El “Síndrome del corazón roto” es real y potencialmente mortal, pero de recuperación rápida. Científicos de Hopkins descubren que el shock emocional puede causar una descompensación cardiaca abrupta reversible, diferente del clásico ataque cardiaco Cualquier noticia alarmante, digamos enterarse de la muerte de un ser querido, puede tener consecuencias catastróficas, como un ataque cardiaco.
Investigadores de Hopkins acaban de descubrir que el estrés emocional repentino puede provocar debilitamiento serio pero reversible del músculo cardiaco, que se parece a un clásico infarto. Los pacientes con esta condición, bautizada cardiomiopatía por estrés pero comúnmente conocida como “síndrome del corazón roto”, a menudo se diagnostican erróneamente con un ataque cardiaco masivo cuando, en realidad, han sufrido por días de una subida de adrenalina (epinefrina) y otras hormonas producidas por el estrés que “aturden” temporalmente al corazón.
“Nuestro estudio ayudará a los médicos a diferenciar la cardiomiopatía por estrés de los ataques cardiacos,” señala el cardiólogo Ilan Wittstein, autor principal del estudio y profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y su Instituto de Cardiología. “Y también servirá para asegurarles a los pacientes que no han sufrido daño duradero al corazón.” En el estudio, que aparece en la versión electrónica del 10 de febrero de The New England Journal of Medicine, el equipo de investigadores de Johns Hopkins encontró que algunas personas responden al estrés emocional repentino liberando en el torrente sanguíneo grandes cantidades de catecolaminas (particularmente adrenalina y noradrenalina, también llamadas epinefrina y norepinefrina), junto con productos de descomposición y pequeñas cantidades de proteína producidas por el estímulo al sistema nervioso. Estas sustancias químicas pueden ser tóxicas para el corazón temporalmente, “aturdiendo” el músculo y provocando síntomas similares a los de un típico infarto, incluyendo dolor en el pecho, líquido en los pulmones, dificultad respiratoria e descompensación cardiaca.
No obstante, al examinar más detenidamente, los investigadores determinaron que los casos de cardiomiopatía por estrés eran clínicamente muy diferentes de un clásico ataque cardiaco. “Después de observar varios casos de ‘síndrome del corazón roto’ en hospitales de Hopkins —la mayoría en mujeres mayores o de mediana edad— nos dimos cuenta de que el cuadro clínico de estas pacientes era muy distinto de los casos típicos de infarto, y de que algo muy diferente estaba ocurriendo,” indica Wittstein. “Estos casos eran, inicialmente, difíciles de explicar dado que la mayoría de pacientes gozaba de buena salud y tenían pocos factores de riesgo para enfermedad cardiaca.” Por ejemplo, las angiografías no mostraron ningún bloqueo de las arterias que irrigan el corazón. Las pruebas de sangre tampoco revelaron signos típicos de un ataque cardiaco, como niveles inusualmente elevados de las enzimas cardiacas liberadas en el torrente sanguíneo por el músculo cardiaco dañado.
Los estudios por resonancia magnética (MRI) confirmaron que ninguna de las mujeres estresadas había sufrido daño muscular irreversible. La mayor sorpresa para el equipo fue que las tasas de recuperación fueron mucho más… Siga leyendo
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