[size=12]$2[/size]
Catorce chilenos han sido postulados por la Iglesia Católica para seguir el mismo proceso de canonización que el domingo pasado culminó san Alberto Hurtado y que en 1993 cumplió santa Teresa de Los Andes.
La más aventajada es Laura Vicuña (1891-1904), la única de la lista que ya alcanzó la figura de beata, luego que el Vaticano le reconociera un milagro por la sanación de una enfermedad pulmonar incurable a la religiosa del Instituto Hijas de María Auxiliadora Ofelia Lobos, en 1958.
Según la encargada de su causa y secretaria del directorio de la Fundación Laura Vicuña, hermana Alicia Mardones, el proceso se ha demorado 15 años desde que fue declarada beata, porque el Vaticano “lo está analizando y está a la espera del segundo milagro. La Iglesia es muy estricta en eso”.
Laura Vicuña fue una joven que, según cuenta su historia, ofreció su vida a cambio de que su madre volviera a “retomar el camino de Cristo”, ya que después de la muerte de su padre, su madre decidió convivir con un hacendado en Argentina, quien trató de abusar de ella. Tras una enfermedad, agudizada por una golpiza que le propinó el sujeto, murió antes de cumplir los 13 años.
[U]La lista[/U]
Los otros 13 aspirantes a la canonización fueron proclamados Siervos de Dios: están en la primera etapa del camino de la canonización, donde destacan sus cualidades como cristianos ejemplares.
Se trata de:
Mario Hiriart Pulido (1931-1964)
monseñor Francisco Valdés Subercaseaux (1908-1982)
hermano Pedro Marcer (1824-1927)
madre Bernarda Morin (1832-1929)
Mariano Avellana (1824-1904)
fray Andrés García Acosta
fray Andresito (1800-1853)
María del Carmen Benavides
la beatita Benavides) (1777-1849)
Juan Pedro Mayoral S.J. (1678-1754)
fray Pedro Bardesi (1641-1700)
y los denominados Mártires de Elicura: padre Martín de Aranda Valdivia, padre Horacio Vecchi Chigi, hermano Diego de Montalbán y el cacique Araucano Tablamil (diciembre de 1612).
De ellos, quien más ventaja tiene, según fuentes eclesiásticas, es Mario Hiriart. Este ingeniero que se desempeñó en Corfo, hizo clases en la Universidad Católica y promovió la figura de la “santidad laical”. Perteneció al Movimiento de Schoenstatt, el mismo del cardenal Francisco Javier Errázuriz.
El vicepostulador de su causa y rector del Santuario de Maipú, padre Carlos Cox, dice que Hiriart es uno de los seguros aspirantes a ser el próximo beato chileno: “Es un merecedor de la beatificación, porque vivió la espiritualidad y se entregó al servicio de los demás”.
Fuente: La Tercera