“Con este planeta estamos más cerca de descubrir una segunda Tierra”. Así graficó el astrónomo Stephane Brillant la relevancia del hallazgo que hoy publica revista Nature, uno de los más importantes revelados desde que comenzó la búsqueda de planetas fuera de nuestro Sistema Solar en 1995.
Un equipo internacional de astrónomos que utilizó una red de telescopios repartidos por todo el mundo -entre los que se incluye el de la Silla, en la IV Región de Chile-, consiguió identificar el planeta extrasolar más parecido a la Tierra detectado hasta ahora, gracias una técnica desarrollada a partir de un efecto predicho por Albert Einstein en 1915.
El planeta, bautizado Ogle-2005-BLG-390Lb, se ubica a 22 mil años luz de nuestro planeta y está “en el centro de la Vía Láctea, en un campo con muchas estrellas”, dijo Brillant.
Según explican los astrónomos, hasta ahora ninguno de los 170 planetas descubiertos se asemeja a los presentes en nuestro sistema planetario.
En su mayoría se trata de gigantes gaseosos, similares a Júpiter, pero con extrañas órbitas que obligan a formular nuevas teorías acerca de la formación de planetas, pues están muy lejos o muy cerca de su estrella anfitriona. Al ser incapaces de soportar vida como la conocemos, los científicos ya comenzaban a preguntarse si nuestro Sistema Solar -con planetas como la Tierra- era una especie de fenómeno aislado en el universo.
Félix Mirabel, director científico del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, explicó a La Tercera que “el descubrimiento de este cuerpo es un paso adelante en nuestro conocimiento de planetas con masa menor, que son aquellos capaces de albergar vida”.
En efecto, Ogle es el planeta más pequeño jamás visto desde la Tierra orbitando otra estrella y sólo fue posible encontrarlo gracias a la técnica de microlente, desarrollada a partir de los postulados de Einstein.
Mirabel explica que la masa de una estrella curva el espacio-tiempo y, en consecuencia, afecta la trayectoria de la luz que se interpone en su camino. “La luz de la estrella y el planeta descubiertos fue curvada por otro astro más cercano. Es un efecto parecido al de los lentes ópticos que curvan la luz de los objetos para focalizarlos mejor”, explica el científico.
Fue así como se detectó el planeta, cuya distancia con su estrella madre sería equiparable a colocarlo un poco más lejos de Marte en nuestro Sistema Solar. Sin embargo, Stephan Brillant advierte que no es probable que albergue vida, ya que su estrella es lo que se conoce como una enana roja, con una masa mucho más pequeña que nuestro sol (equivalente a 0,2 veces) y, por ende, mucho más fría.
Se estima que su temperatura sería inferior a los -200 grados celsius, por lo que se especula contendría una superficie de roca y hielo.
Pero el hecho de orbitar una estrella enana hace de este un hallazgo prometedor para la búsqueda de planetas que alberguen vida, dicen los expertos. “Estas estrellas, las enanas rojas, son las más abundantes en nuestra galaxia, mucho más que nuestro sol. Si podemos encontrar un planeta alrededor de este tipo de estrella, implica que probablemente hay millones de planetas por descubrir”, concluye Brillant.
[I]Original en La Tercera, jueves 26 de enero de 2006[/I]
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No estamos solos, parece… Y ya sabemos donde hacer, a largo plazo, otra juntacion facultyva !galan!