(me voy a pasar a raja un rato.)
no sé si conocen de oídas al menos a este autor austríaco del siglo XX; famoso pq, manteniendo siempre una temática común en torno al tema del lenguaje, supo desarrollar dos teorías-investigaciones-aportes-ocomosequiera de signo totalmente distinto, hasta el punto que es normal hablar de “el primer” y de “el último” wittgenstein.
Wittgenstein desarrolló a principios del siglo XX, al calor de “el círculo de viena”, una teoría bastante radical sobre el lenguaje, que llevaba la relaciópn lenguaje-realidad a su punto más radical (planteando que el lenguaje es una “imagen” de la realidad), de modo que todo aquello que no entraba en esa relación automáticamente se ponía fuera del ámbito del sentido y se convertía, valga la redundancia, en un sinsentido.
La radicalidad de tal teoría, junto con q en sí mismo el texto es bastante denso, transforman al Tractatus (publicado esos años) en uno de los libros más desagradables que me ha tocado leer. La parte final del Tractatus termina, no si cierta fanfarronería, afirmando que, después de lo dicho, no hay nada más que decir sobre el lenguaje.
Lo impresionante es q wittgenstein se tomó a pecho sus propias conclusiones y lisa y llanamente abandonó la filosofía. fue jardinero y profesor de enseñanza básica.
sin embargo la posguerra lo encuentra (como tantos intelectuales de eurpa oriental, popper o lakatos, por ejemplo) instalado en inglaterra, donde comienza a desarrollar una filosofía del lenguaje enormemente novedosa y, como alguien dijo por ahí, “si ninguna influencia posible detectable”…
su filosofía del lenguaje parte ahora de la premisa de que la unidad de análisis no es “el lenguaje”, sino la existencia de innumerables “juegos de lenguaje” en nuestra cotidianeidad. el significado de una expresión no existe “per se”, sino sólo en función del juego de lenguaje en el cuál se da. De este modo, no hay sinsentidos, sólo hay expresiones que en un contexto lingüistico determinado tienen sentido y que, al ser trasladadas a otros contextos, a otros juegos, resultan carentes de sentido, puesto que quien las dice “no sabe las reglas” del juego que está jugando (“play the game” no suena tan mal en inglés)… el lenguaje, de este modo, no es sólo una relación de significantes y significados, es un conjunto infinito de juegos que hay q aprender. (me gustaría explayarme, pero sólo si alguien engancha).
la otra novedad radical es el concepto de “aire de familia”. un sustantivo que nombra a una serie de entidades no se define en función de una serie de criterios suficientes y necesarios (como conjunto) q delimiten el campo de significancia del mismo. Wittgenstein recurre a la analogía con una familia… cómo reconocemos a los miembros de una familia? unos tienen el mentón de determinada forma, otros no, unos son altos, otros pequeños; en definitiva, no todos comparten un mismo rasgo, pero todos tienen un indefinible factor común: adhieren en alguna medida a algún rasgo. No es muy distinto como operan los nombres de las cosas en gral, plantea wittgenstein…
bueno, no sigo, les dejo el comentario, ojalá alguien enganche, sino, filo, pongo la weá esta en el blog y a lo mejor alguien me pesca, y si no, habr´ñe perdido 15 minutos de mi vida escribiendo esto.
shao