El Mar Muerto es cerrado. Es el más bajo del mundo (en promedio 416 metros por debajo del mar) y forma parte de la fractura sirio-africano. Sus límites son: al norte el desierto de Jericó, el desierto de Sodoma, al sur; al oeste, el desierto de Judea y al este los Montes de Moab. El límite internacional, entre Jordania e Israel, pasa por el centro.
Por tener alta concentración de sales, se lo conoce con el nombre de Mar de Sal - Yam Hamelaj, dado por geógrafos europeos en el siglo II, como explicación que, su salinidad , no permitía la existencia de seres vivos. Recibe otros nombres como Mar de Sodoma, Mar Antiguo y Mar del Desierto. En árabe se llama Bejar Lut- Mar de Lot; o El- Bujaira El- Maita, Mar Muerto.
Desde el Mar Antiguo hasta el siglo XX
El Mar Muerto es un vestigio de otro, mucho mayor, que se extendía sobre la quebrada del Jordán, desde el Tiberíades en el norte hasta Hatzeva en el sur. Se lo conocía como El Estanque de la Lengua. Existió hace 60.000 años y pervivió más de 40.000. Su nivel más alto fue de 180 metros por debajo del mar. Luego se secó y dejó restos, en el sur, equivalente al del actual Mar Muerto.
Desde la antigüedad estuvo predestinado a cambios en su nivel de agua. El piso de piedra horadado, en su borde sur, parece que se destruyó y anegó, varias veces, en el curso de miles de años. En distintas épocas, el borde sur, se secó totalmente, hasta el punto que, en el mapa más antiguo conocido de Israel (siglo VI) es descrito sin esa orilla.
Los cambios del nivel de agua influyeron en el tamaño del mar y continúan. Hasta 1977, se extendía por encima de ambas riberas: la norte grande y profunda (401 metros) y la sur, pequeña y escasa, cuya profundidad era de 10-11 metros. Su superficie era de 1051 kilómetros (ancho: 82 kilómetros y largo: 17). Al sur de la costa este sobresalía una larga media isla , la “lengua”, que separa las márgenes.
En 1977 descendió el nivel de las aguas. Se creó una franja de tierra entre ambos bordes (el sur comenzaba a servir de pileta, para la extracción de minerales y, desde entonces, se extiende el mar sólo sobre la ribera norte). A mediados de los ´90, el largo de la margen norte era de unos 50 kilómetros. Su superficie ocupaba unos 770 kilómetros.
Equilibrio de las aguas
Los ríos que desembocan en el Mar Muerto son: al norte, el Jordán; al este- el Arnón (vado Almug´ib), el Zared (vado Al-Has), Jeshbón ( vado Uvir), y el vado Oviun Musa, vado Zarka Maian y otros; al sur, Aravá y, al oeste, el Kidrón y otros torrentes.
La cantidad de agua, que ingresa de los ríos, llegaría al millón o millón y medio de metros cúbicos por año, según las lluvias. Pero, por el calor del lugar, esa cantidad de agua se evapora. El proceso es el siguiente: la absorción de las aguas de los ríos genera suba del nivel. Cuando asciende, crece la superficie de agua y baja la salinidad. Ambos elementos acrecientan el ritmo de evaporación. Esa evaporación equilibra la corriente de agua que entra en el mar. Como la cantidad de agua del mar que se evapora es idéntica a la que fluye desde los ríos, el nivel queda estable, de año en año. Sin embargo, a largo plazo, el nivel disminuye. De una investigación, realizada durante años, se deduce que, entre 1930 y 1977, descendió más de 21 metros. Y esto tiene sus motivos: una baja , a largo plazo, en la cantidad de sedimentos, medido por las aguas y el uso de los recursos del Mar Muerto, desde mediados de los años ´60. Desde 1964, sólo una muy pequeña parte de las corrientes del río Jordán y del vado Zarka Maian fluía al Mar Muerto mientras que, la mayor parte de los recursos, se utilizan en las actividades agropecuarias , industriales y hogareñas.
El descenso generó cambios ambientales significativos, que corroen las bases y lesionan la imagen de la región. Entre sus consecuencias, se pueden mencionar:
Amplia aparición de profundos pozos, más de 600, por debajo de estructuras y carreteras.
El nivel del agua amenaza a hoteles, base del turismo, las carreteras y los sistemas de canalización, que descansan a la orilla de las piletas.
El descenso acelera los procesos de hondonadas de arrastre, que significa más amenazas a las bases estructurales.
El retraimiento de la línea costera deja áreas de barro pantanoso, dificultando el acercamiento al mar. Los cambios de fisonomía provocan el deterioro de la imagen turística de la región.
La línea costera del norte se retrae. Pero, el deseo de conservar la opción futura, para concretar un canal y hacer retornar el pasado nivel del agua, es imposible cualquier construcción por debajo de una altura de 390.5 metros. Esto golpea al potencial turístico.
Ese retraimiento trae consecuencias ecológicas. Hiere la belleza desértica y los recursos naturales, especialmente el descenso, al oeste, de las aguas profundas.
