“El 5% de la población española sufre algún trastorno de la voz”, asegura el doctor Secundino Fernández, especialista del servicio de Otorrinolaringología de la Clínica Universitaria de Navarra, con motivo del Día Mundial de la Voz.
La franja de edad en la que son más frecuentes los trastornos de la voz se sitúa entre los 25 y 45 años y son ligeramente superiores en las mujeres respecto a los hombres.
Las estadísticas destacan el hecho de que el 40 - 60% de los niños padecen trastornos de la voz, preferentemente entre los 6 y 8 años y en la época de la pubertad y más en niños que en niñas. En el niño, como en adulto, puede ser ocasionado por una alteración anatómica de la laringe o por una disfunción entre los diferentes órganos fonatorios. En ellos la patología más frecuente (50 a 80%) son los nódulos.
Causas y tipos de disfonías
En la mayoría de los casos la causa de la disfonía es el mal uso y abuso vocal, es decir, el esfuerzo vocal.
Las disfonías más frecuentes son las de tipo funcional. En estos casos no se identifica ninguna lesión anatómica en los órganos fonatorios, sino que se deben al abuso y mal uso vocal: hablar excesivamente y con una intensidad o tono superior al normal, gritar, carraspear y toser frecuentemente, cantar con una técnica inadecuada o inhalar polvo, humo de tabaco y gases irritantes, además de beber alcohol.
Por el contrario, las disfonías orgánicas conllevan la existencia de una lesión en los órganos fonatorios, siendo las más frecuentes los nódulos y los pólipos. No obstante, las disfonías también pueden ser de origen traumático (provocadas por un accidente de tráfico, golpe con objeto punzante, tubos nasogástricos permanentes, intubación endotraqueal, etc), audiógeno (ocasionadas por un déficit auditivo) e incluso psicógenas (producidas por trastornos psicológicos, tales como neurosis, respuesta inadecuada al miedo, comportamientos hipocondríacos, etc).
Tratamiento de las disfonías
Cualquier persona con trastornos de la voz, debe acudir al otorrinolaringólogo cuando la alteración se prolongue durante más de 15 días o cuando se repita con frecuencia.
El tratamiento de las disfonías se asienta sobre tres pilares fundamentales: la medicación, la rehabilitación y la cirugía. También se deben considerar las medidas preventivas.
En muchas ocasiones basta con la rehabilitación para resolver una disfonía, corrigiendo los malos hábitos de emisión vocal mediante técnicas de relajación laríngea, de coordinación fonorrespiratoria y de emisión de voz utilizando todos los recursos fonatorios de los pacientes, en especial el aire de los pulmones, que es la base energética para la emisión de voz. Este es el caso de los nódulos de formación reciente, no así de los que se han formado antiguamente, que requieren microcirugía laríngea antes de iniciar la rehabilitación para evitar que reaparezcan. Esta cirugía, aplicada tanto a nódulos como pólipos y edemas apenas ocasiona complicaciones y tiene unas expectativas de éxito cercanas al 98%. También es muy eficaz la cirugía en lesiones del espesor de las cuerdas vocales y las malformaciones congénitas.
Sin embargo, la cirugía laríngea muy pocas veces es necesaria en población infantil.
En general, los niños que presentan disfonías es porque hablan muy alto.
Avances
En los últimos años, ha habido un aumento muy importante de los recursos diagnósticos y terapéuticos en la patología de la voz. Actualmente se conoce mejor la microanatomía de las cuerdas vocales y la fisiopatología de la vibración de las mismas, lo que permite hacer mejores diagnósticos e indicar mejor el tratamiento.
Desde la perspectiva del diagnóstico las posibilidades que ofrecen los actuales estroboscopios y equipos de análisis vocal son magníficas. El estroboscopio nos permite ver el movimiento de vibración de las cuerdas vocales a cámara lenta. Los más actuales, que facilitan una mejor iluminación y la digitalización de la señal, proporcionan unas imágenes de excelente calidad que ayudan mucho al diagnóstico.
Por otra parte, la incorporación de la tecnología informática ha sido fundamental en el desarrollo del análisis vocal, pues nos permiten, después de grabar y digitalizar la voz del paciente, medir con gran precisión posibles irregularidades en la vibración de las cuerdas vocales y la presencia de ruido (aire que se escapa entre las cuerdas).
Desde hace ya varios años existen las denominados laboratorios de voz, donde se miden y analizan las características acústicas y aerodinámicas de la voz y de sus trastornos. Estas mediciones pueden cuantificar el grado de lesión de la voz y valorar de forma objetiva y automática la mejoría o el empeoramiento de la voz, además el análisis aerodinámico de la voz contribuye de manera muy importante a establecer un diagnóstico preciso, sobre todo en el caso de las disfonías.