Quiero saber la verdad en su totalidad, es por eso que a parte de la investigación se aclare lo que a continuación cito:
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Uno de los beneficiados con las privatizaciones a bajo precio fue Julio Ponce Lerou, quien había sido yerno de Pinochet y simple funcionario público, siendo nombrado gerente de empresas y gerente general de la CORFO (institución que privatizó muchas empresas públicas) desde donde se elevó en pocos años en llegar a ser uno de los hombres más ricos del país, adquiriendo la empresa estatal SOQUIMICH, de la cual era el gerente comercial y que además era miembro de la Comisión de Venta de Activos, encargada de vender estas empresas (actualmente con un patrimonio de 1.400 millones de dólares y el mayor productor mundial de yodo y litio) y filiales. Ponce Lerou creó una empresa llamada Pampa Calichera con el único objeto de comprar las acciones de SOQUIMICH. En esta actividad participó el general Guillermo Letelier Skinner que participó en el proceso de privatizaciones y después asumió como Director de SOQUIMICH. Así como varios ex ministros del gobierno de Pinochet. En 1991 la Contraloría General de la República emitió un informe en el se señala que las acciones de SOQUIMICH vendidas entre 1983 y 1988 tenían un precio inferior a los valores estimados y que sólo se ingresó el 29%, 53% y 39% de lo que correspondían en los años 1986, 1987 y 1988 (Mönkeberg 2001).
Otro caso de corrupción fue la venta de fábricas militares al hijo mayor de Augusto Pinochet. El escándalo surgió cundo se descubrió que Pinochet le había entregado a su hijo dos cheques por una suma cercana a los tres millones de dólares como pago por la compra de la misma fábrica que su hijo devolvía al no poder dirigirla. Esta operación fue totalmente secreta, pero se filtró a la prensa y ameritó la iniciación de las respectivas investigaciones. Pinochet entonces realizó maniobras militares movilizando a las tropas en Santiago, operaciones destinadas a atemorizar al gobierno democrático lo que finalmente obligó al presidente Eduardo Frei a ordenar al Consejo de Defensa del Estado que suspendiera todas las acciones judiciales por “razones de Estado”. De esta manera Pinochet logró la impunidad en este otro hecho de corrupción (Brescia 2001).
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Como se sabe, el único caso de la historia de Chile de un jefe de gobierno que se enriqueció en el cargo fue el de Augusto Pinochet, y de los miembros de su familia. Un general de ejército en Chile, a pesar de que tiene altas remuneraciones, no puede acumular grandes sumas, sin embargo, el Diario Excelsior de México publicó los comprobantes del Banco norteamericano RIGSS donde había una cuenta de Augusto Pinochet Ugarte y de su esposa con un millón de dólares en marzo de 1987. Otra cuenta de Pinochet en la Standard Life Assurance Company filial de una empresa de Hamilton, capital de Las Bermudas se congeló de acuerdo a las normas legales británicas, según informó el vicegobernador de Las Bermudas, Tim Gurney (Brescia 2001).
El nepotismo de Pinochet es indudable: designó en altos cargos a su yerno Ponce Lerou, su hijo Augusto recibió tres millones de dólares del ejército, y además fue nombrado funcionario de LAN Chile, que según denuncias era una empresa que colaboró en contrabando y narcotráfico. Cuando fue funcionario de esa empresa en Estados Unidos, compró una propiedad por 300.000 dólares en Los Angeles e hizo negocios como representante de CODELCO (otra empresa estatal chilena). La hija de Pinochet, Lucía, creó una empresa de seguros que llegó a controlar a la empresa de seguros del Estado y una mansión donada por Francia para que funcionara la ENA chilena en Santiago, pasó a su propiedad. El mismo Pinochet adquirió terrenos en San José de Maipo para tener una casa de recreo, por razones de seguridad, sus testaferros compraron los terrenos adyacentes a un determinado precio e inmediatamente se lo vendieron a Pinochet a menos de la mitad de lo que habían pagado. Otros terrenos comprados a un precio irrisorio por Pinochet fueron vendidos casi de inmediato a la Caja de Previsión de la Defensa Nacional que los compró al 230 % de su valor original a pesar de ser terrenos inundados no aptos para viviendas. La misma Caja hizo préstamos a Pinochet a 24 años plazo. Las denuncias de estos hechos significaron la clausura de la Revista Cauce; la dictación de una nueva ley de prensa, y unos de los denunciantes, Jorge Lavandero recibió una paliza que casi le cuesta la vida. Lavandero publicó estos hechos en un libro (Lavandero, s.f.). En 1984 se presentó una denuncia ante los tribunales en contra de Pinochet por fraude al Fisco y utilización de alto cargo público en beneficio propio. Los Tribunales no investigaron la denuncia. Las propiedades de Pinochet en Chile suman varios millones de dólares: dos departamentos en Reñaca (balneario de lujo); otro junto al mar en Iquique, dos casas con parque en El Melocotón (en las montañas), una residencia en el lujoso barrio de la Dehesa en Santiago y una finca rústica en Bucalemu avaluada en dos millones de dólares (Lavandero, s.f.).
Otro hijo de Pinochet, Marco Antonio mantuvo negocios con Yamal Edgardo Bathich un destacado narcotraficante siendo socios en Chile Motors, empresa que cambió de nombre a Focus Chile Motors con la incorporación del narcotraficante colombiano, Jesús Ochoa Galvis. Según sostiene Hugh O‘Shaughnessy, autor de un libro sobre los negocios y política de Pinochet, el narcotráfico era la actividad que permitía financiar la acción de la DINA fuera de Chile. En los envíos de bombas de racimo que se exportaban se incorporaban remesas de cocaína (O´Shaughneessy 2000). Existen otros dos libros de investigadores norteamericanos y chilenos que denuncian las relaciones entre el narcotráfico y las empresas del mencionado hijo de Pinochet y algunas dependencias del ejército.
Frankell Barambyka, norteamericano y ex infante de marina declaró que traficó droga y dinero en Centroamérica en beneficio de “los contras”, para lo cual mantuvo relaciones con organismos de las Fuerzas Armadas chilenas y entre 1986 y 1987 organizó viajes aéreos con cocaína desde Chile por un total de 12 toneladas que fueron llevados a Port au Prince o a las islas Canarias (El Siglo 2003).
Bueno, hay mas, pero me pregunto, los acusadores están tan limpios como para mirar de frente y decir, ¿“mis manos están limpias”?