Así, la corriente que llega al mar es , casi, de la mitad. Una de las consecuencias ecológicas más graves del descenso del nivel de las aguas es el fenómeno expresado en el derrumbe repentino de tierra, que abre pozos gigantescos y peligrosos. Para sobreponerse a la caída del nivel de agua, se estructuró, desde los ´70, un programa llamado “canales de agua”, cuyo objetivo fue construir un canal que hiciera fluir agua del Mediterráneo al Mar Muerto. Ese proyecto no se implementó.
La extracción de agua del Tiberíades y del Jarmuch, destinadas al suministro de Israel, Jordania y Siria y la extracción de agua del Mar Muerto para sus empresas industriales ( en Israel y Jordania) , generaron un déficit cercano a los 800 millones de metros cúbicos, por año; déficit que creció en función del requerimiento de agua y la reducción de la corriente natural. Como consecuencia, el índice de descenso oscila en 1.2 metros por año mientras se suceden cambios significativos en el entorno.
La salinidad del agua y la capacidad de flotar
Por ser el Mar Muerto cerrado, pierde aguas por evaporación (no por una corriente que sale de él). Por eso su salinidad es concentrada (índice de salinidad promedio: 34%, frente a un 3.5% de salinidad promedio oceánico). Un litro de agua contiene 342 gramos de sal. El fondo del mar es pesado por la sal y, el peso propio del agua, es mayor que el del cuerpo del hombre. Este es el motivo por el cual se puede flotar, aún aquel que no sabe nadar.
La capacidad de flotación de los cuerpos en el mar sorprende desde la antigüedad. Aristóteles señalaba (en el siglo IV AEC) que escuchó que, si se tiraba un hombre, atado de pies y manos, al Mar Muerto, flotaría. Flavio Josefo describe en su “La Guerra de los Judíos”, un experimento que realizó Vespasiano, con el fin de investigar las propiedades del agua: solía tirar personas al mar, que no sabían nadar, atadas por sus manos las que, sin embargo, flotaban.
Seres vivos y plantas
La elevada concentración de sales dificulta la supervivencia de seres vivos. Hay microorganismos, como insectos y microbios, que se adaptan a las difíciles condiciones. La vegetación, que crece en la costa, esta influida por los afluentes. El crecimiento no es estable. En los grandes canales se encuentran árboles salinos y, al sur de Ein Guedi, algunos de gran ramaje. Este tipo de árbol acompaña, a veces, algún damasquero, algún aromático y sandía. Más cerca de la costa aparecen tamariscos de diferentes tipos.
La zona de la “lengua”, entre la línea de la costa y lo solidificado, tiene arbustos. Entre los canales, que separan la región de la lengua, crece mimbre y otras variedades incluso donde entra el agua dulce están la famosa y auténtica rosa de Jericó.
Tesoros de la naturaleza y su conservación
En el Mar Muerto hay gran cantidad de sales, valoradas en la agricultura y la industria (farmacéutica, cosmética y otros), como potasio, cloro, sodio clórico (sal de mesa), magnesio, óxido de cloro y otros.
Ya Biniamín Zeev Hertzl, en su libro “Altneuland”, se refirió al Mar Muerto como un tesoro natural esencial, sobre el que se basaría el nuevo estado judío. Estas ideas conmocionaron al ingeniero Moshé Novomiesky, de Liberia, quien, en 1911, llegó a Israel para analizar la materialización de ese sueño. Consolidó primero la idea de utilizar la energía del sol para el proceso de creación industrial y, en 1929 recibió del gobierno del Mandato Británico permiso para utilizar los tesoros del Mar Muerto.
El primer proyecto comenzó, al norte, en 1930 y, el segundo, al sur, en 1934, en Sodoma. En la guerra de Independencia esa construcción se destruyó. En 1952 el gobierno de Israel constituyó la “Empresa del Mar Muerto”. En 1954 comenzó a funcionar el Proyecto de industrialización del Potasio. A lo largo de los años se construyeron, en la orilla sur, piscinas de evaporación y, un nuevo emprendimiento, destinado a la producción de potasio, con el método de compactación congelada, acrecentó la capacidad productiva. También se preparó un transporte especial, destinado a la manipulación del potasio, hacia otras zonas, a 18 kilómetros y, desde allí a las piletas de carga, ubicadas en el puerto de Ashdod. Desde el comienzo, los productos se exportaron.
En 1995, comenzó el proyecto Magnesio del Mar Muerto en colaboración y bajo la dirección compartida con la empresa “Químicos de Israel” y la “Wolksvagen” alemana. Produce magnesio metálico (unas 20.000 toneladas anuales).
A través de los años, la zona se convirtió en un lugar turístico y de salud. La calidad del aire ayuda a los enfermos pulmonares. Los estanques, a lo largo de la costa, se destacan por el calor de sus aguas y por su contenido en minerales (alquitrán y otros), muy positivos para la piel. Se levantaron imponentes hoteles y termas y funciona un Centro Internacional Para el Tratamiento de Soriasis.