrentábamos una situación económica muy apretada. Somos nosotros no más y, si no nos podemos autofinanciar bien y hacíamos algo bueno, nos vamos para la casa”.
Los proyectos toman tiempo. Uno de sus fuertes es el área de la biotecnología de productos naturales. En acuacultura, estudian patógenos de los peces y la utilización de este conocimiento para obtener vacunas. Como una para controlar el virus ISA, una anemia que ha producido bastantes problemas a los cultivos de salmones. También están detrás de un piojo de mar, el caligus, que es un azote para los mismos cultivos acuáticos.
En tierra firme, tienen sus microscopios puestos en los microorganismos de la biolixiviación del cobre. Analizan su genómica y biología para avanzar en la obtención de un organismo eficiente.
En el área forestal, les interesan los genes vinculados con la resistencia, principalmente a la sequía y bajas temperaturas. Quieren también lograr vides más resistentes, especialmente a los virus, por eso investigan la estructura de estos últimos. El equipo de Valenzuela le sigue la pista a la botrytis, hongo que afecta a la agricultura. Su conocimiento genético y biológico es otro de sus objetivos.