[B][COLOR=Navy][I]LA NECESIDAD DE PROTECCIÓN PARA LAS BALLENAS AZULES EN EL SUR DE CHILE [/I]
Diversos sectores ve una urgencia por establecer mecanismos para proteger las poblaciones de ballenas en el sur de del país. Chile no tiene legislación al respecto y algunos apuestan a generar Áreas Marinas Protegidas en zonas donde exista mayor presencia de estos mamíferos marinos
Santiago de Chile, 28 de febrero de 2005. (Ecoceanos News)— A un año que se difundiera a nivel global que al sur de Chiloé existía un área de alimentación y crianza de ballenas azules, noticia que fue celebrada por la comunidad científica nacional e internacional, el compromiso del gobierno para crear un área marina protegida comienza tener cuenta regresiva.
Así lo afirmó a Ecocéanos News Rodrigo Hucke, ecólogo de la Universidad Austral de Chile, que lideró esta investigación, y que precisó que “estamos en una etapa inicial (…) de aquí en adelante habrán muchas reuniones, negociaciones y compromisos entre los distintos actores que participan en este proceso: comunidades, autoridades y científicos. Es el momento de empezar a explorar las diferentes alternativas para primero proteger la ballena azul a nivel legal y luego implementar un plan de acción”.
A la hora de las evaluaciones, el ecólogo dijo que se han implementando transmisores satelitales en las especies para detectar los rangos de movilidad y sus zonas de preferencia, en conjunto con otras investigaciones, que incluyen método cómo fotoidentificación, análisis genético, entre otros.
Lo único claro es la urgencia de crear un Área Marina Protegida (AMP), y para ello en Noviembre pasado se reunieron representantes de distintas entidades públicas, organizaciones de medio ambiente, cómo el Centro de Conservación Cetácea y CODEFF, académicos y la comunidad chilota, para debatir el tema, plantear las propuestas y detectar las potenciales amenazas para la conservación de las especies en el Golfo de Corcovado.
A pesar de los importantes resultados obtenidos hasta la fecha, que justifican el establecimiento de un AMP, es importante continuar realizando estudios sistemáticos sobre la distribución espacial y temporal de la población de ballena azul presente en la zona y sus interacciones con otras especies, con el fin de definir y zonificar adecuadamente el área a proteger.
Al respecto, Rodrigo Hucke dijo que “el AMP debiera ser de uso múltiple porque las actividades humanas son bastante importantes. Según los antecedentes de los transmisores satelitales y las inspecciones aéreas y marinas puestas en marcha este año, dicha área -agregó el científico- comprendería toda la costa pacifico de Chiloé y del archipiélago de las Guaitecas. Por el Este incluye parte del Canal de Moraleda, el Golfo de Corcovado hasta un poco más al norte de Quellón.
La costa oeste de la isla de Chiloé registra la presencia de diversas especies de mamíferos marinos, muchas de las cuales padecen serios problemas de conservación, debido a la alteración y/o destrucción de sus hábitat.
A pesar que el área cuenta con importantes colonias de Pinnípedos (lobos marinos), es necesario actualizar el conocimiento sobre su estructura y dinámica poblacional e interacciones con las intensas actividades pesqueras y de salmonicultura presentes en esta zona.
Para ello es necesario implementar una política de conservación y manejo de las poblaciones de aves y mamíferos marinos a nivel nacional y regional, la cual debe contar con periódicas actividades de prospecciones y censos.
Carlos Moreno, biólogo marino, director del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad Austral de Chile explicó a Ecocéanos News que existe una serie de factores que idealmente deberían ser los que determinen que zonas son las más apropiadas para tener la categoría de protegidas, sin embargo la mayoría de estos sitios están prácticamente otorgados a través de concesiones tanto para áreas de manejo de recursos bentónicos cómo para acuicultura.
De hecho, la presencia continua de áreas de manejo a lo largo de toda la costa chilena, no permitiría la creación de Parques Marinos. Por lo tanto sería necesario implementar una Red de AMPs que incluya distintos tipos y niveles de protección y explotación.
Consultado por cuanto demoraría su implementación, Hucke sostuvo que “antes del cambio de gobierno debe haber una decisión tomada al respecto. Es una fecha límite, porque además el Presidente Ricardo Lagos se comprometió a proteger el 10 % de los sistemas representativos de Chile y esperamos que esta zona corresponda a una parte importante de ese porcentaje”.
[B]LOS DESAFÍOS [/B]
El descubrimiento de la zona de alimentación y crianza de ballena azul más importante del hemisferio sur, representa una responsabilidad internacional frente a la efectiva conservación y recuperación de la especie clasificada en peligro por la Unión Mundial de Conservación de la Naturaleza (UICN). Ello se ve aumentado por la responsabilidad entregada a Chile en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), durante la última conferencia de las Partes en Thailandia.
[B]SALMONERAS: POTENCIAL AMENAZA.[/B]
Existen actividades humanas que pueden estar en conflicto con la persistencia de las poblaciones de ballenas en el área, como son las actividades asociadas a la acuicultura, pesca, malas prácticas turísticas, y las colisiones con embarcaciones en las rutas de navegación, entre otros.
Rodrigo Hucke destacó que más de cinco millones de salmones se escapan anualmente; en la zona se realizan ejercicios navales; y existen malas prácticas del ecoturismo. Los dos primeros puntos tienen directa relación con la expansión de la industria del cultivo del salmón.
Además con la entrada en funcionamiento del puerto privado de Quellón, aumentarán los movimientos y el calado de las embarcaciones asociadas a la salmonicultura. Actividad que planea triplicar sus producciones regionales para el 2012.
Carlos Moreno, director del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad Austral de Chile, sostuvo que “el alto tráfico de embarcaciones que abastecen a las salmoneras carece de regulación, a parte de las vías de navegación establecidas por la Directemar”.
Admitió que hay limitaciones para regular a este sector productivo y a modo de propuesta señaló que “cómo son multados los derrames de petróleo y otros contaminantes al mar, las empresas salmoneras que dejan escapar sus salmones deberían correr la misma suerte, porque tiene un impacto incluso peor que el anterior. Esto, obligaría a las salmoneras a ser más cuidadosas en términos de su instalación”.
[B]OTROS RIESGOS. [/B]
Carlos Moreno dijo que “la comunidad ve con buenos ojos esta posibilidad de desarrollar un área marina protegida en Golfo e Corcovado, porque podría significar una potencial fuente de trabajo, en términos de avistamiento”. Sin embargo, el sector con mayores avistamientos de ballenas azul coincidiría con las rutas marítimas establecidas en la zona.
Moreno advirtió que la regulación es fundamental, porque se es mal manejado puede transformarse en una potencial amenaza.
En cuanto a los efectos indirectos, Moreno agregó que “el proceso de alta productividad biológica que permite albergar estas poblaciones de ballenas, produce concentraciones zooplancton, principalmente de krill, que en el caso de altos escapes de salmones podría competir por alimentos con las ballenas. Esto, obligaría a las ballenas a buscar alimentos fuera del área, y en consecuencia no podrían usar el Golfo de Corcovado cómo área de cría”.
En la misma línea Rodrigo Hucke, señaló que “está contemplado fomentar el turismo de observación ballenera, pero responsable y regulado principalmente porque la ballena azul va con sus crías, y esa es la única evidencia de recuperación poblacional para todo el Hemisferio Sur (…) es fundamental cuidar eso. No podemos tener 500 lanchas al lado de una pareja madre – cría”.[/COLOR][/B]