(la tercera)
[B]Aun a costa de opacar a la candidata PS, el Mandatario se apoderó de la agenda de la campaña para instalar la dicotomía Concertación-Alianza y evitar que el empresario de RN imponga el eje de la capacidad y el liderazgo. Lagos anunció el jueves que repondrá en el Senado el cambio al sistema binominal. Y aunque dijo que no lo hacía por razones electorales, esta vez ni siquiera cuidó las formas, como sí lo hizo el viernes 16, cuando el ministro Vidal afirmó que el gobierno enviaría la iniciativa aceptando una petición de los estrategas del comando[/B]
Si ya la semana pasada en La Moneda se había instalado un ambiente de pesimismo a raíz de los errores “no forzados” cometidos por Michelle Bachelet y su comando -coronados con las vacaciones de Soledad Alvear en Maitencillo-, a partir del lunes pasado el riesgo de una eventual derrota se hizo más palpable: en Palacio recibieron una encuesta que ponía a la candidata concertacionista cinco puntos arriba de Sebastián Piñera.
Una ventaja nada de tranquilizadora, ya que se trataba de un sondeo realizado en la Región Metropolitana, donde la ex ministra es más fuerte, y que proyectado a nivel nacional la dejaba a dos o tres puntos del empresario de RN. Esas cifras explican por qué el Mandatario decidió salir a enfrentar personalmente al abanderado aliancista, aun corriendo el riesgo de opacar a Bachelet y de dar argumentos para que la derecha la acuse de necesitar padrinos.
La irrupción de Lagos en la campaña tuvo dos puntos fuertes esta semana. El lunes, en un acto en la población La Bandera, aludió indirectamente a Piñera y a los parlamentarios de la UDI y RN: “En tiempos de elecciones, me gustaría que tuviéramos bien claro si aquellos que hablan de los valores humanistas y cristianos van a votar de acuerdo con estos valores en el Parlamento, porque hasta ahora no han sido ni humanistas ni cristianos en la forma en que han votado”.
Pero fue el jueves cuando arremetió con más fuerza al informar, en una conferencia anunciada con varias horas de anticipación, que repondría en el Senado la primera semana de enero el proyecto para reformar el sistema binominal. El mismo que había fracasado el miércoles tras la abstención de los legisladores de la Alianza por Chile. “Ojalá el líder de la derecha actual, señor Piñera, pueda estar acorde con lo que ha dicho, porque en política es tan importante la consecuencia”, sentenció el Jefe de Estado desde el Salón Montt Varas.
Con esas dos intervenciones, Lagos dejó a Bachelet en un segundo plano y se convirtió en el verdadero rival del ex timonel de RN. Un personero oficialista lo graficó de una manera más cruda: “Lagos es el candidato”.
Una señal en ese sentido es que el Mandatario ni siquiera se preocupó de cuidar las formas. Aunque el jueves dijo que “esto no tiene nada que ver con que estamos en período electoral”, su argumento no resultó creíble. El viernes 16, en cambio, cuando los estrategas del comando, Sergio Bitar y Andrés Zaldívar, fueron a La Moneda a pedir el envío del binominal, el ministro Francisco Vidal al menos se cuidó de decir que el gobierno había “aceptado” la petición.
El temor a la derrota
Durante la semana previa a los comicios del 11, el Presidente delineó con sus ministros políticos los diversos escenarios post electorales. El más negativo -es decir, si la elección en segunda vuelta estaba en riesgo- consideraba casi con exactitud el itinerario seguido por La Moneda esta semana: salir a enfrentar a Piñera y ponerlo en jaque con proyectos legislativos, algo que evitó hacer en la primera etapa, para guardarse para momentos realmente críticos.
Según un ministro político, el diagnóstico de Palacio es que la elección del 15 de enero “está para todo”, sobre todo después de haberle “entregado” al ex senador RN la primera de las cinco semanas de campaña. “Lo paradójico -dice una alta fuente de La Moneda- es que Piñera, que fue aventajado por más de 20 puntos por Bachelet, tiene más posibilidades que Lavín el 99, que empató con Lagos”.
El pesimismo también cruza al oficialismo. De hecho, ese fue el clima que marcó el almuerzo realizado el martes en el piso 14 del Congreso, en el que la abanderada PS dio las directrices de la campaña a los parlamentarios electos y derrotados.
