LA HABANA.- Su voz melodiosa entonando el bolero “Mil congojas” resonó en el cementerio Colón en La Habana: Ibrahim Ferrer, cantante de Buena Vista Social Club, fue sepultado este lunes bajo miles de flores, despedido entre aplausos como uno de los más grandes de la música popular cubana.
No podía ser de otra manera. Su pasión, cantar boleros, lo acompañó hasta el final. Durante una sencilla pero emotiva ceremonia, unas 200 personas, entre familiares y amigos, lo escucharon cantar: …“Prefiero una y mil veces que te vayas, porque de ti no quiero ni la gloria”…
A sus 78 años de edad, Ibrahim Ferrer se fue, pero quedó su gloria. Murió el pasado sábado tras sufrir una gastroenteritis que obligó a su hospitalización el miércoles pasado, un día después de llegar de una intensa gira por Europa.
“Él era de nosotros, del pueblo, todo el mundo admiraba su voz tan linda. Vine porque lo admiro y tenía que estar aquí”, dijo a la AFP Pedro Cairo, un jubilado de 80 años.
Entre el humo de su habano, los ojos vidriosos de Cairo hablaban por sí solos: “Yo sé que anduvo por todo el mundo, pero yo lo conocí aquí, en mi barrio. Era grande”, afirmó.
“Ibrahim Ferrer se coló a fuerza de sentimiento en las almas de los hombres humildes”, dijo el locutor Eduardo Rosillo, su amigo de la infancia, quien despidió el homenaje a Ferrer tras una breve ceremonia religiosa.
Cairo fue uno de ellos. Confesó a la AFP que se tomó un roncito antes de ir al cementerio Colón, verdadera joya arquitectónica de Cuba, a despedir “al amigo”.
“Fue un grande entre los cantantes a escala universal. A los grandes se les despide en cerrada ovación”, dijo Rosillo, despertando entre los asistentes una salva de aplausos.
Rescatado del olvido por el cubano Juan de Marcos y el estadounidense Ry Cooder, que en 1996 reunieron a veteranos de los años 50 en el proyecto Buena Vista Social Club, este hombre de aspecto dulce, quien llevaba siempre una gorra y trajes de colores, llegó a ser uno de los mejores embajadores de la música cubana.
“Es una de las figuras más importantes de la música cubana. Gracias a Dios que Buena Vista Social Club lo catapultó”, dijo a la AFP Amado Valdés, quien también formó parte del proyecto.
Al funeral asistieron, además de músicos, Rafael Bernal, viceministro primero de Cultura; Abel Acosta, presidente del Instituto Cubano de la Música y Carlos Martí, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Su muerte, ampliamente reseñada en la prensa internacional, sobre todo de Europa, tomó a todos por sorpresa pues el artista, en plena actividad, llegó el miércoles a La Habana de una gira que incluyó a Francia, España, Holanda, Suiza, Austria y Gran Bretaña.
“Ahora no lo tengo, pero nos queda a su familia cosas hermosas de él”, dijo a la AFP la esposa de Ibrahim, Caridad Díaz, quien vestía una blusa negra y un pantalón florido, con los colores del arco iris.
Se alejó presurosa con sus hijos, huyendo de la prensa, en un vehículo en que sonaba a todo volumen la hermosísima voz de Ibrahim Ferrer interpretando otro de sus éxitos, “Dos gardenias”.
Gran perdida…
"dos gardenias para ti…