La realidad de la atención farmacéutica. Defensores de la AF hacen autocrítica para buscar soluciones a su estancamiento
[SIZE=“5”][SIZE=“5”]“La responsabilidad con el paciente ha quedado diluida”[/SIZE][/SIZE]
“Desde el inicio de la atención farmacéutica (AF) en 1989 han pasado dieciocho años y, a fuerza de usar el concepto de AF para muchas actuaciones que no lo son, parece haberse diluido ese componente de la responsabilidad individual frente al usuario de medicamentos, que es clave para la implantación de los procedimientos de esta práctica profesional en cualquiera de los servicios que se quieran ofertar”.
Gema Suárez / C. D. gsuarezm@recoletos.es 18/06/2007
Esta es la visión crítica y realista de Flor Álvarez de Toledo, presidenta de la Fundación Pharmaceutical Care, quien dio una conferencia la semana pasada en el COF de Asturias, en el acto de presentación oficial del V Congreso Nacional de AF (Oviedo, 4, 5 y 6 de octubre), organizado por la fundación con la colaboración del colegio asturiano, Cofas y CF.
Concepto 'ambiguo’
Álvarez de Toledo cree que como el farmacéutico realiza actividades muy diversas en la botica -“además de dispensar medicamentos, vende otro tipo de productos y da consejos, entre otras tareas”, comenta- se han englobado todas en el concepto de AF, que es muy “ambiguo” y “polisémico”. “Vender un cosmético con un consejo no es hacer AF, por ejemplo”, explica a este periódico, y añade que AF hace referencia a las actuaciones del farmacéutico relacionadas con los medicamentos para prevenir y resolver cualquier problema derivado de su uso.
“¿Por qué nadie tiene dudas ni se cuestiona qué es la atención médica o la de enfermería y sí la AF?”, se pregunta.
Bajo su punto de vista, el problema de que se esté diluyendo la esencia de los servicios de AF parte de quienes todavía siguen diciendo que esas tareas se han hecho siempre “y esto no es así, porque no siempre se han registrado las actuaciones, ni se han seguido unos protocolos, ni se han obtenido unos resultados en salud”.
En su opinión, centrar la AF en esa responsabilidad del farmacéutico con el paciente en las dos fases del proceso del uso de los medicamentos (al inicio y al finalizar el tratamiento) “exige nuevos conocimientos técnicos y sociales y una metodología y organización del trabajo compatible con cada ámbito de actuación profesional: en la farmacia comunitaria, en la de hospital o en los servicios farmacéuticos de atención primaria”. Y defiende que el impulso definitivo pasa por “una demanda mayor y real de la sociedad y de los prescriptores de los servicios de AF para conseguir los mejores resultados de los tratamientos , y que los gestores del Sistema Nacional de Salud consideren imprescindible esa función de los farmacéuticos en pro de la eficiencia del gasto sanitario”.
¿El último tren?
A pesar de esta visión, Álvarez de Toledo es optimista y no cree que éste sea el último tren que le quede por coger a la AF para consolidarse, sino que confía en que al final la sociedad reconocerá que necesita un profesional como el farmacéutico que ayude a garantizar los buenos resultados de los tratamientos. “Ahora bien no sé ni cuándo ocurrirá esto, ni cuántos farmacéuticos acabarán haciéndolo ni quiénes lo harán”, reconoce.
El consejero en funciones de Salud y Servicios Sanitarios de Asturias, Rafael Sariego, presente en la conferencia de Álvarez de Toledo, constató que en los últimos años se han producido cambios en el sistema de salud que han afianzado el carácter sanitario del farmacéutico, “con una revalorización de su figura”, y reconociendo que “la botica es mucho más que una actividad mercantil”.
Fuente: Correofarmaceutico.com
¿Qué les parece lo que se está discutiendo hoy en día en España sobre el tema?. Por lo menos yo siento que estamos a años luz de esto, sin embargo creo que con farmacéuticos de calidad y espíritu se puede llegar a tener un tipo de farmacia y profesión farmacética como la de España y también la valoración social que tienen los farmacéuticos en ese país.