El agujero en la capa de ozono dejó de ser exclusivo de los dos polos del planeta, tras la confirmación de científicos chinos de la existencia de un tercero, de 2.5 millones de kilómetros cuadrados, sobre la meseta tibetana, al oeste de ese país.
De acuerdo con un estudio publicado por la agencia estatal Xinhua, un equipo de investigadores verificaron el agujero, formado en diciembre de 2003, en el estrato inferior de la capa de ozono sobre la meseta Qinghai-Tíbet, a cuatro mil metros sobre el nivel del mar y de donde surge el ‘techo del mundo’: la cordillera del Himalaya.
El informe es resultado de una investigación iniciada hace más de dos años por expertos de la Academia de Ciencias Sociales y el Centro de Investigación Meteorológico tras confirmarse un alarmante debilitamiento del manto de ozono en el verano de 2003.
Los datos, obtenidos de observatorios en tierra y satélites, muestran que, a diferencia de los agujeros sobre el Ártico y la Antártida, la erosión en China no está vinculada al llamado “efecto invernadero” sino con los “variados movimientos atmosféricos”.
“El descenso del ozono sobre la meseta fue causado por el intercambio de flujos de aire en el cielo. Cuando corrientes de aire bajas en ozono del estrato inferior entran en el superior, la densidad total de ozono se reduce”, señala el estudio.
En su último informe, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) aseguró que el debilitamiento anual de la capa de ozono sobre los polos empieza a decrecer y su tamaño el año pasado fue de 26.9 millones de kilómetros cuadrados, frente a los 29 millones de 2003.
Se observa lenta recuperación de la capa: Nature
Además, un estudio divulgado esta semana por la revista Nature asegura que la capa de ozono de la Tierra está experimentando una lenta recuperación, aunque nunca volverá a los niveles anteriores a 1980, lo que a su juicio muestra la eficacia del Protocolo de Montreal, ratificado en 1987 por más de 180 países para atajar la emisión de gases contaminantes.
Los investigadores, dirigidos por la profesora Betsi Weatherhead, de la Universidad de Colorado (EEUU), han constatado que los niveles de ozono se han estabilizado o aumentado sólo ligeramente en la última década.
Estos científicos han llegado a esa conclusión tras examinar la información recopilada por satélites y observatorios terrestres, así como los datos de catorce estudios.
Otros factores que han contribuido a frenar la erosión de la capa de ozono, situada a una altura de hasta 32 kilómetros en la estratosfera de la Tierra, son varios efectos atmosféricos naturales como los cambios de la temperatura del aire, la influencia del ciclo solar de once años y la ausencia de una gran actividad volcánica.
“Ahora creemos que la capa de ozono está respondiendo a la reducción de los niveles de cloro en la atmósfera debido a la estabilización y disminución de los gases CFC”, explicó Weatherhead.
Sin embargo, la directora del estudio advirtió de que el proceso de recuperación de la capa de ozono aún afronta “varias incertidumbres”, como las repercusiones de los gases de provocan el efecto invernadero o calentamiento global de la Tierra.
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