ADMISIÓN 2012: BASURAS DE LA EDUCACION SUPERIOR
[B][I]¡Hola amiguitos que están en el colegio! Sabemos que hace poco rindieron la PSU y esperan con ansias los resultados que determinarán su futuro como “brillantes” profesionales universitarios. Sin embargo, les tenemos noticias: mejor piensen dos veces su ingreso a la universidad y qué hacer con los 15 millones o más que cuesta una carrera, porque pueden terminar cesantes y estafados.[/I][/B]
Mientras en el resto del mundo el fin de año se celebra inundando las calles con motivos navideños, en Chile fin de año significa llenar las calles con publicidad de universidades. Para un extranjero esto podría ser un indicio de que algo en el sistema educativo de este país anda muy mal. Pero para los chilenos es constatar, vergonzosamente, el triunfo de las violentas lógicas de mercado que se impusieron en educación tras la dictadura.
¿Cómo se llegó a este triste espectáculo? Bueno, varias cosas han cambiado, y otras tantas se han mantenido en la cultura nacional, arrastradas desde siglos. Entre estas últimas figura el arribismo neurótico chileno, que hace que cada familia presione a sus hijos para que se conviertan en profesionales universitarios “exitosos” y así puedan “ascender” socialmente.
De hecho, muchas familias creen erróneamente que la educación universitaria es una “llave” que abrirá las puertas de sus hijos a una anhelada estabilidad laboral, un buen pasar económico y a un mejor “estatus”. Por supuesto, todas estas son medias verdades o simplemente mentiras sucias que, recitadas por ciertos personajes ligados al negocio de la educación como José Joaquín Brunner, parecen verdades más grandes que una catedral.
Nada más alejado de la realidad. Primero hay que empezar diciendo que en Chile tener un título universitario no es garantía de nada, ni siquiera de encontrar trabajo en lo que se estudió. En Chile vale más tener buenos contactos, buen apellido o “buena presencia” (ideal rubio de ojos claros) a la hora de encontrar un trabajo, y nada hace predecir que esto cambiará en el futuro cercano. De hecho, en las entrevistas de trabajo nunca nadie te va a pedir el título ni mucho menos las notas que sacaste en la universidad, pero sí una “referencia” de alguien con notoriedad.
Segundo, la educación como vehículo de movilidad social es una chiva asquerosa. Si naciste en una familia pobre y te esforzaste sobrehumanamente para obtener tu cartón, te contamos que serás un roto con título y es muy difícil que asciendas profesionalmente. Es lógico, en los puestos directivos, obviamente, van a preferir dejar a la rubia de apellido Eguiguren porque tiene más pinta de “gente” o al chico Edwards que tiene contactos entre las familias aristócratas chilenas (por favor, revisa los apellidos de los gerentes generales de las empresas de Chile y los colegios de donde salieron).
La otra farsa que hemos detectado, aunque más sofisticada, dice relación con que si estudias en una universidad de “prestigio” (la U. de Chile o la PUC) siempre tendrás trabajo. Pero resulta que estas dos universidades piojentas, que no llegan ni al puesto 500 del mundo, poco le interesan a los grandes empresarios de este país: ellos dejarán trabajando a una persona conocida, que le cobre poco sueldo o que tenga mejor “presencia”, venga de la universidad que venga.
Además los cuicos, apenas egresan de sus universidades de cota mil (como la U. de los Andes), le piden a los papis que le paguen un master en Harvard o la London School Of Economics y vuelven a Chile mucho más bacanes que tú con tu título piojento de universidad tradicional. Te recordamos que para entrar a un master sólo basta pagar, y a menos que tengas 10 mil libras esterlinas y mucho dinero para mantenerte en Londres estás bastante cagado, aunque te hayas esforzado por sacar 800 puntos en la PSU.
[B]Carreras de tiza y pizarrón: saturadas[/B]
Los “hábiles” empresarios chilenos, aprovechando esta demanda de la familia chilena por un título universitario, desde 1980 se han lanzado a abrir universidades privadas que han resultado un muy buen negocio.
