¿Cuándo cambiamos y nos damos cuenta de nuestras fallas y errores y permitimos el fin del matrimonio?

¿Cuándo cambiamos y nos damos cuenta de nuestras fallas y errores y permitimos el fin del matrimonio?, allí empieza la historia de mi vida, cuando adolescente nunca creí en el amor y me dedique a tener solo compromisos temporales o será que solamente actuaba de esa forma por miedo a tener una relación estable y llena de compromisos y solo buscaba excusas para evitar enamorarme. Lo cierto que conocí a una niña interesante, hermana de un amigo con el que practicaba futbol, ella tenía 13 años y yo 20 ya era un adulto o eso intentaba, la verdad, su mirada, su sencillez y su humildad me cautivaron cuando la vi por primera vez, recuerdo que llevaba puesto un pantalón blanco, un top azul y chaqueta y unos zapatos (Jum) azul, su cabello rizado espectacular y una mirada llena de ilusiones y sueños. Al pasar los días me fui enamorando de ella y para que negarles volvió mis miedos de tener una relación seria y llena de compromisos, no sabía cómo decirle o simplemente pensaba en dejarla y convertirme en un cobarde e ignorarla. Lo cierto fue que comenzamos a sentir pasión por nuestra relación y un amor incondicional con sus bajas y altas. Me encantaba el hecho de saber que a mi lado tenía una mujer espectacular y me fui enamorando cada día con fuerza. Vivimos momentos de triunfos, alegrías, tristezas y un verdadero apoyo por parte de su madre y mi madre. Luego comenzamos a vivir juntos en una habitación que su madre nos cedió y me encantó la idea de estar a su lado, recuerdo que pasamos momentos llenos de ternura, amor, dulzura y mucha comprensión por parte de esa princesa maravillosa. Creía que el momento con más tensión y nerviosismo fue cuando tuve que pedirle la mano de esa niña a su papá y su mamá, no fue así, fue cuando ella tomo la decisión luego de 9 años de compartir alegrías y tristezas pedirme que me casará con ella, era un momento donde asumía otro reto que fortalecería nuestro amor donde teníamos aproximadamente 5 años viviendo juntos, ahora continuaría nuestro proyecto de vida. Así fue, nos casamos un viernes 06 de mayo del 2011 por lo civil y un sábado 14 de mayo del mismo año por la iglesia, fue todo espectacular, maravilloso donde surgieron nuevas emociones de amor. Recuerdo que en nuestra luna miel comenzamos a creer que posiblemente podía estar embarazada por su condición que mantuvo en toda la semana. Al regresar, sentí tanta emoción por la sorpresa que me preparó para saber que sería padre, ese día fue tan único sentí tanta emoción que mi vista se nublaba y mi corazón latía tan fuerte de la emoción tan grande que es soñar tener una familia. El momento de mayor tensión ahora era el nacimiento de la bendición más grande que nos da Dios un hijo, recuerdo ese día enferme cuando estaba naciendo mi hijo, pero era solo emocional, donde mi cuerpo se paralizaba y no respondía de la emoción más grande que es ver a ese chiquitico tan indefenso, tan tierno y con ganas de poderlo besar y decirle, bienvenido al mundo hijo TE AMO, gracias Dios por esta bendición. Disfrutamos los mejores momentos con nuestro hijo cada día era especial, donde presenció triunfos en común con su padre y madre, al convertirnos en profesionales y fue otro éxito dentro de nuestras vidas. La vida te presentaba muchos aprendizajes y experiencias que nos hacían crecer como padres y nos convertía en personas cada vez mejores, momentos como ver a tu hijo decir su primera palabra, gatear, dar sus primeros pasos y lo más bello su primer día de clases, recuerdo que su madre lloró tanto de la emoción, nos sentíamos orgullosos de lo que estábamos logrando. Fueron momentos muy bellos donde tu corazón se llena tanto de alegría que brillábamos de amor. Con el pasar del tiempo cuando mi hijo cumplió sus tres años logramos adquirir un apartamento donde finalmente nos mudamos en agosto del 2015. Seguidamente mi esposa consiguió una oportunidad de trabajo donde ejercería su carrera. En ese momento, permitimos que su padre, se quedará en una de las habitaciones para ayudarlo, ya que no tenía donde vivir y la verdad fue bueno, solo que no pensé que debimos haber tenido nuestra privacidad y permitimos construir un hogar solos. Al pasar los días comenzaron los problemas y discusiones que mejoraban por días. Mi actitud empezó a convertirse más posesiva, ofensiva y llena de maltratos psicológicos y celos sin razón y no me daba cuenta del miedo que iba dejando en mi esposa y fueron pasando los meses y a pesar de asistir solo en ayuda psicológica no pude controlarme y caí en un círculo vicioso, donde mis problemas los ligaba con mi relación de familia, el ambiente se tornó muy hostil y se estaba comenzando a involucrar a nuestro hijo donde el no entendía lo que pasaba. En tres oportunidades nos dejábamos y luego nos reconciliamos y ella me disculpó, sin darnos cuenta que no buscábamos la solución al problema. Y llegó ese día lunes 11 de abril del 2016 donde la miras a los ojos y sientes un vacío tan grande que crees que se te acaba el mundo cuando ella ahora le toca asumir la decisión de sepáranos y continuar cada uno por destinos diferentes donde nuestro proyecto de vida deja de ser uno solo y nos toca reformular el camino que nos queda por recorrer. Olvidamos los recuerdos de los momentos maravillosos y espectaculares y nos encerramos en un ambiente de celos, desconfianza, inseguridad, confrontaciones, insultos y miedos, donde ya no existía la comunicación y los planes a futuros. Posiblemente