La psicoterapia es el proceso de asistencia al paciente para llevarlo a un estado de armonía y equilibrio. En el campo de la regresión esos objetivos son similares a los que plantea cualquier otra forma de psicoterapia: el alivio de las crisis y conflictos, mejora de las relaciones y el aumento del sentido de autoestima y valía propia. Uno de los objetivos más importantes es la aceptación de quién uno es en cualquier nivel o área de nuestras vidas, llevando la persona a un sentimiento de confort y bienestar consigo mismo en cualquiera que sean las situaciones en que la vida nos ha colocado. El postulado, si es que podemos llamarlo así, de la terapia regresiva es hacer consciente lo inconsciente, de manera que podamos ser nuevamente libres a la hora de tomar opciones o decisiones y no sigamos actuando por condicionamientos inconscientes.
Al revivir varias secuencias de vidas pasadas, comprendemos desde otros puntos de vista nuestros problemas, facilitando su alivio y su solución, así como un aumento de aceptación hacia nosotros mismos a través de la expansión de nuestra consciencia.
La terapia regresiva se diferencia de la terapia convencional en que es conducida en un estado alterado de consciencia. Entrar en un estado alterado de consciencia no es nada más que un proceso de restricción en intensificación del foco de atención. El aumento de focalización interna de nuestra atención, que implica una limitación progresiva de la atención sobre nuestro entorno, es correlativa con la aparición de bajas frecuencias cerebrales en el electroencefalograma.
Los estados alterados de conciencia no son inusuales. Muchos de nosotros entramos en estados alterados de conciencia sin darnos cuenta, cuando estamos leyendo un libro o viendo una película tan atentos que dejamos de escuchar las voces o el tráfico o cualesquiera que fueran los ruidos que existieran a nuestro alrededor. A veces esto también ocurre mientras conducimos por una autopista y cuando miramos el reloj ha transcurrido mucho tiempo sin que nos percibiéramos de ello porque estábamos muy absortos en nuestros pensamientos.
En la terapia regresiva utilizamos esa capacidad mental de concentración interna para recuperar del archivo de nuestro subconsciente recuerdos de nuestra infancia, adolescencnia, vida prenatal, vidas anteriores o incluso la vida suspendida entre muerte y nacimiento.
Uno de los privilegios de este tipo de terapia es poder recuperar niveles de conciencia y comprensión espiritual que luego utilizamos para transformar creencias, ideas o la manera cómo enfrentamos nuestra vida actual.
Quisiera recalcar que estos estados son muy importantes puesto que podemos entrar en contacto con nuestros guías, estableciendo un diálogo interno con ellos, recibiendo sus consejos sobre nuestros problemas o los propósitos que hemos venido a desarrollar en nuestra vida.
En algunos casos he podido ser testigo de cómo personas que habían perdido algún ser querido, los reencontraban y dialogaban con ellos en ese estado particular de conciencia, saliendo totalmente reconfortados de ese encuentro.
Con estas palabras estoy intentando exponer que a través de estos estados alterados de conciencia la persona se pone en contacto con su parte más elevada y espiritual y puede llegar a obtener mucha sabiduría de sí misma.
También quisiera recalcar que en ningún momento la persona pierde la noción de dónde está y no queda en absoluto inconsciente. Esto ocurre tanto si la inducción a la regresión ha sido con técnica hipnótica o no hipnótica.
Hoy en día existe mucha confusión sobre regresiones hipnóticas o no hipnóticas y esto sólo ocurre porque hay muchos malentendidos y una mala información sobre la hipnosis.
La hipnosis lo único que pretende es provocar una relajación en la persona y enfocar su atención internamente. Podríamos dejar de hablar de hipnosis y hablar tranquilamente de relajación, puesto que si la técnica fuera hipnótica se produce en un segundo grado de hipnosis en el cual la persona siempre está completamente consciente. Sólo en un tercer grado de hipnosis la persona puede crear una amnesia espontánea o provocada y no recordar nada en absoluto de lo que ha experimentado. Esta es la hipnosis que se utiliza en escenarios teatrales o en televisión, pero nunca en terapia clínica.
Algunos terapeutas utilizan técnicas mixtas de relajación y sugestión hipnótica muy eficaces para lograr la profundidad que se desea para que ocurra la regresión.
Por Cristina San Miguel