Es por eso que muchos destacan que lo positivo del ingreso de Lagos a la campaña es que se logró instalar la dicotomía Concertación versus Alianza, apuntando a lo que ellos consideran son las debilidades del candidato de RN. Primero, que al no tener mayoría en el Congreso no puede dar garantías de gobernabilidad y, segundo, que no puede impulsar un proyecto de centro teniendo como socios a los UDI. La semana anterior, en cambio, Piñera pudo sacar ventajas al imponer su estrategia de enfocar la campaña en torno a las capacidades y el liderazgo de los dos candidatos. En ambos sectores coinciden en que dependiendo de cuál de esos dos ejes prevalezca de aquí al 15 de enero, triunfará uno u otro abanderado.
De paso, al enviar al Congreso la reforma constitucional que abre el camino a futuros cambios del sistema electoral, se estaba recogiendo una de las condiciones del Partido Comunista para traspasarle a la presidenciable concertacionista sus 335 mil votos.
El orden de Bitar
Otro punto que sumó a favor de Bachelet en esta segunda semana de campaña fue el orden con que comenzó a operar el comando bajo las directrices de Sergio Bitar.
La noche del lunes 19 la plana mayor del PPD llegó hasta la casa del ex ministro Educación, a quien se le vio por primera vez relajado desde que el martes de la semana anterior había renunciado al gabinete para asumir un puesto clave en el comité político estratégico de la segunda vuelta. Recién esa mañana Soledad Alvear había sellado su incorporación como vocera principal del equipo de la doctora PS y, con ello, se apagaba uno de los incendios que más lo preocupaba.
“Estamos encaminados”, comentó Bitar a sus invitados, entre los que se contaban Víctor Barrueto, Jorge Tarud y René Jofré, entre otros.
Pero más que el ingreso de Alvear -que según altas fuentes DC obedeció más bien al pragmatismo de los líderes de la disidencia ante el costo que significaría ser sindicados como los responsables de una eventual derrota-, Bitar atesoraba un triunfo más certero: junto a Andrés Zaldívar tomó el control operativo y estratégico de la campaña.
Vocerías restringidas
Instalado junto al derrotado senador DC en una oficina del primer piso de la sede de General del Canto, Bitar ha visado cada uno de los movimientos de la candidata en la última semana. Y una de sus medidas clave es restringir los emplazamientos directos de Bachelet al empresario RN.
En los focus group que se manejan en el comando se advierte que las características personales de Piñera, en términos de liderazgo y conducción, son mejor percibidas que las de la ex ministra PS. Un duelo entre ambos -admiten fuentes del comando- favorecería a la carta de la Alianza.
Sin embargo, el escenario es completamente distinto si se compara a la Concertación con la derecha, porque el conglomerado oficialista resulta mejor evaluado que el bloque de RN y la UDI. Y allí centrará Bitar su apuesta.
“Si Bachelet fue casi la vocera única de su campaña en la primera vuelta, hoy cuenta con vocerías múltiples”, afirma un barón del PS, que también señala que esa es la mejor opción para mostrar al mundo concertacionista que está con la presidenciable.
Quienes han conversado esta última semana con el ex titular de Educación sostienen que con Zaldívar se han preocupado de cada detalle de la nueva estrategia. Prueba de ello fue que no dudaron en reunirse el domingo pasado a primera hora de la mañana para responder a Piñera, quien en una entrevista sostuvo que “Michelle Bachelet no tiene condiciones para Presidenta”.
La rutina se repite todos los días a las 8.30 de la mañana en General del Canto. Hasta allí llegan Zaldívar, Bitar y Jaime Mulet (DC) para analizar la pauta diaria y determinar los temas de la agenda. A la cita también llegan ocasionalmente el jefe de Comunicaciones, Ricardo Solari, y el encargado territorial, René Jofré.
Durante una hora y media se afinan las tareas del día y se definen las vocerías. Y aunque Bachelet está informada, una alta fuente del comando afirma que no necesariamente conoce cada uno de los pasos, lo que marca una diferencia sustantiva con la campaña de la primera vuelta.
Anticipar el gabinete, un recurso extremo
El domingo 9 de enero de 2000, Ricardo Lagos envió una señal para tranquilizar al empresariado que desconfiaba de la política económica que aplicaría en su eventual gobierno. El abanderado dijo que los economistas Nicolás Eyzaguirre (PPD), José de Gregorio (DC) y Andrés Velasco jugarían un rol central en su administración.
En el oficialismo pocos se atreven a afirmar cuál habría sido el resultado de la segunda vuelta si Lagos no hubiese dado a conocer esos nombres, ya que -aseguran- precisamente la desconfianza del sector privado era una de las principales debilidades de su candidatura frente a Joaquín Lavín.
Las últimas dos semanas, dirigentes que acompañaron a Lagos en la campaña de 1999 han recordado ese episodio, particularmente porque estiman que Bachelet debe seguir su ejemplo para aplacar los cuestionamientos a su figura, que -a diferencia del Mandatario- apuntan más bien a su liderazgo político y capacidad de conducción.
