El partido de los encapuchados

[QUOTE]Cada cierto tiempo, cuando la violencia aflora como un torrente incontrolable, vemos pulular por las calles a sujetos con su rostro cubierto, anónimos, destrozando todo lo que se les cruza por delante, sin Dios ni ley, sin miedo al peligro. No les importa arruinar a los comerciantes con sus destrozos, ni tampoco dejar paralítico o tuerto o muerto a alguien como tú o como yo, que solamente cometió el error de encontrarse en el lugar y el momento equivocado.

Los medios de comunicación, así como también el Gobierno, quizás por error o tal vez producto de esa permanente intención de tapar el sol con un dedo, nos han querido hacer creer que esos sujetos pertenecen a una suerte de movimiento oculto aunque permanente que desata su odio en cualquier acontecimiento de masas. Los suelen llamar “lumpen” y los responsabilizan de los destrozos y los robos, pero inmediatamente, para exculparse, los colocan como víctimas cuando algún carabinero pasado de revoluciones los golpea y los agarra de las mechas para subirlos a patadas a los “buses de pacos”. A fin de cuentas, cuando las aguas se calman son olvidados en espera de otra convocatoria, cual movimiento terrorista.

Con motivo de las llamadas “jornadas de reflexión” de los estudiantes secundarios, que de reflexivas han tenido muy poco, los encapuchados han aparecido en gloria y majestad una vez más. Sin embargo, como suele ocurrir de un tiempo a esta parte, han resultado ser verdaderos chivos expiatorios a la ineptitud del Gobierno, el que frente a las demandas sociales expresadas a través de protestas y que emanan de un profundo descontento social, resulta incapaz de crear y de innovar alguna solución a éste y otros problemas.

Este Gobierno y su brillante Ministro de Educación nos han hecho creer que no son estudiantes los que se tapan el rostro s, sino que son “los encapuchados”. Como así tampoco les resultó conveniente admitir que los que se taparon el rostro el 1° de Mayo fueron los trabajadores quebrados o cesantes, que el 11 de Septiembre fueron los familiares de detenidos desaparecidos que ven como año tras año se les engaña con falsas ilusiones, y que para cada partido de fútbol fueron los niños y jóvenes los que se taparon la cara, drogados y borrachos, para paliar el ocio y la vergüenza de estar en lo más bajo de la escala social.

No existe el partido de los encapuchados. No existe un movimiento oculto de bárbaros que acudan como moscas a cuanto revuelo se produzca. Ellos son personas como cualquiera de nosotros que se enfrentan cada día a la marginalidad social y que sacan a flote toda su rabia e impotencia frente a un sistema económico que los posterga. Los estudiantes secundarios, siendo menores de edad, se han rebelado frente a una educación miserable, desigual, limitante y sin estímulos; y al carecer de herramientas para surgir en la vida, ven como única solución cubrirse el rostro y golpear a la clase política por medio de la violencia, vomitando todo su odio frente a la discriminación de la que son víctimas. Los encapuchados no tienen línea directa con los obreros, los pescadores, los campesinos, los mineros, micreros, barristas, mapuches, comunistas, y tantos otros, para producir sus desmanes.

Nuestra Presidente ha dicho que ella no dialoga con aquellos que se cubren la cara. Habría que preguntarle si alguna vez su Gobierno ha querido mirar de frente el rostro de la pobreza.

Alejandro Cañas
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La cagó la opinión wena.
Extraída de www.GranValparaiso.cl

no me parece…

a los encapuchados no los veo como revolucionarios, sino como lo que son:

DELINCUENTES!!!

como lei por ahi, si robaran cuadernos de lapiz lopez para entregarlos a gente de escaso recursos, les creo… pero cuando los veo asaltando pequeños negocios, solo veo delincuentes que se aprovechan…

importando poco si tienen otra calidad…

m no me gustan los encapuchados los recalmos son a cara descubierta sean violentos o no

aunque hay qie reconocer que andar a cara descubierta con la wea de bombas lacrimogenas es medio suicida
pasi por encapuchado cuando solo te queirs proteger por la wea

pero respecto de los encapuchados hay de todo
yo se que hay delincuentes tambien se que hay gente que lo ve como una forma de protesta valida o como manifestacion de unsentimiento

enningun caos estoy de acuerdo

yo apoyo la violencia en cuiertos casos en ciertas protestas pero no bajo una mascara no tengo ndada que ocultar mucho menos mi enojo o disconformidad

No apoyo el contexto en que se manifiestan los encapuchados … tal como Rojo si tengo algo que decir y algo por que luchar siempre va a ser de frente y sin capucha. (a no ser que las lacrimogenas me ganen) XD

El tema de la violencia hasta hace un tiempo no era justificable para mí, sin embargo lo entraría a analizar.

[QUOTE=Arwyn sin registrarse]Sorry… ando corriendo gestionando el término de las tomas de las escuelas básicas… asi que no tengo tiempo para registros.

Para mi encapuchados = cobardía.

La capucha siempre ha sido asociada a verdugos que obedecen órdenes, cual títeres sin voluntad, de otro cobarde mayor.

Su actuar ya no tiene justificación alguna y se percibe como simples actos de delincuencia que merecen el máximo castigo que se les pueda aplicar.[/QUOTE]

perdon pero me llamo la atencion eso, como se que es un decir… que te recuperes pronto…

opino igual que todos, si quieren pedir algo, que den la cara, son unos viles cobardes que hacen desmanes y roban escondiéndose detrás de una petición de los pinguis.

[QUOTE][U][B]Lumpen y pinguinos[/B][/U]

¿Qué es el lumpen? Término alemán que significa “harapiento”. Sirve para designar a grupos que integran un segmento coloidal ubicable como “clase baja baja”.

Los desmanes callejeros que enlodan la rebelión liceana se atribuye a ese inframundo. Se identifica con los “encapuchados” e “infiltrados”. Supone delincuencia y vandalismo. Actúan apenas La Moneda desautoriza a Carabineros. Son cuantiosos los daños y perjuicios. El fenómeno suele englobarse como “síndrome de Michimalonco” a propósito de la destrucción, por los picunches, de Santiago en 1537.

Los “pingüinos” no controlan a ese lumpen. Quienes conocemos por dentro las aulas ¿podremos afirmar que estos expertos en pedradas y pillaje son siempre ajenos al movimiento estudiantil? Los vemos en los planteles cómo destruyen el mobiliario, quiebran vidrios y sanitarios, roban piezas de los computadores, agraden a los educadores, estropean muros con graffiti, consumen y trafican con droga y “trago”, le “hacen” al moño, al aro y al pucho [B][U]y “no están ni ahí” con el estudio[/U][/B].

Se trata del lumpen estudiantil. Son, a veces, producto de familia deshechas o disponen de progenitores que avalan esos comportamientos. Los docentes -[U][B]castrados de prerrogativas disciplinarias[/B][/U]- retroceden y la hueste de Michimalonco arremete. El MINEDUC la ampara. Se aludirá a la educación como derecho, pero olvidan esos seremis politiqueros que [B][U]cada “derecho” implica un “deber”. [/U][/B]Es la permisividad que fluye del relativismo ético. Producto: una Reforma fracasada.

Prof. Pedro Godoy P.

Centro de Estudios Chilenos CEDECH[/QUOTE]

De acuerdo :coffee: en especial sobre “derechos y deberes”.
hay algunos puntos medios complicados… pero creo que interpreta a muchos sobre lo que pensamos sobre los encapuchados.