Marinus Dykshoorn, Doris Stokes, John Catchings, Beverly Jaegers, Kathlyn Rhea, Bill Ward, Nancy Czetli… todos ellos son, y han sido, videntes que han colaborado en repetidas ocasiones con las Policías de sus respectivos países.
Unos, como Janos Kele, trabajaba como “asesor” del Departamento de Desaparecidos de la Brigada de Bucarest. Otros, como la Sra. Morel, aplicaban sus capacidades de psicometría a través de las sesiones hipnóticas del Prof. René Osty, que hacía de intermediario entre la vidente y la policía. Algunos otros, como Christian Drost, comenzaron a colaborar con la Ley tras ser denunciado y juzgado como presunto embaucador, y tener que demostrar ante el Tribunal sus supuestas capacidades de videncia. Tras analizar 45 casos, y tomar declaración a 135 personas, Drost fue absuelto de todos los cargos en sentencia del 17 de octubre de 1952. Desde ese día recibió la visita de agentes de policía que le pedían su colaboración en investigaciones de todo tipo.
Algunos audaces policías han reconocido públicamente –lo que los ha desacreditado casi al instante- la colaboración que han recibido de “detectives psíquicos”. Robert Dubois, por ejemplo, aceptó participar en un documental televisivo sobre la vidente Greta Alexander, una de las “detectives psíquicos” más conocida.
Dubois investigaba la desaparición de Mary Lou Cousett, en Alton (Illinois), en abril de 1983.
Tras cinco meses de búsqueda utilizando las técnicas de investigación convencionales, se quedaron sin pistas. Incluso fue necesario dejar en libertad a Stanley Holliday, novio de Mary Lou, y único sospechoso. No existía cuerpo del delito ni pruebas suficientes para retener a Holliday, que fue puesto en libertad sin cargos. Esto frustró enormemente a la familia de Mary Lou, convencida de la culpabilidad de su novio, que presionó a la policía de Alton, y a Dubois en particular, para que acudiesen a Greta Alexander, quien vive habitualmente en el mismo estado de Illinois, concretamente en Delavan.
La “detective psíquico” se deslazó a Alton. Pidió mapas y planos de la zona, dejando correr sus dedos sobre ellos hasta detenerse en un punto. Sugirió a la policía un rastreo en una zona: Tazewell County. Además, con sorprendente seguridad afirmó que “veía” que en una búsqueda anterior un hombre con unas “extrañas botas” había pasado sobre la fosa del cadáver sin verlo; y que el cuerpo sería descubierto por un policía que tenía una “mano lisiada”. Dijo también que el cadáver había sido decapitado, y que se encontraba en una intersección múltiple.
Al principio la policía se negó a repetir la búsqueda en una zona que ya había sido peinada, sin embargo no había mas pistas que seguir, y el tiempo continuaba transcurriendo, así que, el 14 de noviembre, con tanto escepticismo como desgana, una patrulla se desplazó hasta Tazewell County. Allí, cerca de un cruce de 3 carreteras, y de forma completamente casual, Steve Trew, auxiliar de policía, cuya mano izquierda estaba deformada por un grave accidente, descubrió un hueso sobresaliendo del suelo. Según el examen forense se trataba del cadáver –decapitado- de Mary Lou Cousett, que había sido enterrada a 1 kilómetro de Mackinaw River. Ante estas nuevas pruebas el novio de la joven se derrumbo, confesando su culpabilidad.
Según Robert Dubois, 22 de las 24 predicciones aportadas por Greta Alexander habían sido precisas. Como vestía el cadáver, en que dirección estaba orientado el cuerpo, y otros datos aportados por la “detective psíquico” resultaron precisos, por lo que Dubois no siente pudor en confesar que ha acudido en otros casos a Alexander, y que continuará haciéndolo…
Dorothy Allison, por otro lado, conserva en su casa, en el norte de Nueva Jersey, los recuerdos y medallas que le han obsequiado los oficiales de policía con los que ha colaborado durante muchos años.
Allison, que protagoniza visiones desde su mas tierna infancia, entró en contacto con la investigación policial “a la fuerza”. El 3 de diciembre de 1967 se despertó notablemente excitada, con la imagen muy nítida de un niño ahogado en el río Third. Telefoneó a la comisaría de policía de Nutley, donde le informaron de la desaparición del pequeño Michael Kurcsic, e cinco años, presuntamente ahogado en el río Third, pero cuyo cuerpo no había sido recuperado todavía.
Allison consiguió vencer el escepticismo inicial –y comprensible- del policía al describir aspectos como la ropa que vestía el niño en el momento de la desaparición, que llevaba los zapatos cambiados de pie, o una medalla religiosa al cuello. Datos que el policía Donald Vicaro, que escuchó la conversación casualmente, al encontrarse en comisaría, pudo contrastar con la familia del pequeño Michael.
El agente Vicaro pidió entonces formalmente la colaboración de Allison, invitándola a acompañarlo a la consulta del Dr. Richard Ribner. Este psiquiatra neoyorquino accedió a someter a Allison a hipnosis, obteniéndose de esta forma una ubicación del cadáver del niño, que resultó ser correcta. Desde entonces el agente Vicaro ha acudido en diferentes ocasiones a Dorothy Allison, con la ayuda de las sesiones hipnóticas del Dr. Ribner.
Con ese respaldo oficioso –que no oficial- de un Policía, Dorothy Allison inició una prospera carrera como “detective psíquico” que ha llevado, según ella, a participar en cuatro mil investigaciones, aunque ella misma confiesa haber obtenido resultados precisos y fundamentales para la investigación en solo setenta y seis de esos casos.
Con todos su éxitos y fracasos, es innegable que Allison es un excelente ejemplo de “detective psíquico”. Y como ella otros muchos dotados han colaborado con la policía en todo el mundo.