LONDRES - Un aumento de dos grados de las temperaturas medias del planeta provocará previsiblemente la fusión de la capa de hielo de Groenlandia, lo que elevará peligrosamente el nivel de los océanos en siete metros (23 pies) de aquí a mil años, según las previsiones de un informe oficial británico.
Además, la extinción de especies, la escasez de agua, la desertización o las hambrunas serían otros de los temibles efectos del inevitable cambio climático.
El primer ministro británico, Tony Blair, escribe en el prefacio del informe que “los riesgos (del calentamiento global) pueden ser peores de lo que pensábamos hasta ahora”.
“Con un calentamiento del planeta superior a un grado los riesgos aumentan de modo significativo y rápidamente para los ecosistemas y las especies vulnerables”, explica Bill Hare, del Instituto para la Investigación del Impacto del Clima, de Potsdam (Alemania).
Este instituto analizó más de setenta estudios sobre el impacto del cambio climático en los recursos hídricos, la agricultura, la fauna y la flora. “Con un calentamiento de entre uno y dos grados aumentan de modo significativo los riesgos generales, y a escala regional, el impacto es con frecuencia sustancial”, señala el experto.
“Por encima de los dos grados, los riesgos son -según Hare- mucho más elevados y pueden causar la extinción de especies enteras e incluso colapsos del ecosistema, originar hambrunas y escasez de agua, así como daños socioeconómicos, sobre todo en los países en desarrollo”.
La Unión Europea se ha propuesto como objetivo prevenir un aumento de más de dos grados de las temperaturas medias del planeta, pero, según el informe, eso es ya excesivo.
[COLOR=“Red”]Dos grados son suficientes, según sus autores, para desencadenar un proceso de fusión de las capas de hielo de Groenlandia, lo que tendría un impacto enorme sobre el nivel de los océanos. Algunos de los científicos que han contribuido al informe se han propuesto la tarea de calcular a partir de qué concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera pueden producirse esas “peligrosas” subidas de la temperatura.
Actualmente, la atmósfera contiene aproximadamente 380 partes por millón de dióxido de carbono frente a las 275 partes por millón que tenía antes de que se desencadenase la llamada revolución industrial en el siglo XIX.
Para lograr el objetivo de dos grados Celsius de aumento de la temperatura con una probabilidad del 60%, es preciso estabilizar las concentraciones de gas invernadero a 450 partes por millón como máximo, señalan Michel den Elzen, de la Agencia de Estudios Medioambientales de Holanda, y Malte Meinshausenl, del Centro Nacional Estadounidense de Investigaciones Atmosféricas.
“Para estabilizar esas concentraciones a un nivel equivalente a 450 partes de dióxido de carbono por millón, es imprescindible que las emisiones globales de CO2 alcancen su cota máxima en torno al año 2015 y que vayan seguidas de reducciones generales de entre un 30 y un 40% en el año 2050 con respecto a los niveles de 1990”, señalan esos expertos.
Según ellos, un incremento de las temperaturas medias del planeta de sólo un 2% puede generar una caída del rendimiento de la agricultura en todo el mundo, triplicar las malas cosechas en Europa y Rusia y dar lugar a un proceso de desertización en el norte de África con el consiguiente desplazamiento de sus poblaciones. Otras consecuencias serían una grave escasez de agua que afectaría a 2,800 millones de personas, la difusión del paludismo por África y América del Norte, la pérdida de un 97% de los arrecifes de coral, así como la extinción de especies como el oso polar y de la morsa al desaparecer los hielos del Ártico.[/COLOR]
Por lo que se refiere a la adopción de estrategias para combatir el fenómeno denunciado, los expertos señalan que el mayor problema no es el que se deriva de las tecnologías o los costos, sino el de superar los obstáculos políticos y sociales, los intereses creados, así como inveteradas pautas de comportamiento.