Espero que lo siguiente haga reconsiderar a todos aquellos que quieren estudiar odontología, en especial a aquellos entran a las nuevas facultades de “dudosa” calidad, como la UPV, USS, UAutonoma, Ubolivariana, Uetc…
Sacada de un foro de facebook que explica desde dentro la situación actual de colombia en odontologia, la pregunta es, ¿Chile se mueve en la misma dirección?
Debates sobre FEDERACIÓN ODONTOLÓGICA COLOMBIANA | Facebook
[I][B]SITUACIÓN ACTUAL DE LOS ODONTÓLOGOS RECIÉN EGRESADOS NO PODRÍA SER PEOR
Aunque parezca una novela de ficción o algo imposible de creer, esta es nuestra realidad, una realidad triste, desconsoladora, abatible y lo peor: no se ve una pronta solución.
SHEYLA ALEXANDRA RODRÍGUEZ REAL*
Soy odontóloga egresada de la Pontificia Universidad Javeriana, que tiene una de las mejores facultades de odontología del país. Cuando entré a estudiar lo que añoraba era graduarme pronto y montar mi propio consultorio, porque parecía una profesión lucrativa o de la cual podíamos vivir y recuperar todo lo que habíamos invertido en nuestra carrera. Al llegar a la meta y graduarme, las cosas fueron diferentes, empezando con la Ley 100 que prácticamente acabo con nuestra profesión.
Actualmente trabajo en un consultorio particular donde los precios son extremadamente económicos y me gano el 35% diario de lo que hago. Si entra plata bien, si no, me devuelvo a mi casa sin ninguna remuneración.
Las tarifas son tan extremadamente baratas que cuando llegué en enero el precio de una exodoncia o una resina era de $10.000(pesos colombianos), es decir, $ 3.500(pesos colombianos) para mí. Se imaginan ¿cuántas exodoncias o resinas tendría que hacer para ganarme aunque sea el salario mínimo de una persona sin ningún nivel educativo y menos profesional?
El lema de mi jefe es “aquí no es calidad sino cantidad,” se lo dijo a un colega. ¿Dónde está la ética?, ¿dónde están los valores con los que lo formaron a él?, ¿acaso no se ha dado cuenta que ahora lo que se busca es la calidad de los procedimientos y de los servicios de salud? Y lo más triste es que en todos los consultorios del sector es igual.
¿Y qué tal el cuento de que la valoración es gratis, porque nuestros mismos colegas decidieron que debería ser así como gancho para poder coger pacientes? Por favor, si el diagnóstico es lo mas importante porque en él se basa nuestro trabajo, ¿y ahora tenemos que regalarlo?
La odontología es un arte, una vocación, un don, pero además, es una carrera muy costosa, difícil y pesada. Nuestra responsabilidad ante cualquier paciente es muy grande, no sólo por el trabajo que debemos desempeñar sino por el riesgo de contagio al cual nos vemos comprometidos (en estas condiciones es imposible que nuestros pacientes se realicen sin error y con un buen diagnóstico todo tipo de examen adicional).
Una odisea
Cuando uno se gradúa de odontólogo lo primero que debe hacer para conseguir su tarjeta profesional y poder ejercer es cumplir su año rural o con el servicio social obligatorio el cual, dependiendo de la zona del país, puede ser de seis meses a un año. Para conseguirlo hay que vivir toda una odisea, primero, porque en este país hay cantidad de facultades y garajes de odontología que gradúan montones de odontólogos cada seis meses y no se cuenta con suficientes plazas para el rural y segundo, porque las Secretarías de Salud Departamentales ofrecen sorteos para asignar los pocos cupos existentes, pero al inscribirte te das cuenta que más de la mitad de las plazas ya están asignadas por palancas políticas.
Y lo mismo es para poder entrar a un hospital y si quieres hacerlo con el Ejercito, la Armada Nacional o la Policía, debes pasar por un proceso de entrevistas y exámenes de conocimiento y psicológicos. Es tal la situación que las Secretarias de Salud han dispuesto que si te presentas en el sorteo y no sales favorecido te dan la tarjeta profesional de una vez. Pero llega el segundo inconveniente a la hora de pedir trabajo, porque muchas clínicas exigen el año rural como requisito por la experiencia que obtienes al realizarlo.
