Durante el próximo 4 de julio, la atención de los astrónomos estará centrada en un evento que se producirá a 133,6 millones de kilómetros de la Tierra. Ese día una pequeña sonda-misil fabricada con cobre chileno intentará lograr una hazaña: penetrar la superficie del cometa Tempel 1, que viaja a 37.100 km/hr. Se trata la misión Deep Impact (Impacto Profundo) de la Nasa, la primera que permitirá estudiar el interior de uno de estos cuerpos y en cuyo seguimiento participarán telescopios instalados en el norte del país.
Los cometas están compuestos de hielo, gases y polvo, restos primitivos de las zonas más frías y lejanas del sistema solar que se formaron hace 4,5 mil millones de años. Por este motivo son considerados como cápsulas de tiempo que resguardan pistas sobre las primeras fases de formación de los planetas. Además, los investigadores esperan que la colisión provocada por la sonda liberada por una nave nodriza generará nuevos datos sobre la física de los cráteres tanto en los cometas como en otros cuerpos cercanos a la Tierra.
Seguimiento a distancia
“Es la primera ocasión en que tendremos acceso al interior de un cometa, pues normalmente lo que se ve es sólo la superficie. La capa superior está expuesta al universo y por lo tanto está alterada por factores como la radiación; en cambio, el interior ha estado preservado desde su formación”, explica Olivier Hainaut, astrónomo y jefe de operaciones científicas del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile.
El tamaño de la nave nodriza hace imposible contar con todos los instrumentos necesarios para analizar las imágenes e información obtenidas tras la colisión. Por eso, varios observatorios en la Tierra ocuparán sus telescopios para analizar los datos. En el caso de Chile, las instalaciones de Paranal y La Silla de la ESO y Cerro Tololo de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (Aura) colaborarán en el proyecto.
Por parte de la ESO, serán siete los telescopios que realizarán estudios complementarios. Hainaut dice que la nave va a observar “el impacto por 15 minutos, pero nosotros lo haremos durante una semana. Así tendremos una descripción completa de todo el polvo y el gas que liberará el impacto”.
Análisis de datos
Con la tecnología de los telescopios en tierra, se analizarán imágenes y datos que abarcan desde el espectro ultravioleta hasta el infrarrojo. “Haremos estudios de composición química, atómica y de la morfología del polvo que será liberado. También tendremos información sobre la textura del cometa, es decir, si es duro o más bien blando”, comenta el astrónomo.
El cometa Tempel 1 completa una órbita alrededor del Sol cada 5,5 años, lo que lo convierte en un candidato ideal para estudiar los cambios en su estructura. “La misión es difícil: la Nasa está apuntando a un cometa que tiene sólo un par de kilómetros de diámetro y que viaja a más de 37 mil km/hr. Pero como colega, tengo confianza en ellos”, afirma Hainaut.
Que opinan sobre esto? encontraremos respuestas a las preguntas que nos hacemos sobre los cometas?