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Jueves 20 de Enero de 2005
Fuente: La Segunda
Cristián Larroulet advirtió que en el examen internacional TIMSS Chile debió obtener entre 50 y 70 puntos más. “La mayoría de las reformas son digitadas desde el ministerio hacia abajo. Eso atenta contra la posibilidad de tener escuelas efectivas”, sentenció.
A 10 años del llamado informe Brunner sobre calidad de la educación, y con pruebas nacionales e internacionales que muestran pobres resultados, el Instituto Libertad y Desarrollo concluyó que la mantención de una política centralizada y burocrática por parte del Ministerio de Educación, sin autonomía para las escuelas, impacta directamente en los bajos indicadores que el país exhibe. Y advirtió que si ello no se corrige, las brechas entre la educación pública y privada seguirán profundizándose y los malos resultados se mantendrán.
El director del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), Cristián Larroulet, acompañado del director de Programas Sociales del organismo, Rodrigo Castro, dieron a conocer esta mañana un informe elaborado por sus investigadores sobre “Calidad de la educación: análisis del fracaso en los resultados”.
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Los datos se basan en los resultados obtenidos por Chile tanto en las pruebas Simce de básica y media -que revelan un estancamiento, con mínimas diferencias porcentuales- así como en en las últimas dos versiones del examen internacional TIMSS, que mide los conocimientos en Ciencia y Matemáticas, y donde el país quedó entre los últimos lugares de un total de 46 participantes.
“Chile se mantiene en el resultado que obtuvo en 1999. Sólo mejoró el sector privado, levemente, y los colegios públicos bajaron. Pero otros países, en general, han mejorado, han dado un salto. Estar ‘‘estable’’, como se ha dicho, no es satisfactorio. Estamos debajo de países que no deberíamos estar”. El análisis que hicieron del TIMSS arrojó que si se consideraran variables como ingreso per cápita, índice de desarrollo humano, desigualdad del ingreso y gasto en educación, Chile debería haber obtenido en promedio entre 50 y 70 puntos más.
Larroulet reconoció que los gobiernos de la Concertación han hecho un esfuerzo por mejorar la situación del sistema escolar chileno, y destacó el aumento del gasto público en el sector (que se triplicó entre 1990 y 2003, de 600 mil millones de pesos a poco más de dos billones), la reforma curricular, los cambios en las políticas de personal (como el sostenido aumento de las remuneraciones a los profesores, que también se han triplicado, y los intentos por instalar la evaluación docente), la extensión de la jornada escolar y los programas de mejoramiento de la calidad y equidad.
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Por eso, hizo un llamado a volver a mirar el informe de la Comisión que en 1994 analizó el tema de la educación, conformada por representantes de todos los sectores y presidida por un reconocido experto como José Joaquín Brunner. “Es lejos el trabajo más serio que se ha hecho. Entonces, 10 años atrás, su diagnóstico era que el sistema escolar ofrecía cobertura amplia pero de calidad pobre y desigual, que era inequitativo y poco eficiente. Y planteaba que había que corregir dos aspectos: el contexto legal-administrativo en que operan las escuelas y aumentar la inversión. Pero sin embargo, advertía que los dos están relacionados y que no se ganaría nada con gastar más si no se cambia el contexto e incentivos en que operan las escuelas”, manifestó Larroulet.
En tal sentido, sostuvo que “la causa del fracaso, de no avanzar a pesar de todo el esfuerzo que se ha hecho en dotar de mayores recursos al sistema están, en esencia, en que no se han seguido en su totalidad las recomendaciones de la comisión Brunner. Efectivamente, los recursos pasaron del 4% del PIB a casi el 8%, pero se ha seguido manteniendo un sistema centralizado y burocrático encabezado por el Ministerio de Educación. La mayoría de las reformas son digitadas desdel ministerio hacia abajo. Eso atenta contra la posibilidad de tener escuelas efectivas, donde los tres actores principales (padres, profesores y directores) se sientan partícipes de la reforma que están haciendo”, sentenció.
Agregó que los cambios propuestos por el gobierno -que incluyen los consejos escolares, para aumentar la participación; la concursabilidad de los directores, y las mejorías para los docentes- son sólo “perfeccionamientos menores” que se mantienen en un marco inadecuado de centralismo innecesario.