Dioses

[CENTER][SIZE=“6”]Agni
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Agni, dios del fuego, y dios del sacrificio, nade de nuevo cada vez que se enciende un fuego. Se trata de uno de los principales dioses védicos (de la India primitiva), pero su rol se fue limitando lentamente, siendo sus atributos asumidos por Shiva o Skanda (parido por Agni tras un breve y agónico embarazo)

Fuego purificador

Mientras el fuego de Shiva será el que arrasará el mundo hacia el final de los días, el de Agni limpiará y purificará la suciedad y los pecados del mundo. Esa es la razón por la cual en el hinduísmo se practica la cremación de los muertos.

La capacidad purificadora del fuego de Agni, fue concebida por el sabio Bhrigu.

Bhrigu raptó a la esposa de otro hombre y el marido ofendido, le preguntó a Agni donde podría encontrarla ya que conocía todos los hogares. Agni se lo dijo, pero Bhrigu se enojó tanto que maldijo a Agni para que se comiera todo lo que a su paso encontrara, fuera esto puro o impuro. Agni dijo que al ser un dios, debía decir la verdad, por lo que entonces Bhrigu le dio poder para purificar todo lo que quemase.

Agni tiene dos cabezas, un cuerpo rojo de fuego y siete lenguas que con avidez chupan la manteca utilizada durante los sacrificios.

[CENTER][SIZE=“6”]Abraxas[/SIZE]

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La palabra Abraxas (o Abrasax o Abracax) (del griego ἄβραξας) era un término que se grababa en ciertas piedras antiguas, llamadas Piedras Abraxas, y que las sectas gnósticas solían usar como talismán. Se creía que Abraxas era el nombre de un dios que representaba el Bien y el Mal en una única entidad. Este término fue usado por los Basilideanos (Basilideans), una secta gnóstica del segundo siglo, para nombrar al ser supremo o dios que ellos adoraban. Abraxas fue también considerado un dios egipcio y un demonio. Es probable que la mística palabra abracadabra fuera derivada de tal nombre, aunque existen algunas otras explicaciones al respecto.

Características

Esta secta gnóstica creía que Jesucristo emanó de Abraxas y que éste fue un fantasma mientras estuvo en la Tierra. Pensaban que su nombre encerraba grandes misterios debido en parte al hecho de que las siete letras griegas que lo componen (ἄβραξας) suman un total de 365; coincidiendo así con los días del año. Se creía, además, que comandaba a 365 dioses, cada uno de ellos poseedor de una virtud; confiriendo de esta forma una virtud para cada día del año.

Sin embargo, los mitologistas antiguos colocaban a Abraxas entre los dioses egipcios, y algunos demonólogos lo suelen citar como un demonio con la cabeza de un rey y con serpientes en lugar de piernas. Ha sido representado en amuletos (que los Basilideanos solían vestir) portando un garrote en sus manos e incluyendo en ellos, a su vez, el número 365.

El símbolo de Abraxas aparece en multitud de libros. Siendo Demian, del suizo de origen alemán Hermann Hesse, uno de los más conocidos. GNOSIS EN USA Fuentes: Shepard, Leslie A., ed. Encyclopedia of Occultism and Parapsychology, 3rd ed. Detroit: Gale Research, Inc., 1991.

[CENTER][B][SIZE=“6”][B]Baphomet[/B][/SIZE][/B]

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Baphomet (también Bafomet, Bafometo o Baffometo) Supuesto ídolo o deidad cuyo culto se le atribuyó a los Caballeros de la Orden del Temple. Su nombre apareció por primera vez cuando los caballeros templarios fueron enjuiciados por herejes. Durante el proceso muchos de los caballeros de la orden fueron sometidos a tortura, y confesaron numerosos actos heréticos. Entre ellos se incluyó la adoración a un ídolo de este nombre.