Por ejemplo, la Universidad Diego Portales. Con una inversión inicial de seis millones de pesos en 1983, llegó a 181,5 millones en 1985. ¡En dos añitos el palo al gato!; Pero obviamente no podian faltar las reinas del robo o usura, la Universidad San Sebastiàn y la Universidad Andres Bello, que sòlo basta ver sus monstruosas y depravadas ganancias o arcas…y un largo etc de otras universidades, como la Mayor, la Del Desarrollo, la de los Andes, etc, etc, etc.
¿Cómo consiguieron tanta plata en tan poco tiempo? Fácil, explotando las nueve carreras de tiza y pizarrón que existen en Chile: [B]Derecho, Psicología, Periodismo, Arquitectura, Geografía, Sociología, Administración Pública, Trabajo Social y Pedagogía, [/B]que ha devenido en una fuerte saturación de estos profesionales en el país.
Para abrir una de estas carreras sólo basta arrendar una casona que tenga estilo “señorial” (para darle un aire de tradición), chantar unas sillas, un pizarrón y una fotocopiadora. Y meter muchos estudiantes ansiosos de tener un título. Muchísimos, ojalá la mayor cantidad y no echarlos nunca aunque sean unos porros.
De más está mencionar que para las autoridades chilenas la cantidad de profesionales que generan estas universidades es un problema de “mercado”, oferta y demanda. Los dueños de estas casas de estudio se excusan con que los “buenos” profesionales trabajarán; pero resulta que si de una generación de 70 egresados sólo uno trabaja en lo suyo, ya no es un problema de mercado, sino una estafa.
Así, mientras los únicos que ganan son los dueños de las casas de estudio privadas, que amasan fortunas impresionantes, pierde todo el resto de la sociedad: los profesionales trabajando, porque su sueldo se pauperiza (hay cien más dispuestos a ejercer su trabajo por menos dinero); la Universidad como concepto, porque la privatización significó la apertura de universidades ideologizadas; los estudiantes estafados, que tras cinco años terminarán trabajando en cualquier cosa menos en lo suyo; las familias, que quedan muy endeudadas y con un cesante ilustrado en casa. Y por último, el nulo control de la calidad sobre la educación que imparten las ues privadas abre serias dudas sobre la idoneidad de estos profesionales. Pierde todo Chile con este cuentito de la educación de mercado.
[B]¿Qué hacer?[/B]
Nuestra recomendación es que vayas a la universidad sólo si quieres trabajar en una profesión que sea imposible de ejercer sin el título, como Química y Farmacia, Geología, Medicina, Odontología (entre algunas otras). y que por ningún motivo se te ocurra estudiar una carrera de “tiza y pizarrón”, porque es perder el dinero y el tiempo soberanamente.
Si, por ejemplo, rayas con la Psicología, consíguete la bibliografía de la carrera y léete todos los libros de Freud, Fromm etc. Esta carrera equivale a leerse aproximadamente 10 libros por año: de más que te puedes leer 50 libros en dos y ser más bakán que tus compañeros que entraron a la U, o incluso que los mismos profesores (la mayoría son pencas).
¿Querías ser ingeniero comercial? Te contamos que no es mala idea invertir los 15 millones de pesos que cuesta la carrera en abrir tu propia empresa. Con ese dinero te alcanza para contratar a otros ingenieros comerciales practicantes por cien lucas al mes, un periodista que te mantenga la web por la misma plata y un abogado recién egresado que te resuelva los aspectos legales por un moco. ¡Así piensan los empresarios en Chile!
Si te gusta el Diseño Gráfico, te contamos que perfectamente puedes aprender programación y diseño con Wikipedia, y si te descargas los programas usando un P2P te sale todo por cero peso.
Por último, siempre puedes defraudar al sistema. Tal como en los anuncios de trabajo ponen “empresa líder del mercado” y resulta que es una oficina flaite que paga 150 lucas al mes, tú puedes ir perfectamente a una entrevista de trabajo y decir que eres Profesor, Psicólogo, Ingeniero Comercial, Periodista etc. Nadie NUNCA te pedirá el título, te lo garantizamos 100%. Además en un par de semanas vas a poder dominar el trabajo para el cual te contrataron. Y si lo haces bien, no te van a despedir aunque descubran que pasaste por la Universidad….por la vereda del frente.