Cuando te preguntan la edad, es probable que no te equivoques (salvo que hayas cumplido años recientemente). Pero para esa esfera giratoria a la que llamamos hogar, la edad es un asunto mucho más complicado.
Esta semana, Cherry Lewis de la Universidad de Bristol, dio cuna conferencia sobre la historia del datado de la Tierra como parte del Festival BA de Ciencia de York, en Inglaterra.
Antes de la así llamada datación radiométrica, la edad de la Tierra era una cosa que dependía de la suposición. Los lectores de la Biblia, por ejemplo, calculaban (contando las edades de todos los engendrados tras Adán) que nuestro planeta era un jovencito de unos pocos miles de años, lo cual se mantuvo hasta finales del siglo XIX, cuando el físico Lord Kelvin estimó la fecha de nacimiento de la Tierra en unos 100 millones de años. Kelvin defendió su cálculo a lo largo de toda su vida, llegando incluso a disputar a Darwin sus explicaciones sobre la evolución, ya que según él era imposible que este proceso se hubiera dado en un periodo tan corto.
En 1898, Marie Curie descubrió el fenómeno de la radioactividad, en el cual los átomos inestables pierden energía, o se desintegran, emitiendo radiación en forma de partículas u ondas electromagnéticas. En 1904, el físico Ernest Rutherford demostró que este proceso de desintegración podía actuar como un reloj para fechar rocas antiguas.
Por aquel entonces, Arthur Holmes (1890-1964) finalizaba su carrera en geología en el Imperial College de Ciencias en Londres, donde desarrolló la técnica de datado de rocas usando el método de uranio-plomo. Aplicando esta técnica a las rocas más antiguas conocidas, Holmes propuso que la edad de la Tierra era de al menos 1.600 millones de años.
En un informe sobre sus hallazgos, publicado en 1913 en la revista Nature, Holmes expresó el no demasiado extasiado recibimiento que tuvo su descubrimiento: “Los geólogos, que hace 10 años se veían apurados por la brevedad del tiempo que les brindaban para explicar la evolución de la corteza terrestre, estaban ahora aún más perplejos por la superabundancia de tiempo a la que yo les enfrentaba”.
Después, la edad de la Tierra continuó siendo debatida con vehemencia durante décadas.
Desde entonces, se han realizado varias revisiones. En la década de 1920, la edad de la Tierra creció hasta alcanzar los 3.000 millones de años, con lo cual se llegó al contrasentido de que la Tierra era más antigua que el universo, ya que entonces la edad de este se estimaba en aproximadamente 1.800 millones de años.
“No fue hasta la década de 1950 que la edad del universo finalizó siendo revisada y colocada en un valor seguro, más allá del de la edad de la Tierra, cuya estimación para entonces ya había alcanzado los 4.560 millones de años”, comentó Lewis durante su conferencia. “Los geólogos, observaron de pronto a los físicos con un nuevo respeto”.
Para que conste, ahora se cree que el universo tuvo su debut - al menos en esta última reencarnación - hace unos 13.700 millones de años.
Traducido de How is Earth’s Age Calculated? (14-09-2007)
(fuente: www.maikelnai.es)