Minicuentos

escriban aquí un mini cuento, es cosa de tener imaginación

ahi va uno que hice anoche mientras mesengeriaba y trabajaba en mi informe de practica (advertencia mi imaginación a veces se retuerce, pero no mucho)

Janita vio el mapa de Japón e inmediato imaginó nueces tropicales, ofidios, oficios y tráfico de blancas. De todas estas estuvo correcta nada más que en dos, eso pienso yo. Canaria de nacimiento, la vida la hizo perra, los dolores de parto cada vez que se abrió le reventaban las caderas, desarrolló un agazapado sentimiento de traición. Quizás solo esa guitarra astillada en su mano, la separaba de tomarse la revancha desatada. La ex canaria encarcelada en su nuevo pelaje Lycaon, botaba cepas de virus añejos, cantando un carnaval de versiones de si misma. Era sagitario, cruzaba una avenida, no sentía prisa. Janita tenía un pico embotellado en un altar, lo había robado al marino que amaba, que prometió volver por él. El formol le conservó ese aspecto anguilo al costo de una porción de alma. Perdió un ojo de un palazo en un motín en la prisión de saltimbanquis. Jamás volvió su marinero arrepentido, jamás fue lo mismo para él.

advetencia: No soy escritora, solo una vil aficionada

sola

La calle oscura fue el refugio perfecto
los faroles de apagaron y la música dejó de sonar
no había viento
no se escuchaba un solo sonido en todo el lugar
tacones
toc toc toc
sólo los mios
pasos agigantados por el eco de la soledad
arboles siniestros abrazando mis sombras
escondiendo mis lágrimas
toc toc toc toc … toc…toc
pasos
mis pasos
lentos
cada vez más lentos
sumergiendose en una oscuridad implacable
llantos y gritos
enmudecidos por un misterioso aire caliente
que penetra en mis entrañas
nadie escucha
nadie alrededor
asfixia
caigo convertida en un ovillo humano
me revuelco en el asfalto húmedo
y el calor en mis entrañas
se hace más intenso
las pupilas dilatadas
el aliento entre cortado
mi piel trasparente
evidencia venas rojas y arterias azules
laten con fuerza y rapidez
estpan a punto de explotar
mi cuerpo se transforma
metamorfosis

sola, veo a la gente enorme
sus pasos pretenden aplastarme
miles de pasos en una ciudad ruidosa e iluminada
yo abajo
los miro

este es de Mario Benedetti… espectacular

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.

La conexión entre el relleno de la panza de un oso polar de coca cola y la verga de una ballena franca austral (tres metros y medio de pico) es ciertamente mucho menos real e incierta de lo que podría llegar a ser la de una armadura medieval de hierro, y por cierto oxidada por siglos de intemperie, con la nuca de una pigmeo rwandesa, que llora e implora una urgente escapatoria, segura a la explosión Victoriana lacustre, que le va a llenar el alma y las tripas de gas salvaje, que se colará hasta en la vida de su nano descendencia. ¿Será metano? Sería como pensar en gladiolos negros floreciendo en julio, más meridionales aún que el último rincón de Lénox en que no quede mina. Sería como cantar una canción inexistente, inventada de la nada, que monótona grita; tu vagina es como un pan de marraqueta que desborda mermelada por esquinas que no tiene. O tal vez, quizás podría llegar a ser igual de improbable, que un Dios tan apenado por la escasa infraestructura que proporciona su esqueleto, incapaz de sostenerle más de un corto plazo arrodillado ante el reflejo de un póngido adicto, que lamé nicotina escondido por vergüenza, llorando con sus córneas secas de ese orgullo aprendido en el espectáculo “ Homo Sapiens y Sus Hermanos; Los Monos Ateos Del Infierno Marxista Del Tercer Mundo”, que ya no está habilitado para respirar libre, que ya no puede perderse entre las lianas. Amén hermano, cristiana resistencia a la fiebre de igualdad de genoma, persistencia y concusión

carente de sentido …

Insecta

En los rincones verdes sin luz, tras la celulosa, tropezando con vigas que no sabes que tienes, están, sin dudarlo están. Mentira. ¿Por qué ignoro su estructura licenciosa?, ¿Por qué ese exoesqueleto mana miedo? La última de ellas, se desparramó en mis manos, mis labios la sorbieron. No vive de nadie, se escapa en arrebatos de silencio, es oída, odiada y mal vestida por la gula.

