Encontré esto en la Radio Concierto, me rei bastante, leanlo, y comenten
Carta abierta del marido dedicado a su amada mujer independiente.
Amor mío:
Hola. Soy el hombre perfecto que toda mujer reclama para sí. ¿Por qué? Fácil. Porque lavo-plancho-barro-trapeo-cocino-pongo pañal-saco pañal-hago el fuego-preparo ensaladas- ordeno la pieza- pago las cuentas- yo pago todo- hago el amor y nunca llego antes que tú porque eso sería una ordinariez inaceptable- no tomo alcohol –no salgo por la noche- no veo fútbol- me encantan que te encanten las teleseries y te las grabo si estás en un happy hour y no alcanzaste a llegar a verla y me pierdo las noticias si tu quieres ver la teleserie a la hora de las noticias. Qué feliz me hace hacerte feliz.
Además tejo- coso- virutillo- hago mermeladas- preparo queques- no ronco ni me pedo- hago dormir a los niños- levanto a los niños y hago desayuno para ellos y para ti todos los días y el fin de semana te llevo a la cama el continental que tanto te gusta- preparo el picoteo para cuando invitas a tus amigas y cuando ya están acá cada media hora pregunto si está todo bien, si les falta alguna cosita- además soy el rey de homecenter- aserrucho- martillo- destornillo- pinto- el sistema eléctrico es mi pasión- pongo la mesa- levanto la mesa- lavo los platos y guardo los platos donde tú dijiste que iban los platos- por último, soy oloroso, nunca huelo mal- jamás me saco las pelusas del ombligo y tampoco de entre los dedos de las patas porque sé que no te gustaría.
Oh, soy tan pleno y feliz porque sé que tú eres feliz conmigo y a veces sin mí. Por eso, no creo eso que dicen mis amigos de que soy un mamón. No creo esa calumnia barata que me contaron de que no vas a un happy hour con tus amigas los martes sino que te juntas a tirar con el cabrón compañero de pega tuyo, ese el ex rugbista y empresario emergente y millonario dueño de tres maseratis. Yo sé que eso no es verdad porque a ti no te gustan los hombres que te hacen sentir que no existes y tú sabes que él es un cabrón que trata con indiferencia a las mujeres. Yo sé que no te gustan los cuerpos atléticos porque son de cabeza de músculo y además no saben cómo arreglar una llave que gotea o para qué sirve una olla de presión.
Yo sé que no te compraste eso de que lo tiene de 24 centímetros como a él le gusta pavonear cada vez que viene a la casa a comer y yo los atiendo mientras conversan a la luz de las velas. Yo sé que te tocaba el trasero en la cocina por lo que tú dijiste, que era porque te había caído harina y estabas manchada y él, nunca tan grosero, sólo te limpiaba suavemente para no arrugarte la tela de la falda. Además, esas fotos que me enviaron por internet donde salías haciendo el amor con él y su equipo de baby era un truco. Puro photoshop como tú me dijiste y enseñaste con tanto ahínco y dedicación.
Sí claro, porque tú no mientes y yo no soy un mamón. Además puedo entender que se lleven tan bien y por eso se dan besos en la boca. Yo soy un hombre abierto de mente y puedo entender que se quieran como hermanos y si yo hubiera tenido una hermana le hubiera dado besos en la boca. Claro. Porque yo entiendo a las mujeres y sé lo que quieren. Y que me digan cornudo, no importa. Venado, huemúl, alce o unicornio. Porque sé… yo si que sé reconocer lo que una mujer moderna busca y necesita. Por eso, te dejé un quequito de murtilla sobre la mesa y pan amasado para cuando llegues de la reunión esa con tu compañero de pega. Perdona si me quedaron con poca sal. Pero estoy cuidando de tu presión y así evitar la retención de líquido. Eso no más sería. Mañana te hago reiki y una torta merengue frutilla. Un betito. Tu marido ideal. Te quiere, tu moñi moñi.