Treinta canes fueron sacrificados por el Sesma para evitar que provocaran problemas durante la asunción de Michelle Bachelet.
El “Rucio” anda triste. Ya no da la patita y ni siquiera se quiere levantar para que le tomen una foto. Seguramente extraña a la Shakira, al Pituto, al Isabelito y al Matón, sus inseparables compañeros de correrías. Todos vivían en la Plaza de la Constitución y sus alrededores, pero en la madrugada previa a la asunción de Michelle Bachelet, el Sesma se los llevó y nunca más volvieron.
De inmediato, gente que a diario deambula por el sector comenzó a reclamar a las autoridades, pero nadie les entregaba una respuesta clara. Hasta que anoche el encargado del programa de control de zoonosis de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, doctor José Antonio Segura, contó la verdad: una treintena de canes fue sacrificada la mañana del sábado y sus cuerpos enviados a un relleno sanitario.
¿El motivo? Evitar problemas durante la llegada a La Moneda de Michelle Bachelet el fin de semana. “Andaban muchas hembras en celo y como en una jauría existen perros más dominantes que otros, estaba el riesgo de que atacaran a la gente. Además que al ver invadido su entorno, se ponen más agresivos”, explicó Segura.
El profesional, eso sí, aseguró que antes del letal procedimiento él y su equipo intentaron encontrar padres adoptivos para los canes, pero que nadie se acercó para hacerse cargo de la Shakira, el Isabelito, el Matón y otros veintisiete animales, que esperaron a bordo de una camioneta ser rescatados hasta última hora. “No hubo nadie que se acercara para pedir llevarse a alguno”, recordó ayer Segura.
“Golden alemán”
Dicen quienes conocían la vida de los animalitos, que el Rucio se salvó sólo por ser pura ternura. Uno de los que afirma esa teoría es Fernando Rolleri, presidente de OPRA, una organización que alimenta, esteriliza y busca dueños a los canes abandonados. “El viernes en la noche los carabineros lo aguacharon porque es su regalón”.
El Rucio es una cruza de Golden Retriever con Pastor Alemán y ya ha visto pasar a tres mandatarios por La Moneda, pues lleva ocho años viviendo en la Plaza de la Constitución. “Es dócil y simpático”, lo describe Rolleri.
Ana María Jara, ejecutiva de un banco cercano, confirma que los uniformados libraron de la muerte al can. “Esa noche, cuando vieron lo que estaba pasando, alcanzaron a echar algunos perros al bus y se los llevaron a la comisaría. El Rucio estaba entre ellos”, afirma.
El ingeniero Luis Núñez alimenta a estos perros a diario con una bolsa repleta de huesos que cuece él mismo todas las noches. “El Rucio es glotón, así que hay que darle su correctivo de vez en cuando. Como es grande, se aprovecha. El único que le hace la collera es el Isabelito, un siberiano malas pulgas. Lástima que la Shakira no se salvó. Hace tres semanas la habíamos operado de artrosis. Todavía estamos endeudados con la veterinaria”, dice resignado.
El doctor Segura, en todo caso, aseguró que no realizarán más sacrificios. “Fue un caso puntual. Lo importante es que exista un cambio en la actitud de la gente. No sacamos nada con alimentar a un perro o ponerle una placa que dice esterilizado, si igual los vamos a echar a la calle”.
Defensores quieren llegar al Congreso
Fernando Rolleri, presidente de OPRA, protestó en la tarde de ayer frente al Palacio de La Moneda, acompañado de otros defensores de los animales.
Exhibieron fotos de algunos de los canes sacrificados, además de carteles en que pidieron “respeto por la vida, porque los perros también son criaturas de Dios”.
Pero el principal objetivo de Rolleri es conseguir apoyo parlamentario para sacar un proyecto de ley de protección animal.
Jueves 16 de marzo de 2006.