Las risas comenzaron en la noche. También los cantos. Por eso los socorristas se acercaron a la playa de Khao Lak. Tal vez, un poco molestos por la alegría que venía a interrumpir tanto desastre, o tal vez contentos por lo mismo. Pero no encontraron a nadie. El agua que hace casi tres semanas se levantó asesina, bañaba tranquila la orilla de la ahora desierta playa tailandesa.
Y es que la costa sur de Tailandia se ha convertido en territorio de fantasmas. Los que lo afirman son los sobrevivientes locales, que ahora temen más a las almas perdidas que a un nuevo tsunami.
Un taxista contó haber tomado de pasajeros a un turista y su novia tailandesa. Los llevaba al aeropuerto cuando, de pronto, desaparecieron. Según él, se dio cuenta que viajaba solo gracias al espejo retrovisor.
Las historias crecen, tal como sigue creciendo el número de víctimas del maremoto que ya casi alcanza las 158 mil. Y miles de esos muertos andarían rondando las costas de Tailandia.
La mayoría de los tailandeses cree en espíritus. Las almas son parte de sus miedos cotidianos. Creen, por ejemplo, que los árboles grandes hacen de refugio de fantasmas y que con bebida y alimento pueden calmar a los que vagan por la tierra cuando ya no les corresponde. Por eso, en muchos hogares tailandeses hay rincones dedicados a ofrendar a los muertos, con la intención de que se calmen y no importunen a los que siguen vivos.
Por eso tienen terror. Porque no hay alimento que dé abasto para calmar a tanta alma doliente y porque muchos cuerpos no han podido ser reconocidos ni bendecidos por sus familiares, lo que para los locales significa que no han encontrado la paz.
Un grupo de guardias de un pequeño centro comercial de Patong contó a la agencia Afp que uno de sus compañeros había renunciado después de escuchar cómo una mujer extranjera pedía ayuda durante toda una noche. Y muchos también se han encogido en sus refugios al escuchar gritos del fantasma de una madre desesperada que llama a un hijo desaparecido.
Para los sicólogos y siquiatras que están en Tailandia, estas historias muestran lo hondo que caló el horror del maremoto en los sobrevivientes. “Es una alucinación colectiva que indica el traumatismo sufrido por una población que sigue buscando a tanto desaparecido, que ha visto tantos cadáveres y que no habla sino de la muerte”, contó el sicólogo Wallop Piyamanotham a Afp.
En estos días los casos de gente que dice haber visto fantasmas son prioritarios para los médicos. Y son bastantes los que lo andan diciendo. “Creo en los fantasmas. El tsunami llegó tan rápido que los extranjeros no comprendieron lo que les ocurría, piensan que aún están en la playa de vacaciones”, dijo el gerente de un bar de Patong.
Lo lei, y quede como pensando, sera cierto? que opinan?