La Educación superior en el presente se ha convertido únicamente en un negocio. Observamos como en cada esquina se abren nuevas “instituciones de Educación” que en el fondo no son más que empresas que observaron que dictar carreras era muy rentable. Hay ciudades sobrepobladas de universidades en un universo estudiantil mucho menor que no requiere de tanta oferta. Estas Universidades ofrecen carreras llamativas con la posibilidad de ingresar sólo con PSU rendida, privilegiando el dinero de los postulantes para pagarlas. No poseen filtro académico y lo que es peor, dictan carreras no importando si estas, se encuentran saturadas y si su cliente (mal llamado estudiante) tendrá trabajo en el futuro. Chile es uno de los países con más universidades, supera a algunos países más grandes y desarrollados inclusive y más del 50% de los profesionales egresados trabaja en áreas distintas a las que estudió, esto porque la oferta de profesionales supera en muchos casos la demanda de puestos de trabajo. No hay regulación alguna por parte del estado y por ello, los cupos para estudiar una carrera en particular son enormes, como enorme será después la millonaria deuda que contrajo el estudiante por esa carrera atractiva por su ingreso, pero no rentable por su saturación. Necesitamos urgente un orden, un orden que implique respeto por la educación merecida por todos, que implique calidad por encima de la cantidad, con correctos ingresos a Universidades basados en méritos y no en dinero, donde la persona que es esfuerza por estudiar la carrera soñada, tenga mayores perspectivas en el futuro de trabajar en lo que siempre quiso, de realizar lo que en definitiva lo hace feliz.