Estimado DerechoUCEN:
Aclaremos su discurso enredado y estéril con el cual intenta denostar a mi casa de estudios, en favor de su alma mater.
Cuando me remití a la PAA me refería al conexto bajo el cual nació el sistema de ingreso a la universidad. Hasta ahí vamos bien. Creo que el resto no lo comprendió en absoluto. Cuando me refiero hoy en día a la PSU, quiero decir que la U. de Chile ha sido, desde siempre, la que ha administrado el proceso de admisión. Las universidades del CRUCH toman esta prueba como el único medio por el cual se puede ingresar a pregrado (me refiero genéricamente, pues siempre están las admisiones especiales); la mayor parte de las ues “nuevas” (por no decir “privadas”) también están tomando esto como parámetro, sin perjuicio de que sus requerimientos sean mínimos o incluso hayan ingresos sin mediar prueba. El hecho de que la Chile administre esta prueba es, me imagino, debido a que ha sido el proceso más “decente” que hay. Yo, aún así, tengo mis reparos, pero no creo que otra universidad que no sea del CRUCH pueda hacer algo mejor. Puede ser factible que una universidad como la PUC pueda, en conjunto, hacerse cargo, pero hasta el momento sólo ha dado aletazos al voleo, sin propuestas serias ni nada. La FEUC es especialista en alarmar sobre cualquier cosa, pero es muy poco lo que propone (si no, te invito a informarte del nuevo modelo de ingreso que pretende implementar la distinguida ucé, dirigido por su rector, el señor Rosso, el cual es por lejos más elitista que el actual).
Sus preguntas retóricas sobre el destino de la extinta PAA quedan, entonces, fuera de lugar y siguen manifestando su débil comprensión de lectura y su poco conocimiento de la historia de esta prueba.
No entiendo la conexión que haces entre la PAA y la distinción entre universidades estatales versus privadas. Parece que nunca aprendiste a redactar o a elaborar un buen argumento, lo cual es lamentable proviniendo de un futuro abogado. Cuando hago mención al apelativo “privado”, estoy dando una denominación genérica a las universidades “nuevas”. Le explico con manzanas: las universidades Católica de Chile, Federico Sta. María, entre otras, efectivamente son privadas, pero yo me refiero a ellas como “tradicionales”, dado que pertenecen al CRUCH y su nacimiento no responde a otros intereses económicos, como los que fundan universidades como la vuestra y todas las “privadas nuevas”, ¿se entiende? Volviendo al tema de la PSU, el Demre es el organismo que se encarga de aquello. No creo que sea “temor” de relegar la administración de esta prueba en otra casa de estudios; creo, más bien, es un tema de eficiencia. La Casa de Bello tiene muchos años preparando este sistema y traspasarlo a otra institución sería empezar desde cero. Quizá le vendría bien una elaboración conjunta con otra entidad, la cual, OBVIAMENTE, no sería una universidad como la suya, puesto que son de tercera o cuarta categoría (objetivamente hablando, no puede usted cometer semejante atrocidad de comparar una universidad de alta complejidad, como lo es la Chile y la puc, con una universidad que recibe a los alumnos que botó la ola de la PSU).
Su argumento es extremadamente circular respecto de la semántica del asunto. Insisto, entiendo perfectamente que las universidades citadas son privadas; sin embargo, son tradicionales y su origen se sitúa en otros temas, no necesariamente en el económico. Le explico con manzanas otra vez: la Federico Santa María, por ejemplo, es creada para incentivar la enseñanza técnica y la innovación en dichas áreas del conocimiento, pues así dispuso su fundador. Hoy en día, las universidades no surgen precisamente con ese fin. Universidades como la suya crecen sólo para atraer alumnos mediocres dispuestos a pagar aranceles elevados y así mantener a una directiva que los ve como clientes y transan con ustedes una educación paupérrima. Sus universidades producen muy poco conocimiento, no investigan en ciencias sino en áreas que son “rentables”, sus alumnos son poco despiertos, etc.
El éxodo de profesores es un fenómeno común a varias universidades. No veo por dónde quiere usted usar ese argumento en mi contra. Como ejemplo, le menciono una enorme cantidad de profesores que se burlan abiertamente de alumnos como ustedes en las salas de clase de la U de Chile, haciendo referencia a que a gente como ustedes les enseñan para ganar dinero versus el placer que sienten enseñandole a la “elite intelectual del país”. No me diga que usted es lo suficientemente ingenuo como para creer que sus profesores van a hacerle clases por el gusto que les provoca que gente como usted haya ingresado a esa universidad…
Sobre sus informaciones respecto del sistema de mi universidad, déjeme decirle que está en un error. En ningún lugar se ha manifestado lo que usted menciona respecto de las intenciones de nuestro decano. En fin, alguien como usted no lo entendería, pero le digo que él, en una clase, nos dijo bien claro: “ustedes tendrán que salir a pelear con los hijitos de papá y sus pitutos”. Es decir, el orgullo de nuestra escuela radica principalmente en que aquí convive toda clase de alumnos que comparten sólo su inteligencia; el resto, los hijitos de papá, los fracasados, etc., están en universidades como la Central, la UNAB, etcétera.
La Adolfo Ibáñez surge en la V región como la escuela de negocios vinculada a la USM, creo que le falta, definitivamente aprender más de historia. Asimismo, le digo que dicha escuela tiene algo así como medio siglo de existencia, algo menos que la Facultad de Economía y Negocios, la cual fue fundada por don Pedro Aguirre Cerda (supongo que lo conoce); es decir, su existencia es de un poco más de medio siglo, no los 130 que usted erróneamente le atribuye a esta escuela. No siga dando pena con sus precisiones históricas, por favor.
La Casa de Bello, así como la Católica, siguen siendo las mejores. Así lo indica el nivel de conocimiento que genera, sus publicaciones de alto impacto en materia científica; el liderazgo indiscutido a nivel jurídico de nuestra U, las investigaciones en artes y humanidades y, sobretodo, por la materia prima, es decir, por su alumnado. Esos son todos factores que usted está muy lejos de conocer, puesto que su universidad produce muy poco conocimiento y, por cierto, muy poco relevante.
La tradición de estas escuelas es un hecho innegable, y un pobre aparecido como usted, al cual le dijeron que “en la cancha se ven los gallos” y que la universidad no importa, no podrá negarla con sus frases ridículas, acompañadas por una argumentación más que ignorante en lo que pretende dar por sentado. Sus menciones a la ex-grandeza de mi universidad no es más que el lloriqueo de un perdedor al cual no le quedó más opción que ser del montón en una universidad que no brilla en nada.
Espero que todo haya quedado claro, y no siga haciendo alusiones a mi supuesta calidad de “flaite” o cualquier epíteto que usted quiera poner sobre mí, porque es un tanto penoso ver como gente que cree ser estudiante universitario no sabe un ápice de lo que habla con tanta propiedad.
Saludos y que tenga un muy feliz año nuevo.