El ochenta por ciento de los países del mundo cuentan al turismo como una de sus cinco principales actividades generadoras de divisas, mientras que para el treinta y ocho por ciento es la principal fuente de ingresos. En los sistemas contables económicos cuenta como una “exportación”. También es una industria extractiva.
El turismo, promovido como un motor del desarrollo, exagera los beneficios para el país que lo recibe. Incluso en un destino tan sofisticado como Tailandia, el setenta por ciento de sus ingresos se pierde en “fugas”: l[B]a mayoría del dinero gastado por los turistas va a las aerolíneas, los hoteles internacionales y las compañías que brindan los bienes y servicios suntuosos y foráneos[/B] que esperan recibir los ricos viajeros. Además de esto, el país receptor incurre en costos gravosos con la creación de infraestructura: [B]aeropuertos, villas de lujo, campos de golf y autopistas, generalmente plantadas con palmeras, laureles rosa o afiches publicitarios para ocultar los barrios marginados de la ciudad.[/B]
Los turistas parten de la base de que encontrarán los mejores productos del lugar, lo cual no sólo deja a la población local sin el pescado, las frutas o los vegetales más nutritivos, sino que también supone un aumento de los precios de los artículos que cubren sus necesidades básicas. [B]El empleo depende cada vez más del capricho de los turistas: en Maldivas, el ochenta por ciento de la mano de obra se vuelca al turismo, en Jamaica el treinta y cuatro por ciento, en Gambia el treinta por ciento y en las islas Seychelles el veintiuno por ciento.[/B]
Muchos de esos países tienen [SIZE=“3”]ecosistemas frágiles[/SIZE]. Generalmente son afectados por tormentas, ciclones y mareas altas. La injusticia social que pone a los extranjeros ricos codo con codo con los residentes empobrecidos puede provocar malestar o disturbios que destruyen la industria de la noche a la mañana. En segundo lugar, el exceso de construcción edilicia en determinados sitios de singular belleza termina estropeando el móvil mismo de quienes acuden a visitarlos, por lo que hay que seguir avanzando en la búsqueda de otras playas y paisajes. Islas enteras, balnearios sobredimensionados, aglomeraciones urbanas y playas contaminadas quedan luego desatendidas y abandonadas.
A menudo se cita al turismo como una actividad que promueve el entendimiento mutuo de los pueblos. Rara vez eso se cumple. Los extranjeros ricos admiran la modestia y la disposición de complacerlos de quienes los sirven, y muchas veces confunden esto con rasgos culturales exóticos: ¡Qué poco contaminados están! El turismo consume los lugares en los cuales se instala, depredador, omnívoro y sin embargo protegido de cualquier contacto con realidades desagradables como la pobreza, la suciedad, el crimen y la violencia. Limpia y sanea lo que va a tocar, ofreciendo a la gente una experiencia preparada y empaquetada en la gran fábrica de ilusiones, sensaciones armadas por una industria que enmascara las relaciones reales del mundo.
interesante articulo y da para pènsar en como se estan haciendo las cosas en nuestro pais donde cada vez se fomenta el turismo y las actividades industriales en lugares que deberian estar protegidos debidamente para preservar nuestros recursos……puede sobnar catastrofico este articulo pero no deja de tener razon en algunas cosas…