El aspecto humano se puede analizar desde varios puntos de vista, como el de la humanización (palabra que aparece en varios contextos). En el ámbito de la atención de salud o de la entrega de servicios, se puede ver como la personalización, que está muy relacionada con la individualidad de las personas, y todos estos términos, humanización, personalización e individualidad, tienen que ver con el trato entre los componentes del equipo tratante y entre éstos y el paciente.
Así mismo en el proceso de rehabilitación los kinesiólogos son los profesionales que tienen el mayor tiempo disponible con los pacientes (más cercanos a ellos también), quiero enfocar el quehacer profesional de nuestra intervención kinésica en el servicio de salud (cual sea), de forma directa con los pacientes a tratar (in-situ) ¿se entiende?, veamos.
Empatía: “¿Qué es eso?”, dijo un Médico…
“Ud.s los Kinesiólogos se creen los dueños del cuerpo“, dijo una Enfermera…
Al efectuar una revisión bibliográfica de las áreas relacionadas con este tema, lo primero que se encuentra son las necesidades básicas, que el paciente en general y en especial el intensivo ve absolutamente amenazado y esto se acompaña de la angustia de no saber qué va a pasar. Esas necesidades se ven reflejadas en:
El área física, que es donde se va a efectuar la intervención.
Las necesidades emocionales, relacionadas con las expectativas que tiene el paciente cuando llega a un centro.
Las necesidades psicosociales, que tienen que ver con el entorno en que vive el paciente.
Las espirituales o religiosas, que, para algunos pacientes, son indispensables para enfrentar esta situación en el centro asistencial de salud.
Mejorar la actitud frente al paciente.
A las personas adultas les cuesta modificar las conductas y tienden a aferrarse a la forma tradicional de hacer las cosas, pero teniendo clara la importancia de lograr determinados cambios, éstos se pueden lograr. Varias conductas se pueden modificar en el área Kinésica:
La acogida; del paciente debe ser cálida y personalizada. En nuestra intervención los pacientes suelen ser llamados por su nombre y luego por el diagnóstico (a diferencia de los pacientes en pabellón que es al revés), así mismo el nombre del kinesiólogo o la intervención cambia totalmente (“la KTR”, “Neuro”, o “la rodilla”), o como sea, no se llama a una persona con nombre y apellido, sino a un órgano, lo que evidentemente atenta contra las necesidades básicas del paciente.
Los comentarios son parte de la actitud; es frecuente que, en el mismo lugar por donde entra el paciente, haya una secretaria pidiendo información, un auxiliar que viene a entregar un medicamento o un técnico que comenta que el equipo ya se reparó, etc.; todo eso fluye de una manera normal para nosotros, pero no para el enfermo, al que no se toma en cuenta.
Entregar seguridad al enfermo es importante; la persona que toma la camilla y lleva al paciente hasta la sala habitualmente es un auxiliar de servicio o auxiliar de sala y, en el preoperatorio, en el ámbito es el auxiliar a quien el enfermo le pregunta ¿“ Me irá a doler mucho, se irá a demorar, usted sabe cómo es este kine, hace frío en el pabellón, estoy muy grave”? A veces el paciente cree que está hablando con alguien muy entendido, porque tiene buena dicción y le contesta con seguridad, que es lo que busca el paciente ante la incertidumbre que lo acosa.
La individualización del paciente; se tiende a pensar que el sistema informático lo hace todo, que basta con que la identificación del paciente esté escrita y verificar que coincide la ficha con el examen y quizás con otro elemento del paciente, pero siempre es más seguro y le da más confianza al paciente el hecho de mencionar su nombre y apellido. (Muchas veces se comete IATROGENIA, me ha tocado ver pacientes cianóticos por neumonía cuanto en su ficha dice ahogado por comer hamburguesa).
Garantizar la seguridad del paciente; el deber profesional de todas las personas que trabajan en los servicios de salud es garantizar la seguridad del paciente, que no la exige verbalmente, pero lo espera.
Los programas de acreditación; que existen en todas las instituciones, están diseñados con este objetivo, porque, si bien es cierto que cada persona debe ser responsable en su quehacer, las instituciones son garantes de la seguridad de los pacientes, a través de sus procedimientos.
El conocimiento de los riesgos potenciales asociados a la intervención general y de cada especialidad kinésica, tanto en relación a las intervenciones como a las tecnologías que se van incorporando a nuestra disciplinas, es también muy importante en términos de seguridad. Algunos de estos riesgos son muy conocidos, como por ejemplo:
Las quemaduras eléctricas y químicas, que muchas veces ha obligado a retirar equipos del mercado.
Las neumonías secundarias a las bajas temperaturas que hay dentro del servicio.
Las escaras, que pueden presentarse en paciente muy delgados, que tengan que estar en una posición de carga durante un tiempo continuo. Nadie se imagina que alguien se pueda escarar en una unidad como el pabellón, pero ha pasado, por ejemplo, en posiciones neuroquirúrgicas, en pacientes muy delgados, iatrogenia…
Resumiendo…
Las necesidades básicas de los pacientes y el personal son muy importantes y satisfacerlas no requiere de ninguna acción extraordinaria ni de grandes tecnologías; sólo se requiere aplicar lo aprendido e incorporar las variables actuales del medio ambiente.
El equipo de trabajo transmite su experiencia; un equipo disgregado produce desconfianza y ansiedad en el paciente; en cambio, un equipo cohesionado, en el que todos los integrantes tienen claro lo que deben hacer, le transmite seguridad y bienestar.
Las instituciones son garantes de la seguridad del paciente a través de los procedimientos, y la clave del éxito de éstos está en tener profesionales capacitados constantemente.