Ecuador cobija los nombres menos comunes
por Gonzalo Guillén:
Si las personas contemporáneas nacen cobijadas con el derecho a tener un nombre, de acuerdo con la Carta Universal de los Derechos del Hombre, ¿podrían entonces los ecuatorianos: Primera Comunión Bastidas, Martes Trece Santana o Cabalgata Deportiva Vera alegar ante tribunales internacionales que sus padres les causaron perjuicios de lesa humanidad?
¿Quién podrá defender a Vick Vaporoup Giler, a Osa Mayor Medranda, o a Puente Vacacional Alcívar? La respuesta podría serles de utilidad a Land Rover García, a Canegunda Isaura Santos, a Obras Portuarias Sánchez, a Chispa de la Vida Alava y a tantos otros ecuatorianos que llevan nombres que han puesto en aprietos al Registro Civil y que en ocasiones son tan estrafalarios como el más feroz de los apodos.
Algunas veces un nombre inesperado le concede fama a una persona. Pero, a primera vista, no parece favorecer mucho a doña Estatua de la Libertad Murrieta, a don Año Bisiesto Owen o a don Conflicto Internacional Loor. Los nombres estrambóticos en Ecuador proliferan en la provincia costera de Manabí, aunque en todo el país pululan, por ejemplo, los Lenin o los Estalin, las Italias, las Maribí, los Washington o los Darwin.
El periodista de Guayaquil Marcelo Marchán se ha dedicado a rebuscar centenares de nombres insólitos, esencialmente en los directorios telefónicos, y optado por realizar concursos cuyos resultados ha recopilado y editado en publicaciones de humor. No existen estudios confiables sobre la costumbre ecuatoriana de bautizar a personas con nombres como Osa Mayor Medranda, Calcomanía Pico, Aeropajita de Morcillo, Pura Gloria Alemana Ayala, o Perfecta Circunsición Hidalgo.
Algunos creen que podria existír relación con las tradiciones indígenas. Los pieles rojas de Norteamérica, por ejemplo, solían llamarse Toro Sentado o Pluma Blanca, que, en todo caso, asombran menos que Perfectísimo Dios Vera Alcívar, Alí Babá Cárdenas, Houston Texas Ponguillo Loor, Cristo Crucificado Cañarte San Andrés, Underwood Escríbano Pita o Unidad Nacional Centeno Gómez.
Muchas personas en Ecuador llevan por identidad lo que para sus padres fueron momentos inolvidables. Es el caso del señor Dos a Uno Angulo; el domingo que nació, el equipo de fútbol Real Madrid de la provincia de Esmeraldas, del que su padre era dirigente triunfó 2 - 1 sobre el San Lorenzo. La pasión ecuatoriana por el fútbol se refleja en los nombres de Justo Empate Enríquez, Campeón Invicto Rodríguez Aspiazu o Victoria Apretada Obregón Carrera.
El patriotismo se adivina en los nombres de don Ecuador Janulvomán Loor A. o su ya mencionado hermano, señor Conflicto Internacional Loor, o en don Himno Nacional Salgado Pólit. La fuerza incontenible de la publicidad subyace en doña Eveready Pilar Valencia Changa o en Burguer King Herrera Suárez. El apego a la democracia lo carga don Cabildo Abierto Guzmán Conguillo y la majestad de la justicia se enseñorea en la identidad de la señora Cadena Perpetua Vázquez Gijón.
Un incuestionable, aunque incómodo amor paterno quedó declarado en el Registro Civil con el nombre de Niña de mis Ojos Loor Chávez. A este género de afecto paterno rebosado corresponde el nombre de doña Amor de mi Vida Santana García. La jactancia varonil y el envanecimiento paternal fueron inocultables en el día del bautizo del señor Semen de los Dioses Bazurto Quezada, natural de la población de Jipijapa.
Está por verse, sin embargo, si la señora Exquisita Bendita Sánchez Navarro, y los señores Emporio Musical Viteri, Buen Amigo Moscoso Escandón y Cemento Rocafuerte Preciado han hecho honor a sus nombres. La legislación ecuatoriana no pone límites para el registro oficial de nombres, pero exige que éstos no falten al respeto y la dignidad humana.
Empero, hoy los funcionarios de las oficinas del Registro Civil gozan de plena autoridad para rechazar nombres que, en su leal saber entender, estimen inapropiados. En fin… no sería de extrañar que Ecuador haya sido la patria originaria de los eternamente mencionados Zutano, Mengano o Perico de los Palotes. Es cuestión de buscarlos en el directorio telefónico.
Texto extraido de la edición 121 de The Clinic, 22.1.2004, página 37.
http://www2.udec.cl/~aosses/2004_02_01_old.html