Se cree que este presunto numen era una cabeza barbada. Algunos sostienen que dicha cabeza era una representación del Profeta (Mahoma). Esto explicaría por qué razón los templarios (rama de los cruzados) fueron, in illo tempore, acusados de herejes tras haber tomado contacto, en Tierra Santa, con los sarracenos y sus creencias.

Otras fuentes más aventuradas destacan que esta cabeza —no ya una mera representación, sino una cabeza humana embalsamada— no era otra que la de Juan el Bautista. Y ya en el límite de lo improbable, no ha faltado quien sostenga que la testa barbuda en cuestión correspondería a la del mismísimo Jesucristo. Este último elemento estaría contradiciendo la naturaleza divina de Jesús, naturaleza ésta que, por otra parte, niegan tanto el islamismo como ciertos grupos de heterodoxos cristianos.

Algunas versiones no menos extravagantes que las ya expuestas dan cuenta de una supuesta vinculación entre Baphomet y la célebre “cabeza parlante” que era patrimonio del Papa erudito Silvestre II. Según relatan las crónicas, esta cabeza era una suerte de autómata capaz de responder afirmativa o negativamente a cualquier pregunta que se le formulase. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Silvestre II murió inexplicablemente envenenado.

Suele relacionarse también el nombre ‘Baphomet’ con la fusión de dos términos griegos cuyo significado aproximado es el de ‘bautismo de sabiduría’. Otras posibles etimologías y derivaciones fueron propuestas. Esto ha contribuido a las sospechas de algunos historiadores a la existencia de un posible nexo entre los templarios y la masonería.

Por lo demás, a partir de 1854, con la aparición de Dogma y ritual de la alta magia, obra del célebre ocultista francés Eliphas Lévi, la figura de Baphomet ha sido en gran medida distorsionada. Desde entonces, su vinculación con el macho cabrío de los aquelarres brujeriles como así también Satanás u otros demonios menores ha sido inevitable.

[CENTER][SIZE=“6”][CENTER][U]Alá[/U][/SIZE]

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Alá es la castellanización de la palabra árabe Allāh (الله) nombre que recibe en árabe el Dios único de las religiones monoteístas: islam, cristianismo y judaísmo

Etimología

La palabra tiene la misma raíz que ʾEl y ʾElohīm (אֱלֹהִים), términos que designan a Dios en la Biblia y que forman parte de numerosos nombres propios de origen hebreo como Daniel, Rafael, Miguel, etc. Allāh también designaba con anterioridad al Islam al dios principal del panteón de La Meca.

Respecto a la etimología de la palabra, hay opiniones muy diversas: ya entre los gramáticos árabes clásicos, esto es, medievales, se cuentan unas veinte opiniones diferentes. Las hipótesis más extendidas son las siguientes:

* La más habitual considera que Allāh procede de ʾilāh, palabra que designa a cualquier divinidad, precedida del artículo determinado al-. Sería por tanto una contracción por el uso de al-ʾilāh, esto es, "el dios".
* Algunos lingüistas sin embargo consideran que no es verosímil la pérdida de la hamza inicial de ʾilāh (consonante árabe aquí representada con un apóstrofe), ya que es la primera letra del nombre original de Dios y los términos sagrados, por tabú, tienden a mantenerse poco o nada alterados en su pronunciación. En otras palabras, no creen que una persona religiosa pueda apocopar el nombre de Dios. Estos lingüistas piensan que Allāh procede directamente de la raíz semítica ʾel que designa a la divinidad. Esta raíz, en arameo, dio lugar al término ʾāllāhā, que habría podido pasar al árabe con desaparición de la ā final (en arameo es una vocal desinencial, y éstas tienden a desaparecer en árabe) y acortamiento de la ā inicial por confusión con el artículo al-.