con menos sentido aún…

Encuentro Toxicómano

Cardos y Chamico, en eso pensaba en veredas imaginarias, sobre las cuales sin caminar me desplazaba. Al ritmo del rock rock, que desgarra cristalinos, suponía sucumbir ante una forma nueva, un culo oscuro perfecto, sacudido convenientemente. La toque y dije: soy Canino Azul, no aguantaré verte sin saber tu voz, ¿Tú nombre es?. Farisea Dura, consorte del demonio, habito en tus maxilas. Un demonio para bailar, cosa extraña, irresistible. Babeé su cara, jamás fue importante. Se fue, corrió, no nos vemos más, hasta cuando las estrella griten “pico”

ya rayando la papa…

Preludio Para Doce

No impidieron nada, no comprenden que pasó, el radical cambio a partir de ahora no era culpa de ellos, ¿De quien entonces? Ahí vienen, tal cual lo recuerdan, Cruz Parasitaria, entonces nada más que prisionera, iluminaba con sus ojos, corrían tras ella. No recuerdan como haber llegado ahí. Fue mala señal pasar inadvertidos, podrían plantar batalla a quien fuese, pero ignoraban su esencia. No sabían que dios los había abandonado desde el nacimiento, no sabían que Dios se apellidaba Darwin. Estaban perdidos, derrotados de antemano.

Estaba sentada frente al cuadrado de luz.
Tip, tap, tip, tap y top. Top y tip (Y más tap).
Su cigarro se apagaba en la taza de café vacía y a ella no le importa. Tiptapeaba y tiptapeaba el cuadradro de multicuadráticos grafemas gris/negro y miraba el cuadrado blanco. La luz la tenía ciega, la jaqueca insoportable, el tabaco hediondísima y las dudas desdentada. Se comía las falanges de la duda, es que ella amaba tanto la literatura y terminaría estudiando Medicina por mero caching-green.
Se entendía y sus papás la entendían (El cuadrado blanco la odiaba) y un palo no le caía mal a nadie, menos en estos tiempos- Le decía su papá.
La vida estaba difícil-Decían los profes.
No te desperdicies-Decían los profes
Y ella traidora a sus cuadros blancos, que no valían nada, se decidió a arreglar máquinas de cuero.

Mi historia de desdicha e incertidumbre, es feo estar en Cuarto medio.

Los cuadrados blancos le patearían el culo, y un montón de viejas le agradecerían por salvar a sus hijas de una picada de araña de rincón. El caching-green dejaba de ser tentador con cada letra (Y sabroso con cada comercial de Paris).
El ching-green era una mierda. Una mierda olorosísima, y como mosca de la fruta, traidora a lo que quería, seguía a papá mosca y mordía mierda y mierda y mierda.
No es que la mierda sea mala, es que yo como fruta.
Y comía mierda y mierda y se preparaba para el caching-green que gastaría en cuadrados blancos.
Acorta el trámite, el cuadrado blanco no vale nada-Pensaba
Pero la vida está difícil- Le susurraban
Y como mosca, comía mierda y comía mierda, por que así lo decían los libros(Y los comerciales de Falabella).

La increíble y triste historia de la destalentada desescritora y el caching-green desalmado

[quote=“Cejon, post: 218282”]este es de Mario Benedetti… espectacular

Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.[/QUOTE]

Lo leí y pensé que era tuyo e iba a decir que era fantástico.
Si Mario Benedetti es famoso me cae mal, es bueno, pero no lloré. Gimmemore.