Injusto
Supongamos que logras realizar tu año rural, entonces viene la parte difícil: buscar trabajo digno. Apenas empieza la parte triste de esta historia: cantidad de hojas de vida, entrevistas, pero, ¿qué te ofrecen? No obtienes un contrato de trabajo sino un contrato de prestación de servicio a destajo, es decir, por obra realizada y como el contrato es en calidad de profesional independiente, debes cubrir con tus ingresos los gastos pertinentes de salud, pensión y ARP. Adicional a ello debes comprar por tu cuenta los guantes, tapabocas, tu pieza de mano, pieza de alta y tus fresas, entre otros.
Y además de suministrar los materiales hay que cubrir en su totalidad la parte de laboratorio sin poder cobrar adicionales por hechuras cuyos acabados no son aceptables.
Los precios son determinados por los dueños de los consultorios y son muy competitivos o extremadamente baratos según la ubicación geográfica en que se encuentren. Por ejemplo, recibir por una exodoncia $5.000(pesos colombiano), asumiendo todos los riesgos que puede generar. ¿Qué estamos aceptando?, ni los gastos del procedimiento. Por su parte, el dueño no pierde ya que recibe su porcentaje asignado.
Es como trabajar por ganarse el almuerzo. ¿Es justo? Nos matamos por sacar esta carrera adelante, nos trasnochamos, pasamos de largo para pasar exámenes, lloramos porque un docente nos dijo “use la materia gris de su cabeza” o usted no sirve para esto.
Son muy pocos los que en este momento se encuentran bien económicamente y muchos los que, a duras penas, sobrevivimos con lo poco que ganamos, sacrificándonos para estudiar una especialización (muy costosa), con la perspectiva de conseguir un mejor trabajo, para que al final se pueda reducir a lo mismo.
Unión
Soluciones hay muchas, el problema es que somos un gremio desunido y los mismos odontólogos que llevan tiempo ejerciendo la profesión (algunos sin serlo), se aprovechan de los odontólogos que acabamos de salir, habilitando sus consultorios, para ellos seguir ganando sólo porque tienen la clientela.
Escribo este artículo para que toque el corazón de cada uno de nosotros y observemos qué estamos haciendo. Deberíamos ir al Congreso y mostrar nuestro inconformismo.
Este es un gran llamado de atención a todos los odontólogos para que nos unamos y no nos dejemos pisotear como lo están haciendo, al fin y al cabo, somos importantes y necesarios para la salud oral del país y les brindamos apoyo y consuelo a nuestros pacientes cuando lo necesitan, sirviendo hasta de psicólogos. ¿Acaso no saben que cada uno de los dientes esta conectado con un órgano de nuestro cuerpo y a veces estos son los causantes de nuestras dolencias? Unámonos, luchemos por nuestros derechos y, si es necesario, paremos al país para que nos escuchen.
UNAMONOS, LUCHEMOS POR NUESTROS DERECHOS Y SI ES NECESARIO PARAR EL PAIS PARA QUE EL PRESIDENTE NOS ESCUCHE PUES HAGAMOSLO” ABAJO LA EXPLOTACION DE NUESTRO TRABAJO, ABAJO LA EXPLOTACION POR PARTE DE NUESTROS CONTRATANTES EXIJAMOS JUSTICIA PARA TODOS
[/B][/I]---------------------------------------------
Basicamente lo que sucedio es que el aumento del numero de facultades de odontologia, por una mala autoregulación de los privados de parte del estado, por una total negligencia del colegio dentita de colombia y a la vez aprovechamiento de los ingenieros en salud del aumento de la oferta provocó el empeoramiento del estatus de vida de los odontologos en Colombia, según el texto, que crearon grandes centros dentales donde trabajan 20 -30 dentistas con un valor de $1.000 pesos hora.
Ojala algún profesional del país vecino pueda ayudar a apoyar o rechazar la tesis. Mi opinión, es que estamos a las puertas de una situación similar a la que viven nuestros colegas. Sean sabios y no entren a estudiar cualquier cosa, ya que para lo unico que les embolian la perdiz es para quedarse con sus recursos y el de sus familias prometiendoles una vida que probablemente no se les va a cumplir.
NOTA: actualmente un dentista en colombia recien egresado gana algo asi como $800.000 pesos colombianos mensual, lo que son como $199.000 pesos chilenos.