Junto con la implementación de las Rutas del Vino tanto en sectores cercanos a Santiago como aqui en la octava region ( aquí a un nivel más humilde o popular).la propuesta que muestra la Viña LAPOSTELLE es bastante buena claro un turismo orientado a la clase más alta y a extranjeros…
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El Clos de Apalta, uno de los vinos más caros de Chile, no será la única atracción de lujo que tendrá la viña Casa Lapostolle que en septiembre lanzará su oferta turística en el valle de Colchagua, sumándose al auge que vive esta zona vitivinícola.
Se trata de una especie de refugio conformado por una casa de huéspedes y cuatro cabañas independientes de alto nivel que, según explicó la presidenta de la viña, Alexandra Marnier, más que convertirse en una línea de negocio relevante en términos de ingresos, busca fortalecer la imagen de Casa Lapostolle.
El público objetivo son los amantes del vino, capaces de recorrer el mundo en busca de nuevas bodegas, sin que importe demasiado el costo. En este caso, la estadía por dos días, para dos personas, costará cerca de US$1.500.
La presidenta de la viña, Alexandra Marnier, explicó que el proyecto permitirá difundir la naturaleza de Apalta y del valle de Colchagua. “Con el tiempo la gente se va a dar cuenta de esto y Colchagua va a ser tan conocido como Napa Valley o como los mejores lugares de Burdeos”, comentó.
Aunque la industria del vino está fuertemente golpeada por la abrupta caída del tipo de cambio, las viñas están apostando con fuerza al negocio turístico, habilitando sus casonas patronales como casas de huéspedes, lanzando una amplia oferta gastronómica o creando centros de salud y bienestar que tienen como eje el vino.
En el caso de Colchagua, el paso decisivo lo dio el empresario de la zona Carlos Cardoen, al inaugurar el hotel Santa Cruz Plaza en 2000. Después se sumaron el Hotel Casa Silva, Hacienda Los Lingues, Hotel Viña La Playa y el Parador de la Viña.
Tal es el auge, que Viña Montes evalúa, junto al grupo Penta, construir en pleno valle de Apalta un hotel de cinco estrellas, que tendría una oferta de alto nivel, al estilo de lo que se conoce como un Wine & Spa donde los turistas encuentran un lugar exclusivo, pequeño, en el que pueden acceder a vinoterapia y actividades al aire libre en las cercanías del establecimiento.
Alexandra Marnier está optimista frente a este auge y asegura que la competencia ayudará a reforzar el conocimiento del valle en el mundo. “Es más gente que viene y que le gusta el vino. Lo encuentro muy bien, es exactamente como lo han hecho en Napa Valley”, comentó.