Lo que me gusta de Lovecraft es que él mismo no tomaba en serio su obra. De hecho, toda la mitología y sistematicidad que surgió en torno a los Mitos de Cthulhu fueron obra de su amigo y seguidor, August Derleth.
La lógica lovecraftiana era burlarse un poco de la credulidad de la gente. Él mismo decía en una de sus cartas cuánta gracia le hizo el saber que había gente que pedía el Necronomicón en las bibliotecas.
Lo mismo sucede con otros libros de magia negra mencionados por el viejo H.P. como el “Unaussprechlichen Kulten”, “El Rey Amarillo” o " Cultes Des Goules" (como dato curioso, Abdul Al-Azred, supuesto autor del Necronomicon es el realidad el apodo con el cual Lovecraft se designaba a sí mismo en su juventud). Por otro lado, algunos de los libros mencionados en las obras del maestro de Providence sí existen, pero son más bien las obras esotéricas o curiosas como el “Malleus Maleficarum” de Spengler y Kramer.