En La Moneda no hay un diagnóstico común sobre el tema. Mientras un sector del gobierno ve con buenos ojos que Bachelet dé a conocer antes de la segunda vuelta los nombres de sus eventuales ministros políticos, otros estiman que una iniciativa de ese tipo no la ayudará en nada y más bien se podría transformar en un problema, porque introduciría un nuevo elemento de tensión al interior del oficialismo.
Fuentes gubernamentales admiten que pese a que la posibilidad de anticipar parte de su gabinete se instaló con fuerza en los partidos políticos, no ha logrado traspasar las paredes del comando de General del Canto, porque la propia Bachelet es una de las mayores detractoras de la iniciativa. ¿La razón? Algunos en su entorno creen que no se justifica tomar ese tipo de compromisos antes del 15 de enero, y otros agregan que a ningún candidato presidencial le gusta ceder poder. De hecho, un avezado político dice que un Mandatario está en la cúspide de su hegemonía en las tres semanas en que está conformando su gabinete.
Sin embargo, el debate se instaló con fuerza en el sector renovado del PS, encabezado por el senador Ricardo Núñez. Fuentes partidarias aseguran que el timonel socialista cree que es de vital importancia que la abanderada despeje la interrogante sobre quiénes integrarán su equipo de La Moneda. El gran temor de esa sensibilidad es que ella no considere a los partidos una vez que llegue al gobierno.
En la DC también hay opiniones divididas sobre si Bachelet debe utilizar ese recurso para asegurar su triunfo en segunda vuelta. Un miembro de la disidencia dice que con una señal de ese tipo podría ayudar a contener el voto DC y a despejar dudas sobre su falta de liderazgo, pero existen dudas respecto de si lo hará a tiempo como para provocar algún efecto en el electorado, considerando los errores cometidos en la primera semana.
Para la falange lo importante fue el resultado del encuentro que los representantes de todas las corrientes internas sostuvieron con Bachelet el jueves 15. En la cita los senadores Adolfo Zaldívar, Jorge Pizarro, Eduardo Frei, Mariano Ruiz-Esquide y Rafael Moreno manifestaron su respaldo a su candidatura, pero también le señalaron que la DC tiene que estar debidamente representada en su futura administración para asegurar la gobernabilidad. También le advirtieron que el partido no aceptará ministerios decorativos, porque quieren estar en el círculo de las decisiones, aunque hayan perdido representatividad en el Congreso.
La agenda de Lagos en campaña
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Línea directa con Bitar
Además de haber promovido la salida de su ministro de Educación para convertirse en uno de los generalísimos de la segunda vuelta, el Presidente Ricardo Lagos se ha mantenido en permanente contacto con el ex senador PPD, lo que ha permitido coordinar las estrategias de campaña. -
Voto PC y el binominal
Desde antes de la primera vuelta, el gobierno tenía decidido que si las cosas se complicaban, enviarían al Congreso la reforma al sistema binominal. Si bien el objetivo inicial era complicar a la Alianza, la jugada también sirvió para cumplir con una de las condiciones del PC para entregar sus votos a Bachelet. El tema copó la agenda de toda la semana y ante el rechazo en la Cámara, Lagos anunció el jueves que repondrá la iniciativa en el Senado los primeros días de enero. -
Enfrentar a Piñera
Aun corriendo el riesgo de que se reintalará la idea de que la abanderada PS necesita padrinos, Lagos decidió esta semana salir a enfrentar directamente a Piñera. Con ello virtualmente anuló a la candidata y se posicionó como el rival del empresario RN, apoyado en los altos niveles de aprobación a su figura, superiores al 60%. -
Refuerzo territorial
La misma noche del domingo el Jefe de Estado le dijo a un grupo de ministros y subsecretarios que estaban liberados para hacer campaña, lo mismo que todos los funcionarios públicos. La idea es apuntalar el despliegue en terreno y el propio Lagos se ha preocupado de llamar a dirigentes regionales para afirmar las zonas más débiles. Por ejemplo, se contactó con su ex ministro y alcalde de Temuco, Francisco Huenchumilla (DC), ya que la Novena Región fue donde Bachelet obtuvo menor votación (39,53%). -
Gabinete anticipado
La Moneda ve con buenos ojos que la candidata PS dé a conocer a su equipo político antes de los comicios del 15 de enero. El Mandatario lo hizo en enero de 2000, después de su empate técnico con Joaquín Lavín, al anticipar que los candidatos para su equipo económico eran Nicolás Eyzaguirre, José de Gregorio y Andrés Velasco.