[B][/B]Así es amigos. Para los que desean estudiar esta carrera me limito a darles la mala noticia de que la carrera de Psicología ha muerto en Chile.
Hoy en día hay más de 28.000 titulados y seguimos contando. La cifra es correcta, más de veintiocho mil titulados en los registros del Ministerio de Salud de Chile. En 1992 el número era de 1500, y los sueldos no eran espectaculares tampoco, sino término medio.
Chile titula más de 3000 psicólogos al año, de los cuales solo el 17% está en el Colegio de Psicólogos de Chile, cuya sede se asemeja cada día más a un pueblo fantasma, y cuya directiva se compone por titulados de la “universidad” Educares, “universidad” del Mar, etc. Los titulados de universidades prestigiosas han desertado el pueblo.
¿Alguien hará algo para terminar con este absurdo? Nadie al parecer, salvo nuestros valientes estudiantes en la calle.
Seguirán vendiendo títulos profesionales a estudiantes que jamás podrán pagar la deuda con el estado, porque sencillamente no hay trabajo [U]bien remunerado[/U], o sencillamente no hay trabajo [U]en lo que se estudió[/U].
Es una situación gravísima para los clínicos que se dedican a tratar pacientes con ansiedad, depresión o psicopatologías más severas ya que el profesional que está al frente no tiene sus necesidades básicas satisfechas, prestándose la situación para todo tipo de actos reñidos con la ética profesional o con la entrega de un servicio de calidad. Ni hablar de la calidad de los nuevos titulados, porque es de llorar. Muchos no saben expresarse verbalmente, cometen faltas graves de ortografía y de gramática, o sencillamente poseen malas maneras de relacionarse. El pensamiento o análisis crítico es inexistente en muchísimos casos. No todos por supuesto pero sí un número significativo de ellos.
Hoy en día las probabilidades de empleabilidad en el área es de un 50%. Es decir, el otro 50% no está desempleado, pero no ejerce, ni ejercerá nunca la profesión que estudió, y que sí deberá pagar la deuda millonaria que ha contraído. No habrá perdonazo del estado, ya que ningún contribuyente se prestará para que le saquen de su bolsillo el pago de los estudios del vecino.
En los años venideros, la situación será peor ya que no hay control de ninguna especie. ¿Está el mercado regulando la situación? Me temo que no, ya que la publicidad engañosa sigue en la TV, Metro, diarios y revistas, pintando una situación idílica alejada de la realidad presente de mucha frustración para sus titulados.
Los profesores de muchísimas “universidades” de segunda categoría se compone de titulados de esas mismas casas de estudio, creando un círculo vicioso de mala calidad. Son docentes Taxis, que viajan de una escuela a otra por míseros pesos y a honorarios, sin contrato permanente. Conozco a algunos en el mundo de la academia y sé de lo que estoy hablando.
Aquí los únicos que se han hecho la América son sus dueños, con lindas casas en la cota mil, parcelas de agrado en la zona central, refugios en la cordillera y casas en la playa.
Para estos dueños la venta del sueño a familias de clase media y modestas les ha redituado exponenciales beneficios económicos, y seguirán invirtiendo en publicidad engañosa. Un 22% de los ingresos van dirigidos a publicidad masiva, regalos al ingreso y regaloneo de los nuevos “consumidores”.
Obviamente como pregona el gobierno de Chile S.A. , la educación es un “bien de consumo”. Atrás quedaron valores “poco rentables” de la iluminación, del mejoramiento personal, del desarrollo ético y estético.
Para los comerciantes de la educación este es un excelente negocio, al cual hay que darle nuevas alas
Me temo que es muy tarde para apagar el fuego, el daño ya está hecho.
Y si esos… “odiosos jóvenes anarquistas, comunistas, desorientados, flojos”, se atreven a protestar, se les enviará el aparato represor estatal (los pacos) que está al servicio de los dueños del negocio.
A pesar de esta crónica de una muerte anunciada, les deseo una
Feliz Navidad