En Chile, la clave son los partidos

El triunfo de Michelle Bachelet no se explica solamente por los buenos resultados de los gobiernos precedentes. También es la consecuencia de una alianza de fuerzas políticas que sigue vigente.

Por Manuel Antonio Garretón. Sociólogo, Universidad de Chile.

El triunfo de Michelle Bachelet en la segunda vuelta de la elección presidencial confirma una vez más que el elemento clave de la política chilena posdictatorial, su gran mérito, el factor explicativo de los avances económicos y sociales, es la Concertación de Partidos por la Democracia, alianza de partidos de centro e izquierda (Demócratas Cristianos, radicales, Partido por la Democracia y socialistas), nacida de la oposición a la dictadura que ha dirigido tres gobiernos, los más exitosos de la historia contemporánea del país, ha producido alternancia de liderazgos y hoy instala en el gobierno a la primera Presidenta mujer de la historia.

Mientras exista la Concertación, será imposible un triunfo de la derecha, expresada en la coalición que en la primera vuelta tuvo como candidatos a Lavín y Piñera y en la segunda a este último.

Y ello porque, como lo confirman todos los estudios, las elecciones en Chile muestran que el principal clivaje, división o fraccionamiento de la sociedad chilena es el generado por la dictadura militar y que el principal predictor de voto es la posición que se haya tenido frente a ella y en el plebiscito de 1988, ya sea personal o familiarmente si se es más joven.

Chile sigue viviendo la época pospinochetista y aún no ha pasado a la época plenamente democrática o la época del bicentenario. Pequeños porcentajes más o menos, las elecciones son la reproducción de este conflicto fundamental. Siempre que se apele a la Concertación contra la derecha vencerá la primera, porque la derecha chilena no se ha refundado y sigue siendo, aun con cambio de liderazgo en las candidaturas presidenciales, la heredera de la dictadura derrotada en aquella elección fundante que fue el plebiscito de 1988

Porque, ¿qué es la Concertación sino el resultado del aprendizaje más profundo de la clase política chilena y de la sociedad misma sobre la tragedia de 1973 y sobre la dictadura? Aprendizaje que se traduce en la alianza sólida de quienes se identifican con la democracia y el cambio social, el centro y la izquierda, el social cristianismo y el socialismo democrático, clases medias y sectores populares.

Todos ellos expresados, lo que es la especificidad del caso chileno, en partidos. Si estos sectores y sus partidos estuvieron a punto de destruirse unos con otros el 73, los diecisiete años de dictadura convirtieron la lección de la unidad necesaria en el sustrato cultural imborrable de su acción política.

Pero a esta Concertación, cuyo triunfo, independientemente de quien fuera el candidato, era predecible e inevitable, y cuyo Presidente actual, Ricardo Lagos, dejará el mando con uno de los más altos índices de popularidad y éxito imaginables no sólo en Chile y América latina, le faltaba una renovación en su liderazgo, es decir, ir más allá de los rasgos del estilo político clásico de los tres gobiernos concertacionistas imposible de superar, hacer un giro hacia un nuevo estilo para disminuir la distancia entre política y sociedad. Y fue la coalición la que produjo este liderazgo.

La candidatura de Bachelet no emergió de la ciudadanía como lo pretendió el mito creado durante la campaña de la primera vuelta. Fue un producto inimaginable fuera de la Concertación, de sus partidos y de su clase política, pero con un nuevo sello que permite una proyección inédita.

Porque, ¿quién puede expresar mejor la raíz básica de la Concertación que una mujer cuya historia se identifica con los hitos fundantes de la historia contemporánea chilena, con su dolor y tragedia, pero también con su fuerza y capacidad para superarlas? ¿Hay algo más emblemático que ser mujer, sola, jefe de hogar, doctora cerca de la gente y militante socialista disciplinada, hija de un general asesinado por la dictadura, ella misma torturada y exiliada, ministra de Salud y de Defensa de uno de los más grandes gobiernos de la historia de Chile, y, finalmente, Presidenta?