Uso

Sea como fuere, Allāh se traduce exactamente como “Dios”, con mayúscula, puesto que se refiere al dios único. La palabra “dios” con minúscula, es decir, referida a cualquier otra divinidad, es ilāh, pl. ilāhāt (ﺇﻟﻪ pl. ﺇﻟﻬﺎﺕ). El uso de Allāh o Alá sin traducir es, pues, en principio, incorrecto: decir por ejemplo “los musulmanes adoran a Alá” equivaldría a afirmar que “los anglicanos adoran a God”. Sin embargo, algunos musulmanes no árabes usan siempre Allāh en lugar de Dios aduciendo que puesto que Dios es quien habla en primera persona en el Corán, Allāh, en árabe, es exactamente la palabra que usa el ser supremo para referirse a sí mismo y por tanto la mejor para nombrarle. Este uso de la palabra sin traducir no incluye, desde luego, a su derivado castellano, que es incorrecto en cualquier caso. En ocasiones, algunos musulmanes que viven en un medio no musulmán, y especialmente los conversos, utilizan Allāh como forma de singularizarse como seguidores de una religión distinta a la mayoritaria.

En lengua árabe Allāh es el modo general de nombrar a Dios, tanto para musulmanes como para cristianos y judíos de lengua árabe. También en maltés —lengua hablada por un pueblo eminentemente católico— Allah significa “Dios”.

Dios en el Islam

Dado que se trata del mismo dios de cristianos y judíos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuyen aquéllos. Es reseñable, sin embargo, que el Islam, a semejanza del judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad, es decir, que es uno y no tiene diversas manifestaciones o personas (como afirma en cambio la mayoría de las corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad). También insiste en su carácter incomparable e irrepresentable.

El Islam se refiere a Dios también con otros noventa y ocho nombres que son otros tantos epítetos referidos a cualidades de Dios: El Clemente (Al-Rahmān), El Querido (Al-‘Azīz), El Creador (Al-Jāliq), etc. El conjunto de los 99 Nombres de Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā’ al-husnà o “los mejores nombres”, algunos de los cuales también han sido utilizados por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre, que es objeto de especulaciones místicas. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (señor).

La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras castellanas como “ojalá” (w[a] shā-llāh: y quiera Dios), “olé” (w[a]-llāh: por Dios) o “hala” (yā-llāh: oh Dios).

[CENTER][U][SIZE=“6”]Quetzalcóatl[/SIZE][/U]

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Deidad de las culturas de Mesoamérica, en especial de la azteca, cuyo nombre significa “Serpiente Emplumada”. Es considerado por algunos investigadores como dios principal dentro del panteón de esta cultura prehispánica, sin embargo León Portilla considera a Tezcatlipoca como el Dios Principal, (ver ensayo “Tezcatlipoca Dios Principal”, León Portilla ), y aun otros autores consideran a los dioses que dieron origen a Quetzalcóatl como los dioses principales.

A fin de propiciar la conversión de los nativos, los cronistas crearon el mito de que Quetzalcóatl era un apóstol cristiano (Santo Tomás). Aunque no es doctrina oficial de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (los mormones), se cree que Quetzalcóatl es Jesucristo mismo en su visita a las Americas debido a que se trataba de un Dios blanco y barbado.

Los aztecas incorporaron esta deidad a su llegada al valle de México. Sin embargo, modificaron su culto, eliminando algunas partes, como la prohibición de los sacrificios humanos.

Una de las representaciones de este Deidad es de un hombre barbado y blanco, por lo que durante la conquista de la Nueva España (Mesoamérica) los pueblos indígenas creían que Hernán Cortés era Quetzalcóatl en un principio.

El nombre de Quetzalcóatl se compone de dos palabras de origen Náhuatl: quetzal que es una ave de hermoso plumaje que habita la selva centroamericana y cóatl que significa serpiente.

Se especula si el origen de esta deidad proviene de la cultura tolteca o, por el contrario, la primera aparición inequívoca de Quetzalcóatl como Dios ocurrió en Teotihuacan. Teorías más radicales indican que el origen de Quetzalcóatl estaba relacionado con las incursiones vikingas en América, algo que no ha sido comprobado. Recientemente se le ha asociado también con la cultura olmeca, aunque la mayor parte de las referencias son hacia la versión de la cultura tolteca. Sus influencias culturales abarcaron gran parte de Mesoamérica, incluyendo a las culturas maya, mixteca. Los mayas retomaron a Quetzalcóatl como Kukulkan o Gucumatz, aunque como se ha dicho antes es más conocida la versión de la cultura tolteca.

