Chile destruyó mortal virus
Más de 3 mil laboratorios del mundo trabajaron -sin saber- con la muestra del virus H2N2, que en 1957 provocó la muerte de entre uno y cuatro millones de personas. En Chile, la cepa fue analizada por la Universidad Católica y destruida en diciembre pasado. Aunque el Ministerio de Salud descartó contagios en el país, advirtió que la vigilancia epidemiológica continuará hasta que la OMS diga lo contrario.
Por un error -que ahora es fruto de investigación- el laboratorio del Colegio de Patólogos de Estados Unidos repartió muestras de un mortal virus de la influenza a más de tres mil laboratorios de 18 países, entre ellos Chile.
La alarma la dio a conocer ayer públicamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), que llamó a destruir la cepa que, en 1957, provocó una epidemia de gripe asiática y la muerte de entre uno y cuatro millones de personas.
La preocupación de la entidad no es menor si se considera que este virus desapareció en 1968, por lo que todas las personas nacidas tras esa fecha no cuentan con inmunidad frente a la cepa y que ésta no viene incluida en las actuales vacunas antiinfluenza.
De los tres mil 747 laboratorios que trabajaron con la muestra del virus H2N2, sólo uno de ellos, ubicado en Canadá, realizó más pruebas que las establecidas en la rutina encontrándose con la mortal cepa.
Fue entonces cuando la OMS notificó a las autoridades de salud de todas las naciones que recibieron las muestras para que ordenaran su destrucción inmediata, mientras el Colegio de Patólogos de EE.UU. contactaba por fax a los laboratorios que trabajaban con el virus.
En nuestro país el llamado de alerta llegó a oídos de las autoridades sanitarias el pasado martes, pero sólo en las primeras horas de ayer se dio a conocer a los medios de prensa. En la tarde, en tanto, el Instituto de Salud Pública (ISP) confirmó que la cepa había sido analizada por el laboratorio de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile y destruida en diciembre del año pasado. Sin embargo se reconoció que los riesgos de contagio existieron y que aunque se descartaron posibles contagios en nuestro país, la alarma seguirá vigente hasta que la OMS confirme la misma situación en el resto de las naciones afectadas.
Su paso por Chile
El 10 de diciembre del año pasado llegó al país una muestra de la cuestionada cepa hasta el laboratorio de la Universidad Católica, para ser sometida a una serie de exámenes que buscan identificar el virus de la influenza (ver recuadro).
Una vez que los especialistas terminaron de manipular el producto, enviaron los resultados al Colegio de Patólogos de Estados Unidos, y procedieron a destruir la muestra como es habitual.
Nunca sospecharon que tuvieron en sus manos el mortal virus H2N2. De hecho, no fue hasta el pasado martes que el Ministerio de Salud recibió la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), comenzando de inmediato una frenética carrera por identificar el laboratorio donde se había analizado la muestra.
Pese a que las autoridades no estaban facultadas para entregar el nombre de la entidad involucrada, la Universidad Católica se adelantó a los hechos y envió un comunicado donde informó que “existe la probabilidad de que el antígeno del virus haya sido recibido en sueros liofilizados (en polvo), pero éstos fueron procesados y eliminados de acuerdo a las normas establecidas”.
Horas más tarde, la directora del Instituto de Salud Pública, Paulina Saball, y la jefa del departamento de Epidemiología del Minsal, Ximena Aguilera, fueron las encargadas de confirmar el hecho y explicar los alcances de lo que calificaron como “un error”.
Hubo riesgos
Las especialistas explicaron que en Chile no hubo ningún tipo de contagio, ya que los laboratorios nacionales trabajan bajo estrictas medidas de bioseguridad que aseguran que las cepas analizadas son aisladas en forma adecuada.
“Ninguna de las personas que trabajaron con la cepa sufrieron algún síntoma atribuible a la muestra”, dijo Aguilera.
De todas maneras, advirtió que el impasse puso en riesgo la salud de la población, puesto que habría bastado con que una persona nacida después del año 1968 se hubiese contagiado con la enfermedad para generar un brote epidémico de proporciones.
Pese a que toda la cepa del virus H2N2 fue destruida, la profesional informó que la alerta mundial se mantiene ya que aún no existe información respecto de lo que pasó en el resto de los países que recibieron las muestras.
“Mantendremos una vigilancia epidemiológica y ya informamos a la OMS sobre nuestra experiencia, pero estamos en alerta ante cualquier antecedente que nos llegue del extranjero”, agregó Aguilera.
Por su parte, el ministro de Salud, Pedro García, llamó a la población a estar tranquila y enfatizó que estas cepas no tienen ningún vínculo con el proceso de vacunación que realizó la cartera en el sistema público contra la influenza.
“Esto no tiene nada que ver con el proceso de vacunación que recientemente hemos terminado en forma bastante exitosa y mucho menos tiene que ver con las campañas de invierno o con que este germen o esta bacteria esté circulando en el medio ambiente”, aseguró el secretario de Estado.
DATOS
-Si el virus escapara, los más afectados serían las personas nacidas después de 1968. Hasta entonces la cepa estuvo en el ambiente y, en teoría, los nacidos antes de ese año tendrían inmunidad.
-Además de Chile, las muestras erradas llegaron a Brasil y México, en América Latina, y a Francia, Alemania, Japón, Canadá y Estados Unidos, Bélgica, Bermudas, Hong Kong, Israel, Italia, Líbano, Corea del Sur, Arabia Saudita, Singapur y Taiwán.
ELIMINACIÓN
Brasil y México confirmaron ayer que las cepas del virus H2N2 enviadas por un laboratorio de Estados Unidos fueron destruidas a tiempo, sin que se registraran personas contagiadas.
El Ministerio de Salud brasileño informó que las muestras del letal virus habían sido recibidas en el hospital Albert Einstein y el Laboratorio Fleury, ambos en la ciudad de Sao Paulo.
En el caso de México, las autoridades ordenaron la inmediata destrucción de los productos.