Son los rasgos propios de este nuevo liderazgo los que permiten la realización de las tareas inconclusas de la Concertación: reconstrucción de un Estado de protección y bienestar que supere las desigualdades; generación de una nueva institucionalidad participativa que termine definitivamente con las herencias de la dictadura, entre ellas el sistema electoral; reconciliación que signifique efectivamente justicia en todos los casos pendientes de derechos humanos y que lleve a los sectores civiles de derecha, poder judicial y medios de comunicación al reconocimiento de sus responsabilidades en esta materia (los militares, bajo el presidente Lagos, la ministra de Defensa Bachelet y el general Cheyre ya lo hicieron). Y la plena inserción en América latina para enfrentar la globalización. En síntesis, dejar atrás la época pospinochetista y abrirse a la época democrática del bicentenario.

[I]Artículo original del Diario Clarín del día 19 de enero de 2006.[/I]----------------------------------------------------

:coffee:

mientras la derecha no se saque definitivamente la mochila militar, no va a ganar…

la alternancia en el poder es necesaria, de hecho es saludable en una democracia, pero esta no se debe dar porque si, sino que se debe ganar en las urnas, por algo se trata de una “cuasi democracia”…

ahora bien, cuando hablo de sacarse la mochila, no solo me refiero a defender lo indefendible, (cosa que la derecha, en su mayoria ya no lo hace) sino que tambien el entender que muchas de las instituciones creadas por la dictadura no son vacas sagradas intocables, sino que es necesario hacer cambios, de que orden?

de mayor a menor, en cuanto a los quorums:

fin del sistema binominal, una real democracia, fin de la intromision de otros poderes o funciones del estado en la composicion y eleccion, pero una mayor control en la fiscalizacion, voto voluntario e inscripcion automatica, fin del servicio militar obligatorio, pero crear mas benefiios a quienes lo hagan…

revisar el sistema de isapres y afp, mas control sobre ellas, fin del centralismo, de las leyes mordaza y el secretismo en general… fin de las figuras intocables de uno u otro lado…

cuando se avance en esos y otros temas, creo, que el punto de votacion del electorado dejara de ser la eleccion del 89 y si tu estabas a favor o en contra del regimen militar…

Checho El triunfo de Michelle Bachelet no se explica solamente por los buenos una vez más que el elemento clave de la política chilena posdictatorial, su gran mérito, el factor explicativo de los avances económicos y sociales, es la Concertación de Partidos por la Democracia, alianza de partidos de centro e izquierda (Demócratas Cristianos, radicales, Partido por la Democracia y socialistas), nacida de la oposición a la dictadura que ha dirigido tres gobiernos, los más exitosos de la historia contemporánea del país, ha producido alternancia de liderazgos y hoy instala en el gobierno a la primera Presidenta mujer de la historia…

Artículo original del Diario Clarín del día 19 de enero de 2006.[/I]----------------------------------------------------

los dos ultimos parrafos lo expuso a modo de analogia entre M.Bachellet y los partidos de la Concertacion.
En todo lo expuesto por M.A. Garreton discrepo en algo.
Creo que olvida que hubo primarias , hubieron dentro del mismo partido luchas internas entre los mas conservaodes (dc , radicales) y los de izquierda, incluso 2 mujeres luchando por ser una de ellas “la candidata”, el factor de Genero , creo que fue la clave para poder hacer el contrapeso que tenia hasta ese entonces Lavin, y factor “renovador” necesario para que la ciudadania volviera nuevamente a creer que en la Concertacion habia un candidato (a) al cual optar.
Habla de partidos , y en eso concuerdo porque son ellos los que finalmente llegan al gobierno.
Pero creo que tener buenos candidatos , tb. es un factor importante.
Pero creo tambien que tb. existe la posibilidad de una izquierda , tb emergente, que lo que hizo y esta haciendo el Juntos podemos Mas ( que tambien es necesario que se tome y considere el protagonismo mas en consideracion) es tb. una nueva izquierda.
La union hace la fuerza dicen y a este antiguo adagio apela el autor, y a esto mas un candidato de peso y carismatico con ideas de mayor apego social , es lo que necesita esta sociedad , en cambio la derecha apela al " dividir para gobernar ", seguiran siendo una opcion no de la mayoria, sino de una minoria , que esta vez igual voto en menor proporcion por los candidatos de derecha al parlamento .

Queda el desarrollo de nuestra historia mucho que contar todavia.