[CENTER][B][SIZE=“4”]VISHNÚ[/SIZE][/B]
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Vishnú es un dios hindú. Su nombre podría significar ‘omnipenetrante’ en alguna forma de sánscrito antiguo. Vishnú forma parte de la Trimurti (‘tres formas’, a veces descrita de forma inexacta como “Trinidad” hindú): Brahmā (el Creador, en la modalidad de la pasión), Vishnú (el Mantenedor, en la modalidad de la bondad) y Śiva (el Destructor, en la modalidad de la ignorancia). Es más célebremente identificado con sus avatares, más especialmente Rama y Krishna.

Vishnú es la deidad que todo lo incluye, conocido como Purusha (‘varón’ o ‘disfrutador’), Mahâ-Purusha (‘gran disfrutador’), Param-Ātmâ (‘suprema alma’), Antar-iāmī (‘de lo interno, el controlador’), Shesha (‘final’ o totalidad, en quien están todas las almas), Bhaga-vân (‘de las glorias, el poseedor’).

Vishnú posee seis glorias divinas:

jñana o jñāna (‘conocimiento’)
aishwaria (‘control’)
śakti (‘energía’, `potencia´)
bala (‘fuerza’)
vîriá (‘virilidad’)
tejas (‘resplandor’)
Su vehículo es Garudá, el dios de los pájaros.

tao

No es precisamente un dios pero la idea es la misma

[SIZE=“6”][B][B][U][I]Anubis[/I][/U][/B][/B][/SIZE]

Anubis era el encargado de guiar a las almas de los muertos al otro mundo dentro de las creencias egipcias. Era el señor de la Necrópolis (La ciudad de los muertos) que suponían estaba al Oeste.

Iconografía: Anubis era representado como un perro o chacal negro y como un hombre con cabeza de perro o chacal, probablemente por que éstos animales se encontraban comúnmente en los cementerios, que daría a los antiguos egipcios una relación entre chacal y muerte.

* Anubis es su nombre griego. Su verdadero nombre, transliterado del egipcio, era Inpu.

Anubis está relacionado no solo con la muerte sino con la resurrección después de la muerte, dado que era pintado en color negro, color que representa la vida y la fertilidad (En el antiguo Egipto el negro era color de fertilidad porque al subir el nivel del río en la crecida depositaba una espesa capa de limo negro sobre el que luego germinaban los cultivos). Por ésta razón Anubis era el encargado de embalsamar a los faraones, guiarlos a la necrópolis y cuidar a ésta ciudad con su vida.

Cuando Osiris subió al poder en el mundo de los muertos, Anubis tomo un papel más secundario donde se limitaba a la defensa de las necrópolis y al embalsamamiento de los cuerpos de los faraones (Como se puede ver en las mascaras rituales que los sacerdotes usaban a la hora de embalsamar al faraón).

Era el encargado de vigilar, junto a Horus, la balanza en la que se pesaban los corazones de los difuntos durante el juicio ante Osiris.

Los escritores griegos lo comparaban con Hermes. Los romanos, por su parte, lo tenían dentro de sus deidades bajo el nombre de Hermanubis.

