SINGAPUR, 15 de septiembre de 2006. El nuevo informe Governance Matters, 2006: Worldwide Governance Indicators (Governance Matters, 2006: Indicadores de la gobernabilidad en el ámbito mundial), que se ha dado a conocer hoy, demuestra que la gobernabilidad puede ser medida, que las deficiencias en esta esfera no son un problema exclusivo del mundo en desarrollo y que los países que emprenden reformas pueden mejorar considerablemente la gobernabilidad y realizar grandes avances en la lucha contra la corrupción en un plazo relativamente breve, inferior, inclusive, a un decenio.
En el informe se refuta, por ejemplo, a quienes han expresado pesimismo respecto de África, señalándose que países que han emprendido reformas, como Tanzanía, Ghana, Botswana, Nigeria, Mozambique y Senegal, han realizado progresos durante la última década en una o más de las dimensiones de la gobernabilidad.
Asimismo, los países que introducen reformas en la gobernabilidad suelen recibir importantes dividendos en materia de desarrollo pues las mejoras en esta esfera pueden llegar a triplicar el ingreso per cápita en el largo plazo.
Los indicadores también señalan que más de una docena de países no pertenecientes a la Organización de Desarrollo y Cooperación Económicos (OCDE), entre ellos Eslovenia, Chile, Botswana y Estonia, tienen en estado de derecho y control de la corrupción un puntaje más alto que algunos países industrializados, por ejemplo Grecia e Italia. En algunas economías emergentes también se observan mejoras en otras dimensiones de la gobernabilidad.
Entre los países que han aplicado sólidas reformas durante el último decenio cabe señalar a Perú, Ghana, Tanzanía, México, Bosnia, Serbia y Croacia, con firmes mejoras en materia de voz y rendición de cuentas; Bulgaria, la República Eslovaca y Rumania, en cuanto a efectividad gubernamental; Armenia, Hungría, la República Eslovaca y Lituania, en el ámbito de la calidad regulatoria, y Georgia, Letonia y Corea del Sur, en el control de la corrupción.
“Los reformadores del sector público, los ciudadanos, las empresas nacionales, los donantes y los inversionistas extranjeros de todo el mundo reconocen ampliamente que el buen gobierno es fundamental para mejorar los niveles de vida”, afirma Daniel Kaufmann, director de Gobernabilidad Global en el Instituto del Banco Mundial y coautor del informe. Y agrega: “En varios países, los gobiernos están implementando reformas en materia de transparencia en esferas tales como las adquisiciones, la declaración de bienes y la gestión financiera, y en otros también están dando más voz a sus ciudadanos y a los medios de comunicación. Estas reformas pueden traducirse en mejores calificaciones de la gobernabilidad y en un mayor grado de eficacia de la ayuda y de reducción de la pobreza”.
Los indicadores para más de 200 países se basan en cientos de variables y en una recopilación de más de 120.000 respuestas proporcionadas por ciudadanos, especialistas y empresas de todo el mundo, que se extrajeron de 30 fuentes básicas. La actual publicación de estos indicadores y las fuentes de datos que los sustentan constituyen el mayor compendio de información sobre gobernabilidad a nivel mundial que está a disposición del público. Estas mediciones empíricas basadas en pruebas sirven de ayuda a las partes interesadas en el desarrollo para realizar un seguimiento de la calidad de las instituciones, respaldar el fortalecimiento de la capacidad, mejorar la gobernabilidad y luchar contra la corrupción. Los indicadores de la gobernabilidad en el ámbito mundial miden los siguientes seis componentes de buen gobierno:
Voz y rendición de cuentas: mide los derechos políticos, civiles y humanos.
Estabilidad política y ausencia de violencia: mide la probabilidad de que el gobierno esté sujeto a amenazas violentas o cambios, incluidos actos de terrorismo.
Efectividad gubernamental: mide el grado de competencia de la burocracia y la calidad de la prestación de servicios públicos.
Calidad regulatoria: mide la incidencia de las políticas desfavorables para el mercado.
Estado de derecho: mide la calidad de la ejecución de contratos, la policía y los tribunales, incluida la independencia del poder judicial, y la incidencia del delito.
Control de la corrupción: mide el abuso del poder público en beneficio privado, con inclusión de la corrupción en pequeña y gran escala (y el control del Estado por minorías selectas).
"Para las autoridades normativas y los reformadores que desean incorporar rigurosidad y sistemas de medición en este importante tema, los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial constituyen un instrumento invaluable que permite establecer puntos de referencia en cada esfera y medir los progresos realizados”, afirma Ngozi Okonjo-Iweala, ex ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores de Nigeria.
