me he quedado pa dentro al leer este reportaje, loslegion arios de cristo es una de las congregaciones mas polemicas que hay en la iglesia catolica y lo es e el sentido de la supuesta rigurosidad en el cumplimiento de las enseñanzas biblicas , es ultra conservadora. ademas causa polemica por cuanto se trata de una congregacion economicamente muy poderoza
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Durante las décadas del 40, 50 y 60, más de una treintena de seminaristas fueron obligados a masturbar a Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo, quien además, los sometió a otras aberraciones sexuales. Hace dos semanas, el Papa Ratzinger dio validez a estas denuncias provocando un terremoto con muchas réplicas en la clase dirigente chilena. José Barba, uno de los abusados y representante legal de las víctimas ante la Santa Sede, cuenta aquí los vejámenes a los que fue sometido y los 10 años que se pasó peleando para desenmascarar al líder de una de las congregaciones más poderosas de la tierra
José Barba recuerda que tenía 17 años cuando Marcial Maciel abusó de él por primera vez.
-Maciel me llamó a la enfermería y me pidió que lo masturbara. No usó esas palabras, claro. Lo que dijo fue que tenía dolores en los genitales y que el Papa Pío XII le había dado permiso para que unas religiosas le dieran masaje. Me explicó que en ese momento estaba comenzando a sufrir dolores y me preguntó si yo quería ayudarlo.
El joven novicio no entendía lo que pasaba. En la Legión, la castidad era una virtud tan delicada que a los jóvenes les estaba prohibido tocarse. El propio Maciel pedía a sus seguidores, una y otra vez, “castidad de pensamiento, de imaginación, de vista, de corazón, de cuerpo, vivida con alegría y plenitud”. Barba recuerda que por esas enseñanzas, “yo era muy escrupuloso con la castidad. Incluso cuando me bañaba trataba de no tocarme”.
El joven no quería obedecer. Y, sin embargo, el fundador insistía. ¿Cómo podía tratarse de un pecado?
-Mi mano derecha estaba tensa. Con la palma sentí su miembro completamente erecto. Yo no sabía qué quería y él se sintió muy desagradado. Con gesto de molestia me reclamó que no sabía hacerlo. Y era verdad, ¿dónde podía haber aprendido? Entonces me sentí peor, porque me pidió una cosa tan horrenda y, al mismo tiempo, no sabía hacerlo.
Después de un rato, algo más calmado, Maciel nuevamente le pidió que se le acercara.
-Empezó a desabotonarme. Yo le rogaba que no me hiciera eso y me eché a llorar, pero él continuó. Yo era un pobre diablo en manos del fundador, no tenía defensa psicológica. Maciel empezó a masturbarme con locura. Yo jamás me había masturbado y él fue tan brutal, que me rompió el frenillo. Me sentí desolado. Me dijo “quédate”, pero no le hice caso, me fui al baño a ver qué es lo que me había pasado. Sentía esa pegajosidad tibia. Estaba con rabia, en medio de ese placer que nunca había sentido en mi vida. Sentía dolor. Todavía no puedo olvidar la confusión en que me sumí en esos días.
¿Qué pasó después?
-Me senté a llorar en mi cama. Luego me cambié de ropa y volví a la enfermería. Maciel estaba poniéndose el alza cuello y la bata. Recuerdo que agarró una botella de colonia —que para nosotros estaba prohibida— se enjuagó las manos y se peinó. Se le veía satisfecho de que hubiera regresado. Maciel empezó a hablar, tratando de quitarle la importancia a lo que había pasado. Fue ahí cuando me dijo ‘no le vayas a decir nada al padre Rafael Arumí (procurador de la orden) acerca de mi enfermedad’.
Hoy, José Barba tiene 69 años y es profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Los últimos 10 años los ha dedicado, en gran medida, a denunciar los abusos de que fue víctima cuando era un joven novicio de los Legionarios. Otros siete ex seminaristas han hecho lo mismo y para todos, éste ha sido un tiempo duro; una época en que han intentado reconstruir sus vidas y neutralizar los traumas; en que han sentido vergüenza de sí mismos y soledad. Pero sobre todo, ha sido una época difícil porque, para la mayor parte de la comunidad católica, las denuncias de estos ex sacerdotes no son otra cosa que ataques crueles contra un hombre bueno. Tan bueno que los Legionarios iniciaron el proceso de canonización de su madre, Maura Degollado, conocida en la Legión como “Mamá Maurita”.
Sin embargo, hace un par de semanas, las cosas empezaron a cambiar. Como resultado de la denuncia que ellos hicieron contra Maciel en 1998, el Vaticano decidió “invitar al padre a una vida reservada de oración y de penitencia, renunciando a todo ministerio público”. Aunque Maciel se libró de una causa canónica debido “tanto su edad avanzada, como a su delicada salud”, ya no puede ni siquiera oficiar misa.