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[B]Funcionarios de carrera acusan desde “cuoteos” políticos y financiamientos poco transparentes hasta discutibles cambios en el plan de la alta competencia.[/B]
No es precisamente a un lecho de rosas al que llegó Macarena Carvallo al asumir la Subsecretaría de Deportes. El saliente director, Ernesto Velasco, se desembarcó de un buque plagado de rencillas internas, desórdenes administrativos y fuertes críticas de los propios funcionarios. Y donde, además, abundan las acusaciones de poca transparencia así como desgobierno e inacción.
La salida de Velasco se venía rumoreando al menos desde octubre, aunque fue en diciembre pasado cuando su partida se convirtió en vox populi al interior de la organización.
Para muchos, la gota que rebasó el vaso fue la realización en octubre de los Juegos del Bicentenario, un torneo escolar que pretendía llenar el Estadio Nacional para buscar a los talentos que llegarían a las Olimpíadas 2012 y a cuya inauguración asistió el Presidente Lagos. Pero la ceremonia fue de tal pobreza técnica que La Moneda expresó su molestia. No llegaron más de 10 mil personas, el audio no funcionó (pese a que se pagaron $50 millones en la producción del evento) y el Mandatario se retiró apenas terminó la primera carrera.
Otros sostienen que su suerte se terminó de sellar a fines de diciembre, con la difusión para 2005 del Programa de Desarrollo de Deportistas de Alto Rendimiento (Proddar), que a contar de ahora permitirá acceder a una beca mensual únicamente a aquellos que hayan obtenido una medalla (olímpica, mundial o sudamericana). Es decir, sólo los deportistas top-top podrán optar a los montos que oscilan entre los $470 mil y dos millones de pesos, y no los que tuvieran posibilidades de obtener las preseas en el futuro. Pero aunque Velasco ya no está en la institución, los funcionarios aún temen hacer sus críticas a rostro descubierto. “La Segunda” habló con varios de ellos, de distintos rangos. Y todos pidieron reserva de su identidad.
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A Velasco sus ex funcionarios le critican la “terquedad” y la “desconfianza en los equipos técnicos”, así como sus constantes inasistencias.
“Además, a todo decía que sí, hacía promesas y contraía compromisos. Si le pedían una cancha, decía que sí; la organización de un torneo, también. Pero al momento de concretar, se encontraba con que no se podía y no pudo responder a muchos ofrecimientos”, dice un jefe de departamento.
Sobre todo, le enrostran el nombramiento de quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos: Juan Osses Barrientos, el personal trainer del Presidente Lagos y jefe de la División de Actividad Física y Deportes. Justamente la cara más visible de la institución, porque se relaciona con las disciplinas del Alto Rendimiento y los deportistas “top”.
Juan Osses es un funcionario de carrera de Chiledeportes, desde el tiempo en que era la Digeder. En la administración de José Dollenz (2000) fue jefe técnico del Centro de Alto Rendimiento (CAR) para deportistas de elite. De allí pasó a las oficinas centrales y, luego, al departamento de Ciencias del Deporte.
Tras conocer su proyecto deportivo Fuerza País (que hace un crítico y asertivo diagnóstico de la educación física entre los escolares), Ernesto Velasco decidió trasladarlo a Actividad Física.
Fue Osses quien más se involucró en el cambio al sistema del Proddar, el que estuvo supervisando los Juegos del Bicentenario y quien preside el comité técnico, encargado de aprobar o rechazar los proyectos que postulan a los fondos concursables de Fondeportes.
“Uno de los peores errores de Velasco fue poner a Osses en esa jefatura. De ahí parten todos los conflictos más gruesos. Sólo lo puso ahí para, supuestamente, tener más cercanía con el Presidente y porque tenía un planteamiento técnico, aunque es impracticable. Y todos los errores de Osses los pagó Velasco”, dicen algunos críticos de su gestión. -
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Otro de los aspectos que se ha granjeado fuertes críticas internas es el uso de los millonarios recursos de Fondeporte, destinado a proyectos concursables de promoción deportiva. Tanto, que la Asociación de Funcionarios denunció ante la ANEF el “paupérrimo porcentaje de recursos destinados a proyectos de concurso”.
Fondeporte funciona por dos vías: concurso y asignación directa. En ambos casos, los proyectos deben cumplir con una serie de requisitos técnicos antes de ser aprobados. El 70% de los recursos está dirigido a los concursos y el resto a la entrega directa. Sin embargo, en sus tres años de funcionamiento, nunca se han presentado tantos proyectos “aprobables” como para cumplir la cuota, por lo que las platas se traspasan a la asignación directa.
El año pasado, por ejemplo, postularon 4.942 proyectos y fueron seleccionados 1.333. Para 2005 cuando el fondo disponía de $8 mil millones lo hicieron 4.311 y se eligieron 1.276, lo que equivale a 3.400 millones.
El problema, según revelan fuentes de Chiledeportes, es que este año fueron rechazados 470 proyectos a pesar de que cumplían todos los requisitos y cuya aprobación habría significado destinar entre $1.500 y $2.000 millones más.
Uno de los proyectos rechazados es el del Club Deportivo Escolar, Cultural, Social y Recreativo San Pedro, que pedía $7.789.000 pesos y obtuvo la más alta calificación (480 puntos). Otro con alto puntaje, y que cumplía todos los requisitos, era el del Club Deportivo Liceo Carmela Carvajal (432 puntos), y que solicitaba $ 2.832.000.
“No hay explicación para estos rechazos, porque plata había y proyectos también”, plantean las fuentes.
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Al interior de Chiledeportes también se critica otro punto que se exhibe como ejemplo de la mala gestión: las bases para las donaciones de empresas privadas para descontarlas de impuestos fueron mal diseñadas por la institución, pues se fijaron las mismas que para Fondeporte, un fondo destinado a proyectos que es concursable. Si bien no se perdió plata, cientos de donaciones fueron rechazadas por no cumplir con los requisitos y miles de beneficiarios se quedarán con las ganas… Y millones de pesos no entraron al sistema que pudo haber ayudado a muchos de nuestros deportistas que teniendo talento carecen de recursos.