Los indicadores proporcionan amplia información sobre las vinculaciones entre la calidad institucional y los resultados socioeconómicos en los diversos países, y sobre las tendencias mundiales y regionales en materia de gobernabilidad. En particular:
Las mejoras en la gobernabilidad tienen el efecto de elevar el nivel de vida y reducir la pobreza. Las investigaciones sobre el tema demuestran que los aumentos del nivel de vida se deben, en gran parte, a mejoras en la gobernabilidad, y no viceversa. Mejorar la gobernabilidad en países pobres como los de África al sur del Sahara, por ejemplo, permitiría obtener resultados importantes. El buen gobierno genera grandes “dividendos en materia de desarrollo” bajo la forma de niveles de vida más altos y mitigación de la pobreza. Los indicadores señalan que cuando la gobernabilidad se incrementa por una desviación estándar, los ingresos se triplican en el largo plazo y la mortalidad infantil se reduce a un tercio de la cifra inicial.
Habida cuenta de que constituye sólo una fracción de la diferencia entre aquellos que han tenido el peor y el mejor desempeño, este aumento de la gobernabilidad es factible. Por ejemplo, sólo existe una desviación estándar entre Somalia y Nigeria, Nigeria y El Salvador, El Salvador e Italia o Botswana, y Botswana y el Reino Unido, en la dimensión del estado de derecho; entre Guinea Ecuatorial y Tanzanía, Tanzanía y Lituania, Lituania y Chile, y Chile y Finlandia, en materia de control de la corrupción, y entre Corea del Norte o Myanmar y Kazajstán o Chad, Chad y Zambia o Singapur, Singapur y la República de Corea o Botswana, y Botswana y Dinamarca, en la dimensión de voz y rendición de cuentas.
Cuando existe un firme liderazgo y sólidas medidas de reforma, las mejoras de la gobernabilidad producen resultados con relativa rapidez. Si bien no es la norma, los indicadores de gobernabilidad señalan que varios países han realizado progresos significativos incluso en el breve período transcurrido desde 2002, entre ellos Ucrania, Serbia y Liberia, en la dimensión de voz y rendición de cuentas; Georgia, en materia de estabilidad política y control de la corrupción, y la República Eslovaca en cuestiones de efectividad gubernamental.
Las tendencias mundiales en materia de gobernabilidad son alarmantes. En promedio, no se han producido grandes mejoras en la calidad de la gobernabilidad en el ámbito mundial. Aunque se han registrado mejoras en varios países, en otros tantos la situación se ha deteriorado, y en muchos aún no se observan cambios importantes.
"La medición de la gobernabilidad plantea dificultades, y no se tiene la certeza de que la información suministrada por los indicadores sea totalmente exacta”, afirma Aart Kraay, economista principal en el Grupo de Investigaciones del Banco Mundial y, junto con Kaufmann, coautor del informe. "Una de las principales características de nuestros indicadores de gobernabilidad reside en los esfuerzos que realizamos por señalar con total transparencia el grado de imprecisión, aspecto éste que rara vez se reconoce aunque está presente en todas las mediciones de la gobernabilidad. Nuestros indicadores son más informativos que cualquier fuente de datos individual debido a que reunimos la información proveniente de muchas fuentes diferentes”.
Cada vez es mayor el número de organizaciones que utilizan los indicadores de la gobernabilidad en el ámbito mundial. La Millennium Challenge Corporation de Estados Unidos, por ejemplo, los usa junto con otras fuentes de datos para tomar las decisiones respecto de la distribución de la ayuda. Otros gobiernos donantes, como el de los Países Bajos, también los aplican para realizar un seguimiento de la calidad de la gobernabilidad en los países receptores de ayuda. Las entidades de calificación del riesgo y las organizaciones no gubernamentales también los utilizan.
Kaufmann hace hincapié en que es menester que los organismos donantes, los dirigentes nacionales, la sociedad civil y el sector privado realicen un esfuerzo concertado para ayudar a los países a mejorar su gobernabilidad en el futuro. “Debemos aprender de los éxitos y los fracasos, y deberíamos abandonar las iniciativas que no funcionan así como intensificar el apoyo a los gobiernos, las instituciones y la sociedad civil que emprenden reformas con el propósito de lograr un Estado más transparente y responsable”.
El informe completo, la síntesis de los principales resultados y el nuevo conjunto de indicadores están disponibles en: http://www.govindicators.org