[CENTER][SIZE=“6”][B]Hanuman[/B]
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Hanuman, el poderoso Dios Mono, es venerado por los hindúes, quienes creen que es uno de los diez avatares (encarnaciones) de Vishnu. Encontramos su actuación estelar en la famosa obra de la literatura clásica de India, el Ramayana, donde ayuda a Rama, una de las deidades más populares dentro del panteón hindú, en su expedición en contra de las fuerzas del mal lideradas por el malvado Ravana.
Existen varias leyendas que explican por qué la deidad tiene forma de mono. Una de ella narra que Vrihaspati, preceptor de los dioses, tenía una sirvienta llamada Punjikastala. Debido a una querella, ella recibió la maldición de quedar convertida en mona, y sólo recobraría su forma si daba a luz a una encarnación de Siva. Al renacer como Anjana, ella tuvo una vida de gran austeridad y sacrificio en honor a Siva, quien finalmente se compadeció de ella y aceptó ayudarla a deshacerse de su maleficio.
En una ocasión, mientras Agni, el Dios del Fuego, le daba un plato de dulces sagrados a Dasarath, rey de Ayodhya, para que los repartiera entre sus esposas con el fin de que tuvieran niños divinos, se acercó un águila y robó uno de los pasteles y lo soltó en las manos de Anjana mientras ella meditaba. Ella comió el postre divino y dió a luz a Hanuman. Así, Siva encarnó en Anjana, adoptando la forma de un mono y contando con la bendición de Pavana, el Dios del Viento, quien se convirtió en el abuelo de Hanuman. Su nacimiento liberó a su madre del embrujo y decidió retornar al paraíso. Antes de su partida, le reveló al pequeño Hanuman que sería inmortal y que su alimento sería frutas maduras y brillantes como el sol.

El legendario Hanuman también aparece las mitología china y japonesa. En China, Hanuman aparece en Sun Wu-kung, el Dios-Mono que junto con Chu Pa-chie (el hombre con cara de cerdo), acompaña al monje Hsuan-tsang (también conocido como Tripitaka) en su viaje a la India para conseguir los sutras originales del budismo en la famosa obra clásica de la literatura china Viaje a Occidente. Su figura en la mitología china es la de una deidad traviesa y tramposa, así como la del fiel y leal servidor. Sun Wu-kung es uno de los personajes más favoritos de la ópera china y su aparición en el escenario imparte una explosiva fiesta acrobática en cualquier obra que se presente.

La característica más notable de Hanuman, es la de poder cambiar de forma a voluntad.

[SIZE=“6”][CENTER][B]Apolo[/B][/SIZE]
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En la mitología griega y romana Apolo o Apolón (en griego Άπόλλων Apóllōn o Απελλων Apellōn), el ideal del kouros[1], era un dios del sol, la luz, la curación, la música, la profecía, el arco y la poesía. Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de Artemisa, diosa de la luna y la caza. Como deidad profética del Oráculo de Delfos, Apolo era una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo era conocido como Aplu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la mitología romana, especialmente durante el siglo III, llegó a ser identificado con Sol, como Apollo Helios

Nacimiento

Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que su marido, Zeus, era el padre, prohibió que Leto diera a luz en terra firma, o el continente, o cualquier isla del mar. En su deambular, Leto encontró la recién creada isla flotante de Delos, que no era el continente ni una isla real, y dio a luz allí. La isla estaba rodeada de cisnes. Después, Zeus aseguró Delos al fondo del océano. Más tarde esta isla fue consagrada a Apolo. Alternativamente, Hera secuestró a Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses engañaron a Hera para que la dejase ir ofreciéndole un collar de ámbar de ocho metros de largo. De cualquier forma, primero nació Artemisa y ésta ayudó a nacer a Apolo. Otra versión afirma que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo. Apolo nació el 7º día (ἡβδομαγενης) de Targelión según la tradición delia o en el mes de Bisio según la tradición délfica. Los días 7º y 20º, lunas nueva y llena, estuvieron desde entonces a él consagrados.

