Hace ya 5 años que en Chile se comenzó fuertemente una campaña que busca disminuir el consumo de cigarros. De esta forma es como se han puesto imágenes en las cajetillas donde aparecía el conocido don Miguel quien fue sometido a una traqueotomía o imágenes donde se explica que el consumo de tabaco trae problemas sexuales. A esto hay que sumarle las nuevas leyes que buscan prohibir el consumo de cigarros en recintos cerrados.
Un estudio podría demostrar que el uso de imágenes en las cajetillas provocaría el efecto contrario en vez de evitar su consumo, esto lo determino revista Discover donde reunió 5 análisis que podrían explicar lo dicho anteriormente.
- En 2006, un equipo de investigadores observaron las reacciones a nivel cerebral de los fumadores mientras eran confrontados a las advertencias gráficas realizadas en distintos países.
¿El resultado? Las zonas del cerebro asociadas al temor y la alarma se mantuvieron relativamente tranquilas; sin embargo, las zonas relacionadas al deseo aumentaron su actividad. De esta forma se demostró que -curiosamente- mirar las fotografías en las cajetillas en realidad incrementaba el deseo de fumar.
- El psicólogo Art Markman describió sus hallazgos según los cuales las advertencias sobre problemas de salud tienen el irónico efecto de hacer sentir mejor a las personas respecto de sus adicciones, en vez de peor. La teoría de Markman es que confrontar a la gente con su mortalidad (“el tabaco puede matarte”) provoca un aumento en su autoestima.
De esta forma, una persona que se autorreconoce como fumadora -contrario a una que no ve el cigarrillo como algo importante- acaba por reforzar su hábito. Para ellos, saber que el cigarrillo puede matarlos aumenta su deseo de seguir fumando.
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Un estudio de la Universidad de Missouri se percató de que los fumadores consumados inhalan aún más profundamente el humo cuando son confrontados a una imagen de advertencia en sus cajetillas.
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En tanto, la psicóloga especialista en comportamiento Carol Tavris aseguró que, tras décadas de estudio en este campo, se ha demostrado que las campañas basadas en inducir temor acaban por ser contraproducentes. “La gente neutraliza el mensaje, por lo que estas estrategias han demostrado ser ineficaces”.
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La FDA, organismo regulador de drogas y alimentos en EEUU, justificó la adopción de la medida en un estudio donde pidió a 18 mil personas mirar 36 posibles fotografías para las cajetillas, preguntándoles cuáles les impactaban más. Además se le preguntó a los fumadores qué imágenes les producían deseos de dejar el hábito y a los no fumadores cuáles les inducían a jamás tocar un cigarrillo.
Sin embargo el estudio no observó el punto más importante: cuál era realmente el comportamiento de las personas, y si realmente dejaban de fumar o nunca empezaban a hacerlo después de mirar las fotos.