Una revolución del sexo femenino.
Hace tiempo que hay un nuevo tipo de mujer, ya no somos las mismas de antes.
No nos quedamos esperando en los laureles que las cosas sucedan. No estamos esperando que llegue el príncipe azul a solucionarnos la vida.
Queremos algo, y trabajamos por ello; tenemos un objetivo, y no descansamos hasta lograr obtener lo que anhelamos.
Estamos en cacería, causa-efecto.
Los hombres dicen que les llaman la atención este tipo de mujeres, las independientes, inteligentes, las que toman el toro por las astas y le hacen frente a la vida. Sin dejar de ser femeninas, tiernas, delicadas y “desprotegidas”.
Las niñas mimadas que saben qué hacer para lograr sus fines, las independientes que saben el cómo y el cuándo.
Manejamos un sin fin de situaciones a la vez, trabajo, estudio, familia, pololo, hijos, marido.
Mucho se ha hablado de que las mujeres somos el sexo débil. Que somos las que nos quebramos y rompemos en llanto cuando las cosas nos duelen. Sin embargo, la vida nos va demostrando, que una lagrima no es signo de debilidad, y que no aminora la entereza con la que se enfrenta la vida.
Qué esperamos de la vida, de los hombres, las nuevas mujeres de estos tiempos?
Porque ahora, las mujeres estamos arriba