Para nadie es un misterio que la prostitución infantil existe, y que ocurre a todo nivel.
Este artículo aparece en Las Ultimas Noticias de hoy domingo y se refiere a lo que ocurre en Colombia:
[QUOTE]Se acuestan con hombres mayores para conseguir más y más dinero
[B]CHICOS RICOS SE PROSTITUYEN PARA COMPRARSE TODO LO QUE QUIEREN[/B]
[I]A pesar de que no tienen problemas económicos se venden para obtener los mejores relojes, la ropa más cara, lo último en equipos de sonido.[/I]
Andrés llega a su casa todos los días a las tres. Deambula por los elegantes pasillos de su hogar colombiano -Andrés vive en Bogotá- hasta llegar a su pieza. Allí, cuelga el uniforme del colegio y viste su fibroso cuerpo con alguna de las prendas de marca que rebasan el armario.
Después de ponerse un pantalón Maithé Girbaud, una camisa Tommy Hilfiger y unas zapatillas americanas -ni Reebok ni Nike porque la calle está llena de imitaciones-, Andrés parte con sus 14 años a uno de los barrios más cosmopolitas y exclusivos de Bogotá. Allí, este chico de clase alta espera que algún hombre de billetera enorme le pague por sexo.
Según cuenta el periódico “El Tiempo”, el negocio de Andrés -que es el mismo de un creciente sector de niños colombianos de entre 14 y 18 años que estudian en exclusivos colegios- tiene que ver con placer y lujo. Placer de experimentar nuevas aventuras sexuales y el lujo de poder comprar lo que quieran con el dinero que reciben por sus servicios.
“…Veo como una opción libre y espontánea el tener sexo con otros hombres a cambio de dinero, aunque mis papás me suplen todo, hasta mis caprichos más pequeños”, cuenta Andrés.
Pero siempre hay más deseos que satisfacer, por eso se vende. Y lo disfruta, según él. “Para mí el cuerpo es un recipiente que permite llenarlo, desbordarlo de placer, y es un medio para conseguir ingresos que se pueden utilizar para múltiples cosas”, argumenta.
Y como estos prostitutos adolescentes piensan tanto en el cuerpo, lo cuidan bastante. “El físico es fundamental, por eso practico muchos deportes. Por ejemplo, nadar forma buena contextura física y eso atrae, doblega, esclaviza y cuesta. En pocas palabras, mi cuerpo y mi belleza, por tu dinero”, dice el chico.
El sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia Misael Tirado explicó a “El Tiempo” que estos chicos -a los que ha estudiado de cerca- no se consideran explotados sexualmente, tampoco se asumen prostitutos y muchos de ellos niegan ser homosexuales. “Tener sexo con otro hombre… no amerita que se cataloguen como homosexuales o bisexuales, pues parten de la concepción del disfrute y goce de lo que se tiene como corporalidad”, explica.
Para la mayoría de estos chicos, su manera de ganar dinero no arruina su masculinidad.
Al contrario, para ellos, la nutre de cultura y de enseñanzas que pretenden ocupar cuando se conviertan en profesionales. Porque para todos estos prostitutos finos -que ganan entre 500 mil y un millón de pesos mensuales- la carrera se acaba al salir del colegio. O por lo menos eso dicen mientras miran sus relojes carísimos y esperan por un nuevo cliente.
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¿que podría hacer en este caso un Orientador Familiar, considerando el nivel socioeconómico de donde viene el joven?