Señor Director ( de El Mercurio). carta publicada el 18 de Mayo.
Con gran urgencia y tribulación me dirijo a Ud. para informarle de lo siguiente.
En días pasados hice un descubrimiento asombroso en nuestro Archivo Nacional. Hojeando el volumen 1255 del archivo de la Contaduría Mayor, encontré un documento que databa de 1911 y que estaba escrito en clave. Intrigado —y con la ayuda de un funcionario— pude descifrar el horrendo texto.
Allí se sostenía que en el cuadro de Picasso: “Las señoritas de Avignon”, la figura de la extrema derecha, en posición un tanto incómoda, era en realidad un travestí. ¡Se trataba nada menos que de Judas Iscariote!
A partir de esta clave pictórica, comencé a adentrarme en un tenebroso complot. Así supe que Judas había sobrevivido hasta nuestro tiempo gracias a un pacto con el demonio, según corroboraban los maestros de la esoteria: Hermes Trismegisto, Seth, el Ermitaño del Rin, el Meister Eckhardt, la Schwester Katrei, Cagliostro y Alan Kardec… Pero había más: el documento revelaba que Madame Blavatsky había descubierto un siniestro plan de Judas para asesinar a los Jefes de Estado o a sus herederos. Así se explicaban los asesinatos del Presidente Lincoln, el archiduque Francisco Fernando, el canciller Dollfuss, John Kennedy y el Che Guevara, entre otros. El gobierno de Chile de la época envió al Presidente don Pedro Montt a Europa a develar el secreto, pero tanto él como su sucesor, don Elías Fernández Albano, murieron en extrañas circunstancias en plena celebración del Primer Centenario de nuestra Independencia…
Como es natural, me estremecí de horror al pensar que nos hallábamos cerca de nuestro segundo Centenario. A través de Google y Yahoo continué una afiebrada búsqueda. Así pude descubrir que Rosenberg y Rudolph Hess (líderes nazis) supieron que Judas había asesinado también a los Plantagenet -transformando la desinencia de su apellido Iscariote en Iscarioet. El tony Rabanito informó a su vez, que los más vulnerables eran las personas cuyos apellidos eran de origen francés y terminaban en la fatídica desinencia “et”. A saber: Manet, Monet, Pinochet, Harambillet, Drevet, Bachelet, etcétera.! También supe, por mis contactos con la CIA, que los siniestros grupos: Testigos de Amón-Ra e Iglesia de las Cienpotologías se preparaban para enviar sicarios con intenciones asesinas a nuestro país.
Todo eso explicaba además, la súbita aparición del Evangelio de Judas y del Código da Vinci en nuestro medio
Por ende, señor Director cumplo con informar a Ud. y a sus lectores que hay una nueva conspiración en marcha en nuestro país y en el mundo y que la hora de tomar las más urgentes precauciones con nuestras autoridades máximas ha llegado.
Julio Retamal Favereau ( Doctor en Historia, U.Oxford. Inglaterra)
(alias Sesostris)