caímos en una rutina donde se fue marchitando el amor que una vez sentimos, admito que esa princesa no obtuvo el verdadero cambio que anhelaba de su esposo, intente cambiar, pero ya era tarde, ya no se daría una cuarta oportunidad, mi aptitud frente al problema, no le inspiro confianza a mi esposa, mis palabras no ya no significaban nada y mi voluntad se quedó a medias al intentarlo. Hoy reconozco y me arrepiento de los errores cometidos que le pusieron tiempo de espera hasta que mi hijo cumpla 5 años en diciembre de 2016 e introducir los trámites de divorcio y de esta forma perder nuestro hogar y la familia que ambos formamos. Dicen que la batalla no se pierde hasta caer el último hombre, hoy me siento acorralado por un ejército y mi inspiración de superar esta batalla es nuestro hijo y el amor que siento por ella, esto me da fuerzas y fe que a pesar de quedar solo en esta batalla tengo la ayuda de nuestro Dios y la fe puesta en el para afrontar esta adversidad. Sé que es duro, pero moriré intentado recuperar lo más hermoso que en mi vida y con ello buscar todas las herramientas necesarias para reconstruir nuestro hogar, nuestro amor y lo más importante nuestra familia, un tesoro precioso e invaluable, todavía nos queda mucha vida por seguir escribiendo nuestra historia. Hoy estoy aferrado a Dios para que me fortalezca como hombre lleno de amor, confianza, respeto, humildad, paciencia y capaz de entregar todo a cambio de nada. Estoy superando este duelo emocional, donde nos toca ser más valientes y luchadores, a pesar de demostrar debilidad y miedo. Estoy dispuesto a dejarla libre y que vuele alto y crezca como nunca si eso expresara mi amor más profundo, si su felicidad depende de alejarse de mí, me rindo y me acobardo pero no quiero morir siendo el último hombre en la batalla, con la esperanza de poder ver a la madre ejemplar y esposa maravillosa crecer y lograr sus mayores éxitos en su vida. Esa es mi historia, mi verdad y los sentimientos más profundos de mi corazón. “Señor, gracias te doy por morir por mí, te pido que perdones mis pecados, entra en mi corazón, toma mi vida y haz de mi la persona que quieres que yo sea, gracias por escucharme, Amén”
Hoy siento mucha ansiedad, nerviosismo porque es duro estar en el mismo hogar donde hemos compartido juntos, ahora en cuartos separados y su aptitud se nota con mucha firmeza y resentimiento hacia mi persona, donde aún no logro aceptar la decisión de ella de separarnos emocionalmente y afectivamente de un amor con muchos planes y proyectos juntos.
Empiezo a recordar palabras que me dijo y escribió en años anteriores… “brilla siempre con tu propia luz con la cual la enamoró y la hizo sentir feliz y me invitó los próximos 1000 años a amarnos y a construir nuestro futuro con amor, con confianza y respeto.”
Hoy mantengo mi lucha constante y digo, Gracias a Dios, a la vida o al destino por permitirme sentir y mantenernos unidos con ese amor tan inmenso y bello y por ser ella, mi ilusión, mi alegría que siento al despertar y saber que es otro día para amarnos y sentir de nuevo sus caricias, sus besos, su pasión, sus abrazos al dormir y soñar contigo mi princesa. Mi cielo tenemos que darle gracias a Dios porque cada día que estemos juntos es símbolo de que estamos ganándole a esta vida tan dura y luchando contra todas las malas personas que nunca creerán en nuestro amor, eso me lo escribió un día. También me enseño que no hay momentos malos sino difíciles de olvidar, que los errores son pequeñas piedras que encontramos en esta montaña que es la vida y son los que nos enseñan a saber apreciar los buenos momentos. Por eso sonríe así tengas lágrimas en tus ojos, camina así tengas tropiezos, vive así no tengas por quien, pero nunca olvides que estoy y estaré siempre a tu lado. Los celos han sido desde siempre y es que también me daba miedo despertarme y ya no estuvieses a mi lado, quien diría un día me dijo que no sabía si yo me fijaría en una niña como ella y la verdad me cautivó y enamoró y hoy 14 años después soy el que no sabe si esa mujer que vi crecer siga enamorada de este hombre que se arrepiente de sus errores, sus faltas y promete cambiar toda su vida para volver a nuestro destino un camino lleno de amor y felicidad. Tengo miedo de perderla, miedo a que un día ya no esté y no sientas más amor por mí, La amo y por amor y el futuro de nosotros y nuestro hijo debemos mejorar algunas cosas, solo le pido otra oportunidad a DIOS y dejo todas mis cargas y preocupaciones en él, y la verdad creó que al pasar los días no logró entender que hace, como actuar y como reconquistar ese amor, esa confianza, ese respeto y quitarle esos miedos. A veces me quedo donde mi abuela para poder conciliar sueños y evitar seguir haciéndome daño al escucharla y verla, mi corazón se ilusiona y llego a pensar que eso me hace más daño por ser tan impaciente o solamente hacerme falsas expectativas de un futuro donde ella me manifestó no visualizarse conmigo, me pregunto ¿cómo me veo con ella dentro de unos meses?, solo me queda decir que ella y mi hijo son mi familia, mi hogar los más bello que DIOS me regalo. Princesa, respira hondo, sabes que mi amor sigue aquí, sabes que seguiré esperando, se fuerte, sé única ya no tienes que tener miedo, esperando tendré mi fe puesta en DIOS en verte pronto a mi lado, ¿Cómo un corazón como el tuyo amó a un corazón como el mío?, ¿Cómo podía vivir antes?, ¿Cómo pude ser tan ciego, en no ver que la llama de nuestro amor se apagaba?, Abriste mi corazón, todo tu amor es todo lo que necesito…