Karen Atala:
La jueza reconoció su lesbianismo, decidió vivir en pareja, y la Corte Suprema le quitó la tuición de sus hijas. Quedó inmovilizada por meses, pero en septiembre se decidió a actuar. [B]Acaba de demandar al Estado chileno ante la Corte Interamericana de DD.HH[/B]
[B]Sobre la Suprema:[/B] Considera que la Corte Suprema fundó su decisión en “prejuicios y en sus propias aversiones a la homosexualidad”. Que el tribunal interfirió “arbitraria y abusivamente en mi vida privada y familiar”. Que el fallo se basa en “consideraciones abstractas sobre los supuestos efectos de la homosexualidad”, y que presume que “por el solo hecho de ser lesbiana, soy una madre menos generosa y cariñosa”.
[B]Derechos violados:[/B] Karen Atala siente que el Estado de Chile no respetó sus derechos humanos, que no adoptó disposiciones de derecho interno para su caso, que se violó su derecho a la integridad personal, que no se protegió su honra y dignidad, que no se protegió a la familia, que se violaron los Derechos del Niño y que no se le dio igualdad ante la ley.