[CENTER][B][SIZE=“7”]PILLAN[/SIZE][/B]
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El Pillán es un tipo de espíritu benigno de los mapuches, y entre los espíritus, una de las divinidades más respetadas. ellos están relacionados estrechamente con el ser humano mapuche; ya que muchos de ellos corresponden a un fundador de un linaje o familia, y por ello los pillanes son sus antepasados y el origen del mapuche. Así cada familia antigua tenía su Pillan que los sobrevigila y defiende a sus miembros. Por ello se hacían guillatunes o rogativos al pillán, para que beneficiaran al pueblo y para agradecerle por lo recibido. Igualmente el hombre mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en un pillán; si tuvo una gran descendencia que lo recuerde y que honre su memoria, y en vida siguió las tradiciones y leyes del Admapu. (si es mujer puede llegar a convertirse una wangulén).[/IMG][/CENTER]

El Pillán es un tipo de espíritu benigno de los mapuches, y entre los espíritus, una de las divinidades más respetadas. ellos están relacionados estrechamente con el ser humano mapuche; ya que muchos de ellos corresponden a un fundador de un linaje o familia, y por ello los pillanes son sus antepasados y el origen del mapuche. Así cada familia antigua tenía su Pillan que los sobrevigila y defiende a sus miembros. Por ello se hacían guillatunes o rogativos al pillán, para que beneficiaran al pueblo y para agradecerle por lo recibido. Igualmente el hombre mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en un pillán; si tuvo una gran descendencia que lo recuerde y que honre su memoria, y en vida siguió las tradiciones y leyes del Admapu. (si es mujer puede llegar a convertirse una wangulén).

A través de los pillanes y wangulén, no hay una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos; no solamente porque los segundos han sido en sus orígenes engendrados por los primeros, sino porque también pueden ellos mismo convertirse en pillán o wangulén.

Debido a la naturaleza de los pillanes, que igualmente castiga (o permiten a los wekufe castigar) con la sequía o las inundaciones, los terremotos, las enfermedades, y también debido a la influencia cristiana; muchas veces se le considera equívocamente como un ser del tipo maligno, una especie de espíritu, genio maligno o diablo que causa todos los males y catástrofes naturales.

Igualmente a los pillanes se les relaciona con los volcanes y montañas, ya que entre los pillanes que vivirían en el mapu (tierra), muchos de ellos vivirían tras las montañas o en su interior. Por ello al pillán también se le relaciona frecuentemente como el ser que ocaciona la furia del volcán; aunque verdaderamente los dueños y quién gobierna los volcanes, según la voluntad del Pu-am, serían los Ngen-winkul.

[editar] Tipos de pillanes

Entre los pillanes, estos se pueden dividir en:

* Pillanes antiguos, que existirían desde antes que aparesca vida en el mapu(tierra).
* Pillanes de antepasados, que corresponden a espíritus de los antepasados humanos de los mapuches, que lograron transformarse en pillán.

[SIZE=“4”][U]Amaterasu Omikami[/U][/SIZE]

Amaterasu (kanji:天照) o Amateratsu es la diosa del sol en el sintoísmo y la mítica antepasada de la familia imperial de Japón. Su nombre completo es Amaterasu ōmikami (天照大神) y significa diosa gloriosa que brilla en el cielo. Amaterasu nació de Izanagi, el primer hombre que escapó del mundo subterráneo. Con ella nacieron Tsuki-yomi, dios de la luna; y Susano, el dios de la tormenta.

Izangi otorgo a Amaterasu los cielos, a Tsuki-Yomi la noche y a Susano el océano. Susano, se creyó engañado, y se escapó oscuro cobijo de su madre Izanami. Desde allí, propuso a Amaterasu una competencia de la que resultó ganadora la diosa del sol. Entonces él se enfureció, asustándola y ofendiéndola, por lo que ella se retiró a una cueva en el cielo, tapando la entrada con una gran roca. Desde ese momento el mundo se sumergió en una oscuridad profunda, plagándose el mundo de malos espíritus. Los demás dioses temiendo que las tinieblas perduraran para siempre organizaron una fiesta en la puerta de la cueva. El ruido exterior atrajo mucho la cuiosidad de Amatersu, quien salió y se encontró con una diosa brillante y llena de luz. Un segundo después se dio cuenta que era su propio reflejo en el espejo. Amaterasu carece de iconografía, pese a ello se le relaciona con el “Divino espejo”.

Es el símbolo de la familia imperial japonesa.